Los socialistas son unos genios utilizando la mentira, la propaganda engañosa y las drogas psicológicas. Con el miedo, la mentira, la envidia, la división, el engaño, falsas promesas y trucos de trileros han logrado que millones españoles vean luz donde hay sombras y verdad en un mar de mentiras.
Han logrado que olvidemos que llevan casi dos siglos agrediendo a España, que provocaron la Guerra Civil de 1936, que saquearon el oro del Banco de España, que degeneraron la democracia instaurada en 1978, hasta convertirla en un burdel regentado por los políticos, que cada vez que gobernaron, tanto con González como con Zapatero y Pedro Sánchez, arruinaron a España, que nos han inundado de corrupción, que han convertido España en un basurero y que, bajo su gobierno, España retrocede, se empobrece y ha perdido peso y prestigio en el mundo.
Es tanta la perversión de la mal llamada democracia en España, que es posible que un presidente tenga como aliados a golpistas y terroristas. ¿Se imaginan ustedes cuanto tardaría Macron en ser expulsado del poder si se apoyara en partidos que quieren destruir Francia?
Sin la menor duda, el gran éxito del PSOE es haber anestesiado a toda la sociedad española, haciendo pasar por buena la maldad y por liderazgo la traición y el abuso.
La última infamia, el indulto de delincuentes llenos de odio a España, lo están vendiendo como una apuesta por la reconciliación y el fin del conflicto catalán, cuando no es otra cosa que una medida para que el César plagiador Sánchez permanezca más tiempo en el poder, a pesar de que las encuestas le señalan ya como un fracasado perdedor amortizado y rechazado por su pueblo.
¿Qué nos han inyectado los socialistas para que no veamos en Sánchez a un traidor y al peor gobernante que ha tenido España desde los reinos visigodos? ¿No ha sido heroína, ni cocaína, ni morfina, ni opio, ni metadona, sino altas dosis de miedo, mentiras, engaños, promesas falsas y confusión, un cóctel canalla digno de tiranías enemigas de sus pueblos.
Un escándalo tras otro y los españoles sin reaccionar, olvidando la libertad y sin gallardía suficiente para expulsar del poder a los peores, que se han apoderado del Estado para destrozar la nación.
Reparten e dinero de todos con parcialidad insultante, dando a los catalanes, de cuyos votos depende su poder, más dinero e inversiones públicas que al resto de las regiones, lo que constituye una brutalidad que sería delito en cualquier democracia avanzada.
A los que les apoyan les llueven los beneficios y privilegios, mientras a los que les plantan cara son acosados. Los presos etarras son acercados a las cárceles vascas y los presos golpistas catalanes que quisieron romper la nación han vivido en cárceles de lujo, con redes sociales, entradas, salidas, comidas especiales y privilegios que escandalizaban hasta a los más curtidos oficiales de prisiones. Todo eso porque los votos del nacionalismo mantienen a Sánchez en el poder. Es difícil encontrar en la Historia de España tanta vileza como la del presente español.
La España de Sánchez parece un burdel, donde nosotros, el pueblo, somos las putas y además pagamos la cama.
Francisco Rubiales
Han logrado que olvidemos que llevan casi dos siglos agrediendo a España, que provocaron la Guerra Civil de 1936, que saquearon el oro del Banco de España, que degeneraron la democracia instaurada en 1978, hasta convertirla en un burdel regentado por los políticos, que cada vez que gobernaron, tanto con González como con Zapatero y Pedro Sánchez, arruinaron a España, que nos han inundado de corrupción, que han convertido España en un basurero y que, bajo su gobierno, España retrocede, se empobrece y ha perdido peso y prestigio en el mundo.
Es tanta la perversión de la mal llamada democracia en España, que es posible que un presidente tenga como aliados a golpistas y terroristas. ¿Se imaginan ustedes cuanto tardaría Macron en ser expulsado del poder si se apoyara en partidos que quieren destruir Francia?
Sin la menor duda, el gran éxito del PSOE es haber anestesiado a toda la sociedad española, haciendo pasar por buena la maldad y por liderazgo la traición y el abuso.
La última infamia, el indulto de delincuentes llenos de odio a España, lo están vendiendo como una apuesta por la reconciliación y el fin del conflicto catalán, cuando no es otra cosa que una medida para que el César plagiador Sánchez permanezca más tiempo en el poder, a pesar de que las encuestas le señalan ya como un fracasado perdedor amortizado y rechazado por su pueblo.
¿Qué nos han inyectado los socialistas para que no veamos en Sánchez a un traidor y al peor gobernante que ha tenido España desde los reinos visigodos? ¿No ha sido heroína, ni cocaína, ni morfina, ni opio, ni metadona, sino altas dosis de miedo, mentiras, engaños, promesas falsas y confusión, un cóctel canalla digno de tiranías enemigas de sus pueblos.
Un escándalo tras otro y los españoles sin reaccionar, olvidando la libertad y sin gallardía suficiente para expulsar del poder a los peores, que se han apoderado del Estado para destrozar la nación.
Reparten e dinero de todos con parcialidad insultante, dando a los catalanes, de cuyos votos depende su poder, más dinero e inversiones públicas que al resto de las regiones, lo que constituye una brutalidad que sería delito en cualquier democracia avanzada.
A los que les apoyan les llueven los beneficios y privilegios, mientras a los que les plantan cara son acosados. Los presos etarras son acercados a las cárceles vascas y los presos golpistas catalanes que quisieron romper la nación han vivido en cárceles de lujo, con redes sociales, entradas, salidas, comidas especiales y privilegios que escandalizaban hasta a los más curtidos oficiales de prisiones. Todo eso porque los votos del nacionalismo mantienen a Sánchez en el poder. Es difícil encontrar en la Historia de España tanta vileza como la del presente español.
La España de Sánchez parece un burdel, donde nosotros, el pueblo, somos las putas y además pagamos la cama.
Francisco Rubiales