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El problema no es Grecia, sino la propia España



España no necesita ser rescatada, sino fumigada. El problema es que nuestros políticos, acostumbrado a vivir en el vertedero, donde prosperan y se comportan como sátrapas sin control, se niegan a rociar España con DDT. Su negativa a regenerar un país carcomido por la corrupción y el abuso es incomprensible, salvo que admitamos algo que empieza a dejar de ser una sospecha para convertirse en certeza: es posible que nuestros corruptos hayan dejado de ser personas y se hayan adaptado a vivir como ratas mutantes.
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A ver si ahora nos damos cuenta, por fin, de que lo que ha mete miedo y desconfianza en los mercados no es Grecia, sino la misma España, un país insostenible, inviable y demasiado corrompido e irracional para que pueda permanecer así, sin regenerarse, dentro de la Unión Europea. Los mercados saben perfectamente lo que también sabemos los demócratas españoles: "España no necesita ser rescatada, sino fumigada".

Ya no pueden utilizar a Grecia como justificación del acoso de los mercados a España. Con Grecia dentro del euro, la prima de riesgo supera los 570 puntos y el bono español a diez años se paga a mas del 7 por ciento. Parece evidente que el problema no era Grecia sino la misma España. Los mercados, simplemente, piensan lo mismo que los demócratas y la gente decente: que este país, con tantos políticos corruptos, no es viable. Hay que limpiarlo de sinvergüenzas y reducir el número de parásitos con carné de partido que ordeñan el Estado cada día. Solo cuando los ladrones y rufianes atrincherados en el poder hayan sido detenidos y y el número de políticos cobrando del Estado haya sido reducido a un tercio de lo que existe, entonces bajará la prima de riesgo. La única vía de salvación para España es la regeneración. El problema es que los políticos, que son los que tienen que llevarnos por esa ruta de regeneración, no quieren hacerlo. Ellos viven demasiado bien en la pocilga y quieren mantenerla activa. Los políticos se han convertido en el principal obstáculo y en el mayor problema de España. Estamos dentro un bucle diabólico. Los zorros han tomado el poder en el gallinero.

España no cumple ni una sola de las premisas que establecen las bases de la democracia: ni existe una ley igual para todos, ni hay separación e independencia de los poderes básicos del Estado, ni existen controles, cautelas y contrapesos para limitar la voracidad del poder público, no hay castigo para los corruptos y delincuentes, no existe una sociedad civil fuerte, ni hay una prensa libre y crítica, capaz de fiscalizar a los grandes poderes, etc. etc.

Hay en España más de 20.000 políticos, en activo y retirados, que no serían capaces de justificar su patrimonio, lo que revela la existencia de un descomunal saqueo del país, perpetrado por la clase dirigente en las últimas décadas. Y eso no es mas que la punta del iceberg porque hay también una corrupción invisible e indetectada que ha perpetrado crímenes de todo tipo, desde el cobro de comisiones para los partidos hasta la venta de contratos públicos y subvenciones, sin olvidar los cientos de miles de millones obtenidos del urbanismo salvaje y del masivo saqueo del sistema financiero.

El resultado del brutal déficit democrático y ético de España es un país desquiciado, sin ciudadanos, gobernado por partidos políticos e instituciones sin control, en las que se puede robar y despilfarrar sin que eso sea considerado delito, un país que ha saqueado con impunidad sus cajas de ahorro y en el que la corrupción ha anidado en las entrañas del poder, desplazando todo atisbo de democracia y decencia. La España que han construido los que gestionan esta falsa democracia está arruinada y ostenta un liderazgo lamentable en casi todo lo obsceno e indecente: desempleo masivo, desigualdad, injusticia, abuso de poder, blanqueo de dinero, tráfico y consumo de drogas, prostitución y trata de blancas, paraíso para las mafias internacionales, fracaso escolar, desprestigio de sus políticos, impunidad para los canallas, corrupción masiva y un largo etcétera que ha convertido a España en un país mendigo y apestado, del que huyen todos los que pueden.

Los mercados saben que una España como la actual, controlada férreamente por políticos sin apego a la democracia y sin voluntad de regeneración, es un estorbo para la Unión Europea, un país apestado del que hay que escapar porque la infección que padece es demasiado profunda y grave. España no necesita un rescate, sino una fumigación masiva con detergentes, desinfectantes y potentes insecticidas antiparásitarios.


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Martes, 19 de Junio 2012
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