Los sátrapas y tiranos tienen miedo de sus pueblos y se sienten obligados a complacerlos, aunque sigan mintiéndoles y manipulándoles. Cada día existen menos poderes en el mundo que se atrevan a dar la espalda a las urnas. El dictador tunecino Ben Alí, presionado por su pueblo en rebeldía, ha tenido que huir del país. Evo Morales, aterrorizado ante el alzamiento de su pueblo, acaba de dar marcha atrás y anulado la ley que subía el precio de los combustibles. En España, el manipulador Zapatero está acosado ante un rechazo popular que ni él mismo podía imaginar: nada menos que el 86 por ciento de los ciudadanos. El espíritu de libertad avanza por todo el mundo y los gobiernos, hipócritas, falsos y llenos de miedo ante sus ciudadanos, esconden su tiranía y hacen profesión de fe democrática.
Es el signo de los tiempos porque el siglo XXI será el siglo de los rebeldes.
Suben los impuestos, hacen pagar a los más débiles el precio de la crisis, se atrincheran en sus privilegios y no renuncian a ellos, a pesar de que los ciudadanos son cada día más pobres, pero tienen un miedo atroz a las masas y retroceden cuando el pueblo sale a las calles. Son tan cobardes como ineptos y ya miran a sus propios ciudadanos como el verdadero enemigo. Definitivamente, la gente está comprendiendo que las castas políticas son el mayor problema del mundo y el gran obstáculo que impide el progreso.
Pero en todas partes el pueblo avanza y ellos retroceden. En España, que hasta hace poco podía considerarse un país pacífico, poblado de esclavos y fanáticos manipulados por el poder, los políticos se sienten ahora presionados y debaten ya renunciar a muchos de los injustos e inmerecidos privilegios que se autoconcedieron, entre ellos pensiones de oro, sueldos suplementarios compatibles, ventajas fiscales y otros, especialmente hirientes ahora que España está plagada de desempleados y pobres.
El miedo de los tiranos se acrecienta cada dia más y se torna en terror cuando sus propios servicios de inteliegencia les advierten que los ciudadanos están descontentos y que el mundo se encuentra en un callejón sin salida donde el desprecio de los ciudadanos a sus líderes, ineptos e incapaces de resolver los problemas, podría resolverse con una explosión social de dimensiones históricas, en la que los malos políticos sean perseguidos como ratas y castigados por una nueva e improvisada Justicia ciudadana, obligada a suplantar la cobarde, politizada y sometida Justicia instituida.
Todos los tiranos acuden a las urnas para bendecir sus tiranías. Verdaderos sátrapas como Hugo Chávez, Evo Morales y hasta el egipcio Hosni Mobarak tienen que abrir las urnas para ganar legitimidad, aunque casi siempre las elecciones estén trucadas y sean una farsa. Hasta tipos como los hermanos Castro, en Cuba, tienen que abrir las urnas, hipócritamente, para justificar su poder, basado en el miedo y la fuerza opresiva.
Dictaduras como la china y la cubana, últimos residuos del odioso y antipopular comunismo, cada día se sienten más presionadas por sus pueblos, que reclaman libertad. Por ahora resisten, pero ¿por cuanto tiempo conseguirán frenar los vientos de libertad?
La gran noticia de 2011 es que las legiones de la decencia, de la libertad y de la rebeldía ciudadana contra el mal gobierno y los abusos de la "casta" política avanzan, aunque más lentamente de lo que queremos los que luchamos por la democracia. Los socialistas han tenido que renunciar públicamente al marxismo, aunque muchos de ellos siguen creyendo secretamente en esa doctrina opresiva, y se sienten obligados a proclamar las bondades de una democracia a la que en el fondo de sus almas odian porque les impide practicar su gran vicio: la ingeniería social, la que trata a los hombres como si fueran barro moldeable.
Los mayores esfuerzos de los tiranos se concentran ya en el control de los medios de comunicación, que son su último escudo y su retaguardia final. Si caen esos medios comprados y sometidos al poder, sólo les queda desaparecer y dejar paso al mundo honrado de ciudadanos y de valores que ellos han intentado asesinar. La obsesión de los canallas en el poder no es ya gobernar bien, sino engañar a las masas y fabricar fanáticos y ganado sometido. Creen que ese es el camino para conservar el poder y los privilegios, ignorando que la mentira siempre retrocede ante la verdad, aunque sea tarde, y que la rebeldía es el verdadero motor de la Historia humana.
Parecen invencibles y se muestran engreídos y exhibiendo todo su poder en televisión. Aparecen rodeados de guardaespaldas y custodiados por policías, en coches blindados y enfundados en trajes de 2.000 euros, pero son basura miedosa que retrocede cuando la ciudadanía sale a las calles a exigirles la justicia, la igualdad y la decencia que ellos han querido eliminar.
El premio nobel de la paz a un disidente chino y el de literatura a un escritor demócrata, como Vargas Llosa, son signos del avance de la libertad frente a la tiranía y el abuso.
España, al igual que un día fue ejemplo mundial de anhelo por la democracia, tras la muerte del Caudillo, y del empuje emprendedor de un pueblo, al simbolizar uno de los mas impresionantes "milagros" económicos del siglo XX, volverá a ser, una vez más, un símbolo mundial de lo que representa la rebeldía silenciosa de un pueblo contra el gobierno abusivo, mentiroso y dañino de Zapatero.
La derrota socialista en las próximas elecciones, probablemente aparatosa y humillante, abrirá una nueva etapa de esperanza en España, impondrá aires de regeneración en la política y en la sociedad y será estudiada en todas las universidades y escuelas del mundo como ejemplo de las consecuencias terribles que acarrean el mal gobierno, la corrupción, la arbitrariedad y el abuso de poder a los partidos políticos y a los políticos profesionales que se olvidan la esencia de la democracia y del servicio al ciudadano.
Los pacíficos patriotas rebeldes y demócratas tenemos motivos para la esperanza porque el tiempo trabaja a nuestro favor y porque el miedo crece cada día más en el arrugado corazón de las ratas.
Pasemos a la acción y pulsa aquí para firmar contra los sueldos desorbitados de la "casta" política en España.
Es el signo de los tiempos porque el siglo XXI será el siglo de los rebeldes.
Suben los impuestos, hacen pagar a los más débiles el precio de la crisis, se atrincheran en sus privilegios y no renuncian a ellos, a pesar de que los ciudadanos son cada día más pobres, pero tienen un miedo atroz a las masas y retroceden cuando el pueblo sale a las calles. Son tan cobardes como ineptos y ya miran a sus propios ciudadanos como el verdadero enemigo. Definitivamente, la gente está comprendiendo que las castas políticas son el mayor problema del mundo y el gran obstáculo que impide el progreso.
Pero en todas partes el pueblo avanza y ellos retroceden. En España, que hasta hace poco podía considerarse un país pacífico, poblado de esclavos y fanáticos manipulados por el poder, los políticos se sienten ahora presionados y debaten ya renunciar a muchos de los injustos e inmerecidos privilegios que se autoconcedieron, entre ellos pensiones de oro, sueldos suplementarios compatibles, ventajas fiscales y otros, especialmente hirientes ahora que España está plagada de desempleados y pobres.
El miedo de los tiranos se acrecienta cada dia más y se torna en terror cuando sus propios servicios de inteliegencia les advierten que los ciudadanos están descontentos y que el mundo se encuentra en un callejón sin salida donde el desprecio de los ciudadanos a sus líderes, ineptos e incapaces de resolver los problemas, podría resolverse con una explosión social de dimensiones históricas, en la que los malos políticos sean perseguidos como ratas y castigados por una nueva e improvisada Justicia ciudadana, obligada a suplantar la cobarde, politizada y sometida Justicia instituida.
Todos los tiranos acuden a las urnas para bendecir sus tiranías. Verdaderos sátrapas como Hugo Chávez, Evo Morales y hasta el egipcio Hosni Mobarak tienen que abrir las urnas para ganar legitimidad, aunque casi siempre las elecciones estén trucadas y sean una farsa. Hasta tipos como los hermanos Castro, en Cuba, tienen que abrir las urnas, hipócritamente, para justificar su poder, basado en el miedo y la fuerza opresiva.
Dictaduras como la china y la cubana, últimos residuos del odioso y antipopular comunismo, cada día se sienten más presionadas por sus pueblos, que reclaman libertad. Por ahora resisten, pero ¿por cuanto tiempo conseguirán frenar los vientos de libertad?
La gran noticia de 2011 es que las legiones de la decencia, de la libertad y de la rebeldía ciudadana contra el mal gobierno y los abusos de la "casta" política avanzan, aunque más lentamente de lo que queremos los que luchamos por la democracia. Los socialistas han tenido que renunciar públicamente al marxismo, aunque muchos de ellos siguen creyendo secretamente en esa doctrina opresiva, y se sienten obligados a proclamar las bondades de una democracia a la que en el fondo de sus almas odian porque les impide practicar su gran vicio: la ingeniería social, la que trata a los hombres como si fueran barro moldeable.
Los mayores esfuerzos de los tiranos se concentran ya en el control de los medios de comunicación, que son su último escudo y su retaguardia final. Si caen esos medios comprados y sometidos al poder, sólo les queda desaparecer y dejar paso al mundo honrado de ciudadanos y de valores que ellos han intentado asesinar. La obsesión de los canallas en el poder no es ya gobernar bien, sino engañar a las masas y fabricar fanáticos y ganado sometido. Creen que ese es el camino para conservar el poder y los privilegios, ignorando que la mentira siempre retrocede ante la verdad, aunque sea tarde, y que la rebeldía es el verdadero motor de la Historia humana.
Parecen invencibles y se muestran engreídos y exhibiendo todo su poder en televisión. Aparecen rodeados de guardaespaldas y custodiados por policías, en coches blindados y enfundados en trajes de 2.000 euros, pero son basura miedosa que retrocede cuando la ciudadanía sale a las calles a exigirles la justicia, la igualdad y la decencia que ellos han querido eliminar.
El premio nobel de la paz a un disidente chino y el de literatura a un escritor demócrata, como Vargas Llosa, son signos del avance de la libertad frente a la tiranía y el abuso.
España, al igual que un día fue ejemplo mundial de anhelo por la democracia, tras la muerte del Caudillo, y del empuje emprendedor de un pueblo, al simbolizar uno de los mas impresionantes "milagros" económicos del siglo XX, volverá a ser, una vez más, un símbolo mundial de lo que representa la rebeldía silenciosa de un pueblo contra el gobierno abusivo, mentiroso y dañino de Zapatero.
La derrota socialista en las próximas elecciones, probablemente aparatosa y humillante, abrirá una nueva etapa de esperanza en España, impondrá aires de regeneración en la política y en la sociedad y será estudiada en todas las universidades y escuelas del mundo como ejemplo de las consecuencias terribles que acarrean el mal gobierno, la corrupción, la arbitrariedad y el abuso de poder a los partidos políticos y a los políticos profesionales que se olvidan la esencia de la democracia y del servicio al ciudadano.
Los pacíficos patriotas rebeldes y demócratas tenemos motivos para la esperanza porque el tiempo trabaja a nuestro favor y porque el miedo crece cada día más en el arrugado corazón de las ratas.
Pasemos a la acción y pulsa aquí para firmar contra los sueldos desorbitados de la "casta" política en España.