El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, se lamenta en su libro "La audacia de la esperanza" de no conocer el idioma español, pero se consuela con que sus hijas lo estén estudiando con aprovechamiento. Es paradójico que Barak Obama aprecie el español más que la caterva de nacionalistas radicales que en España acosan y persiguen a la lengua común, una decisión propia de dementes que está empobreciendo y aislando a sus desgraciados "subditos".
Una cuarta parte de la población del mundo hablará español a mediados de este siglo XXI, lo que significa que esa lengua, que hoy representa para España una riqueza real y contante del 16 por ciento del PIB, se elevará hasta el 20 por ciento, facilitando también el comercio, la influencia y la relevancia de España en el concierto mundial, así como la facilidad de trabajo y de promoción de los hispanoparlantes en el mercado mundial.
A toda esa riqueza renuncia el aquelarre nacionalista vasco, catalán, gallego y, últimamente, también el mallorquí. Y lo hace únicamente para alimentar su victimismo demente, gracias al cual ganan los votos de los más incultos y débiles, con lo que garantizan sus privilegios, su opresión, sus sueldos inmerecidos, sus coches de lujo y demás ventajas del poder abusivo y antidemocrático que exhiben con impunidad en una España permisiva, donde la ley, muchas veces, deja impunes las barbaridades y errores nocivos de los políticos.
Por sectores, la relevancia económica del idioma alcanza los porcentajes más altos en educación, comunicaciones, industrias culturales y otras actividades empresariales. Según ha declarado el presidente de Telefónica, César Alierta, 'el español es un valor transversal que afecta a contenidos y a tecnologías. Es ya un valor instalado en pleno corazón de la sociedad de la información'.
En los flujos comerciales, la lengua multiplica hasta casi tres veces los intercambios con los países iberoamericanos y el flujo de inmigrantes de esta zona es probablemente dos veces y media superior a lo que hubiera sido sin una lengua común.
La industria de la enseñanza del español, de gran relevancia económica, demuestra su fuerza con cifras como que hay en torno a 240.000 estudiantes extranjeros estudiando español en España. la política lingüistica catalana ha provocado el éxodo de miles de estudiantes que han abandonado Barcelona para radicarse en Madrid, Sevilla y otras muchas ciudades españolas donde no se margina y persigue a los hispanohablantes.
En Gran Bretaña, donde hay 1.5 millones de estudiantes extranjeros aprendiendo inglés, el idioma es la primera industria nacional, con gran diferencia sobre el resto de los sectores, incluyendo la energía, el automovil o las telecomunicaciones.
En el mundo hay 17.8 millones de estudiantes matriculados en clases de español, lo que representa un valor económico enorme para España y para los demás países que hablan el idioma común. Pero lo que más alimenta la esperanza es el enorme potencial de crecimiento del idioma español en todo el mundo. Tan sólo en Brasil hay seis millones de estudiantes actualmente, mientras que en China e India, las dos más poderosas economías emergentes del planeta, el español es hoy el idioma extranjero más demandado en algunas regiones, incluso por delante del inglés.
Una cuarta parte de la población del mundo hablará español a mediados de este siglo XXI, lo que significa que esa lengua, que hoy representa para España una riqueza real y contante del 16 por ciento del PIB, se elevará hasta el 20 por ciento, facilitando también el comercio, la influencia y la relevancia de España en el concierto mundial, así como la facilidad de trabajo y de promoción de los hispanoparlantes en el mercado mundial.
A toda esa riqueza renuncia el aquelarre nacionalista vasco, catalán, gallego y, últimamente, también el mallorquí. Y lo hace únicamente para alimentar su victimismo demente, gracias al cual ganan los votos de los más incultos y débiles, con lo que garantizan sus privilegios, su opresión, sus sueldos inmerecidos, sus coches de lujo y demás ventajas del poder abusivo y antidemocrático que exhiben con impunidad en una España permisiva, donde la ley, muchas veces, deja impunes las barbaridades y errores nocivos de los políticos.
Por sectores, la relevancia económica del idioma alcanza los porcentajes más altos en educación, comunicaciones, industrias culturales y otras actividades empresariales. Según ha declarado el presidente de Telefónica, César Alierta, 'el español es un valor transversal que afecta a contenidos y a tecnologías. Es ya un valor instalado en pleno corazón de la sociedad de la información'.
En los flujos comerciales, la lengua multiplica hasta casi tres veces los intercambios con los países iberoamericanos y el flujo de inmigrantes de esta zona es probablemente dos veces y media superior a lo que hubiera sido sin una lengua común.
La industria de la enseñanza del español, de gran relevancia económica, demuestra su fuerza con cifras como que hay en torno a 240.000 estudiantes extranjeros estudiando español en España. la política lingüistica catalana ha provocado el éxodo de miles de estudiantes que han abandonado Barcelona para radicarse en Madrid, Sevilla y otras muchas ciudades españolas donde no se margina y persigue a los hispanohablantes.
En Gran Bretaña, donde hay 1.5 millones de estudiantes extranjeros aprendiendo inglés, el idioma es la primera industria nacional, con gran diferencia sobre el resto de los sectores, incluyendo la energía, el automovil o las telecomunicaciones.
En el mundo hay 17.8 millones de estudiantes matriculados en clases de español, lo que representa un valor económico enorme para España y para los demás países que hablan el idioma común. Pero lo que más alimenta la esperanza es el enorme potencial de crecimiento del idioma español en todo el mundo. Tan sólo en Brasil hay seis millones de estudiantes actualmente, mientras que en China e India, las dos más poderosas economías emergentes del planeta, el español es hoy el idioma extranjero más demandado en algunas regiones, incluso por delante del inglés.
Comentarios: