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El placer de gobernar y el reparto del botín del poder, núcleos del poder sanchista



El socialismo sanchista es un socialismo pervertido que ha dejado de luchar por el bien común y ha abandonado la utopía de un mundo mejor para convertirse en un mecanismo puro de poder. Al prostituirse, democrática y políticamente, ha sustituido la ideología por el botín del poder. El placer de gobernar y de disfrutar de los beneficios del gobierno ocupa hoy el núcleo del poder sanchista y el principal atractivo para la militancia. El sanchismo es un movimiento mercenario creado únicamente para disfrutar del gobierno y del botín del poder.

Flexible porque carece de ideas y principios, rico en posturas, sin frenos morales, partidario del todo vale, de la lisonja y de pagar los servicios, el gobierno de Pedro Sánchez podría ser bautizado como un “gobierno Kamasutra”.
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Sonrsas sin escrúpulos y alianzas con cualquiera que apoye su poder, incluso si es un enemigo de España
Su lema debería ser "Todo por el poder" y su principal fuerza es que utiliza todos los recursos disponibles en el Estado para seducir, dominar y alcanzar el orgasmo del poder político. No hay barreras, ni obstáculos y todo es lícito, si facilita el gobierno y el reparto del poder y el dinero entre los suyos.

No hay una sola idea o iniciativa que seduzca, salvo la de participar en el festival del poder, lo que representa dinero, brillo y poder. El sanchismo es una corriente mercenaria. Millones de militantes se sienten atraídos por el sanchismo con la esperanza puesta en que podrán participar en la gran "orgía" del reparto de los beneficios y placeres que ofrece el poder: puestos de trabajo, dinero abundante, brillo y poder sobre la vida de los demás.

Se usa el dinero público sin pudor para comprar poder, votos, medios de comunicación y voluntades. Se adora la prostitución de las palabras y los gestos y, para facilitar el placer, valen la traición, el engaño, la estafa, las promesas falsas y hasta la voladura de la ética y la democracia.

Este tipo de gobierno necesita colocar al frente a un seductor sin moral alguna, flexible, pragmático y desenfrenado, un tipo sin escrúpulos y con un físico atractivo, "méritos" que cumple con creces Pedro Sánchez, todo un seductor obsesionado con el poder, sin frenos éticos.

El gobierno y el partido viven un idilio permanente, sensual y promiscuo, con un electorado al que previamente ha confundido, desinformado y seducido con engaños y promesas falsas y en el que ha eliminado todo freno ético o religioso. Donde dije "digo" digo "Diego" y todo vale si se consigue el orgasmo del poder. Basta escudriñar en la hemeroteca para descubrir que el seductor es un mentiroso que cada día dice una cosa diferente.

El gran problema del gobierno de Pedro Sánchez y de las tribus de izquierda y nacionalistas que le acompañan en el prostíbulo de España es que al final no hay equilibrio, ni armonía porque sólo los sanchistas obtienen beneficios. El pueblo al final se siente mal porque el sanchismo es un violador y maltratador de la pareja, que es el pueblo.

Odia a la Iglesia, pero la compra con dinero para que no mire la cama de la orgía y hace lo mismo con la patronal y hasta con la oposición de derecha. Todo le está permitido, siempre que se participe en el gran reparto de beneficios y laceres. Yo te doy dinero y privilegios; tú me das poder. El orgasmo siempre es una realidad para el poder y un espejismo para el pueblo. Viva la corrupción, la cama redonda política, la orgía de los privilegios y el desenfreno del gasto sin límites.

El gobierno de Sánchez desconoce el amor generoso y solidario. Es un vulgar fornicador de ciudadanos, a los que utiliza y seduce con mentiras, engaños y promesas falsas, a los que oculta las verdades que necesita conocer y a los que les destruye el presente y el futuro, empobreciendo la sociedad, generando desempleo, acorralando al capital y creando devastación en la economía y la ética.

El sanchismo es como la horda de Atila, que por donde pasaba no volvía a crecer la hierba. El territorio devastado no sólo es España, sino también el socialismo y el PSOE, que después de esta experiencia terrible es probable que desaparezca.

El de Sánchez es un gobierno egoísta que no entiende la política como un espacio generoso de armonía, equilibrio y expansión del "bien común", sino como un simple ejercicio de explotación, un gobierno proxeneta, que explota y saquea a su pueblo con impuestos abusivos, privaciones, decadencia y promesas que nunca se hacen realidad.

Francisco Rubiales


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Lunes, 26 de Julio 2021
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