Muchos se preguntan qué es Podemos y no consiguen una respuesta certera porque ni siquiera sus creadores saben lo que son. Podemos, mas que un partido político es todavía un estado de opinión, una esperanza en construcción, una puerta abierta a un futuro distinto y una palanca, la única que existe, para acabar con la ignominia que representan los grandes partidos políticos españoles, culpables de haber construido una sociedad injusta y un Estado indecente y ladrón.
Parte de la prensa dice que Podemos es una larva de tiranía y otra dice que es un disfraz de la vieja Izquierda Unida, un partido tan podrido que ha tenido que reencarnarse en Podemos porque es rechazado por los ciudadanos con la misma intensidad con que rechazan al PP y al PSOE. Muchos ciudadanos temen que detrás de Podemos se esconda un intento de traer a España el chavismo venezolano-cubano y no son pocos los que creen que Podemos es una simple teoría oportunista que ha sido elaborada por profesores universitarios astutos, miembros de un sistema universitario como el español, que es de los mas corrompidos y endogámicos del mundo, que han sabido aprovechar el inmenso descontento de la sociedad española con su lamentable y corrupta clase política.
Sin embargo, lo verdadero es afirmar que Podemos no es todavía nada definido porque está en ebullición, atravesado por mil ideas y proyectos, sin programa acabado y dominado por el enorme deseo de acabar con el poder vigente para sustituirlo por algo que sea mucho mejor.
Podemos es un cóctel variopinto y complejo donde conviven indignados, activistas, profesionales cualificados, empresarios, demócratas, soñadores, desempleados y desencantados, cuyo denominador común es el convencimiento de que el actual sistema español, dominado por los grandes partidos, es una basura injusta, corrompida y dañina. Ellos tienen claro y quieren convencer al resto de los españoles de que Podemos es la única vía para acabar con el actual sistema político, un régimen que parecía invencible y que, tras apropiarse de un Estado que era de todos, se ha enquistado en las entrañas de España como un tumor maligno que no para de crecer y de expoliar.
Uno puede estar o no de acuerdo con Podemos, puede tener miedo de sus rasgos totalitarios o pensar que sus dirigentes son unos iluminados peligrosos, pero lo que no puede negarse es que Podemos es el único ariete disponible para derribar los muros de un sistema que ha hundido a España, que la ha desprestigiado a nivel mundial, que la ha llevado hasta el desempleo masivo, la pobreza que avanza y el fracaso y que se ha apropiado del Estado, expulsando de él a sus dueños legítimos, los ciudadanos, y a los grandes valores que garantizaban el servicio al bien común.
Podemos nació realizando una crítica feroz a la situación política que conectaba con los sentimientos de millones de ciudadanos decepcionados. El triunfo de Podemos sorprendió porque los políticos y sus servidores periodistas e intelectuales, alienados y embrutecidos por el disfrute del poder y de los privilegios, no se habían dado cuenta que el rechazo de los ciudadanos ya se había convertido en odio a los políticos. Pronto ganó millones de adeptos, tan indignados con la clase política que preferían asumir los riesgos de un Podemos desconocido a la sucia realidad de un PSOE y un PP que, unidos a sus aliados de IU y nacionalistas, han instaurado la injusticia, la rapiña y la prostitución de la democracia en las últimas décadas.
Podemos ha sabido capitalizar la indignación ciudadana y, sin tener aún un programa económico, se colocó ya en una posición destacada en intención de voto.
La sociedad española se encuentra ahora inmersa en un océano de dudas y de miedos. No sabe que es o que terminará siendo Podemos y teme que si llega al poder se convierta en una dictadura, pero también sabe que lo que existe es insoportable, que los actuales grandes partidos son las asociaciones mas delictivas del país, después de ETA, que los que han gobernado España merecen ser expulsados con tarjeta roja y que sólo Podemos puede echarlos.
Si España fuera un aula con cincuenta alumnos, la descripción sería la siguiente: 45 saben que la corrupción es el gran drama y creen que los actuales dirigentes deberían ser expulsados del poder; 40 están dispuestos a usar las urnas para cambiar el sistema; de esos 40, apenas 20 ya han decidido votar por el cambio y otros 20 se debaten entre el miedo y la esperanza; solo diez han decidido ya seguir con la basura dominante y apoyar a los que han gobernado con injusticia y latrocinio. La clave está en los 20 que dudan. Si esos 20 empujan el ariete, caerá el enorme muro defensivo construido por el sistema para que los mismos sigan mandando siempre.
Muchos pensadores y ciudadanos inquietos nos debatimos en la duda y temblamos ante los miedos y las amenazas, pero también sentimos el empuje del deseo y la necesidad de terminar con la basura inicua reinante porque estamos cansados de corrupción, de endeudamiento enloquecido, de despilfarro, de impunidad, de abuso de poder y de que hagan pasar por democracia lo que es solo una cloaca maloliente.
Esa es la actual realidad española.
Parte de la prensa dice que Podemos es una larva de tiranía y otra dice que es un disfraz de la vieja Izquierda Unida, un partido tan podrido que ha tenido que reencarnarse en Podemos porque es rechazado por los ciudadanos con la misma intensidad con que rechazan al PP y al PSOE. Muchos ciudadanos temen que detrás de Podemos se esconda un intento de traer a España el chavismo venezolano-cubano y no son pocos los que creen que Podemos es una simple teoría oportunista que ha sido elaborada por profesores universitarios astutos, miembros de un sistema universitario como el español, que es de los mas corrompidos y endogámicos del mundo, que han sabido aprovechar el inmenso descontento de la sociedad española con su lamentable y corrupta clase política.
Sin embargo, lo verdadero es afirmar que Podemos no es todavía nada definido porque está en ebullición, atravesado por mil ideas y proyectos, sin programa acabado y dominado por el enorme deseo de acabar con el poder vigente para sustituirlo por algo que sea mucho mejor.
Podemos es un cóctel variopinto y complejo donde conviven indignados, activistas, profesionales cualificados, empresarios, demócratas, soñadores, desempleados y desencantados, cuyo denominador común es el convencimiento de que el actual sistema español, dominado por los grandes partidos, es una basura injusta, corrompida y dañina. Ellos tienen claro y quieren convencer al resto de los españoles de que Podemos es la única vía para acabar con el actual sistema político, un régimen que parecía invencible y que, tras apropiarse de un Estado que era de todos, se ha enquistado en las entrañas de España como un tumor maligno que no para de crecer y de expoliar.
Uno puede estar o no de acuerdo con Podemos, puede tener miedo de sus rasgos totalitarios o pensar que sus dirigentes son unos iluminados peligrosos, pero lo que no puede negarse es que Podemos es el único ariete disponible para derribar los muros de un sistema que ha hundido a España, que la ha desprestigiado a nivel mundial, que la ha llevado hasta el desempleo masivo, la pobreza que avanza y el fracaso y que se ha apropiado del Estado, expulsando de él a sus dueños legítimos, los ciudadanos, y a los grandes valores que garantizaban el servicio al bien común.
Podemos nació realizando una crítica feroz a la situación política que conectaba con los sentimientos de millones de ciudadanos decepcionados. El triunfo de Podemos sorprendió porque los políticos y sus servidores periodistas e intelectuales, alienados y embrutecidos por el disfrute del poder y de los privilegios, no se habían dado cuenta que el rechazo de los ciudadanos ya se había convertido en odio a los políticos. Pronto ganó millones de adeptos, tan indignados con la clase política que preferían asumir los riesgos de un Podemos desconocido a la sucia realidad de un PSOE y un PP que, unidos a sus aliados de IU y nacionalistas, han instaurado la injusticia, la rapiña y la prostitución de la democracia en las últimas décadas.
Podemos ha sabido capitalizar la indignación ciudadana y, sin tener aún un programa económico, se colocó ya en una posición destacada en intención de voto.
La sociedad española se encuentra ahora inmersa en un océano de dudas y de miedos. No sabe que es o que terminará siendo Podemos y teme que si llega al poder se convierta en una dictadura, pero también sabe que lo que existe es insoportable, que los actuales grandes partidos son las asociaciones mas delictivas del país, después de ETA, que los que han gobernado España merecen ser expulsados con tarjeta roja y que sólo Podemos puede echarlos.
Si España fuera un aula con cincuenta alumnos, la descripción sería la siguiente: 45 saben que la corrupción es el gran drama y creen que los actuales dirigentes deberían ser expulsados del poder; 40 están dispuestos a usar las urnas para cambiar el sistema; de esos 40, apenas 20 ya han decidido votar por el cambio y otros 20 se debaten entre el miedo y la esperanza; solo diez han decidido ya seguir con la basura dominante y apoyar a los que han gobernado con injusticia y latrocinio. La clave está en los 20 que dudan. Si esos 20 empujan el ariete, caerá el enorme muro defensivo construido por el sistema para que los mismos sigan mandando siempre.
Muchos pensadores y ciudadanos inquietos nos debatimos en la duda y temblamos ante los miedos y las amenazas, pero también sentimos el empuje del deseo y la necesidad de terminar con la basura inicua reinante porque estamos cansados de corrupción, de endeudamiento enloquecido, de despilfarro, de impunidad, de abuso de poder y de que hagan pasar por democracia lo que es solo una cloaca maloliente.
Esa es la actual realidad española.