El socialismo retrocede en toda Europa, donde apenas queda un manojo de países con gobiernos de izquierda. Las causas de la debacle socialista son muchas, pero destacan tres: la corrupción, la pésima gestión de la economía y el abandono de los principios y doctrinas que hacían de la izquierda la defensora de los más humildes y desposeídos.
Manchada por la corrupción y asolada por los escándalos, la izquierda europea retrocede por doquier. El Inglaterra, su gran bastión, Gordon Brown se hunde en las encuestas y se prepara para entregar el poder, probablemente a los conservadores de Cameron. En Francia, Alemania e Italia, la izquierda ha sido barrida en las urnas.
La crisis económica, que llega cargada de problemas y dificultades para los más pobres, en lugar de servir de estimulante a la izquierda está terminando de hundirla porque en los países donde la izquierda resistía es donde la ruína de la economía es más palpable y peligrosa. Grecia, Portugal y España, tres países con gobiernos socialistas, son los tres enfermos de Europa.
José Luis Rodríguez Zapatero, que fue acogido por la izquierda europea con entusiasmo, porque representaba una esperanza de resurrección por su talante, aparentemente dialogante y optimista, y por su políticas de ampliación de derechos para los marginados, ha llenado España de desempleados y nuevos pobres, resultando ser todo un "bluf" letal para la izquierda, no sólo en España, donde ya retrocede claramente en las encuestas, sino en toda Europa, donde la mentira instaurada en el poder español, las amistades totalitarias del presidente, la baja calidad de la democracia y la nefasta gestión de la crisis, están provocando un rechazo generalizado a las políticas falsas y truculentas de una izquierda que, por lo menos en España, demuestra cada día que es ineficiente y que no cree en la democracia.
Zapatero, que un día fue la esperanza de la izquierda europea, es hoy su peor activo y el cartel más dañino, entre otras razones porque está convirtiendo a la antes próspera España en un país desmoralizado y sin futuro, donde el desempleo y la pobreza avanzan, junto con otras lacras deplorables como la prostitución, el blanqueo de dinero, la corrupción, el alcoholismo, el tráfico y consumo de drogas, el intervencionismo del poder político en la vida ciudadana, la hipertrofia del Estado,el desprestigio de una "casta" política cada día más odiada por los ciudadanos, la caída de los valores y el hundimiento generalizado de la confianza y la esperanza.
Manchada por la corrupción y asolada por los escándalos, la izquierda europea retrocede por doquier. El Inglaterra, su gran bastión, Gordon Brown se hunde en las encuestas y se prepara para entregar el poder, probablemente a los conservadores de Cameron. En Francia, Alemania e Italia, la izquierda ha sido barrida en las urnas.
La crisis económica, que llega cargada de problemas y dificultades para los más pobres, en lugar de servir de estimulante a la izquierda está terminando de hundirla porque en los países donde la izquierda resistía es donde la ruína de la economía es más palpable y peligrosa. Grecia, Portugal y España, tres países con gobiernos socialistas, son los tres enfermos de Europa.
José Luis Rodríguez Zapatero, que fue acogido por la izquierda europea con entusiasmo, porque representaba una esperanza de resurrección por su talante, aparentemente dialogante y optimista, y por su políticas de ampliación de derechos para los marginados, ha llenado España de desempleados y nuevos pobres, resultando ser todo un "bluf" letal para la izquierda, no sólo en España, donde ya retrocede claramente en las encuestas, sino en toda Europa, donde la mentira instaurada en el poder español, las amistades totalitarias del presidente, la baja calidad de la democracia y la nefasta gestión de la crisis, están provocando un rechazo generalizado a las políticas falsas y truculentas de una izquierda que, por lo menos en España, demuestra cada día que es ineficiente y que no cree en la democracia.
Zapatero, que un día fue la esperanza de la izquierda europea, es hoy su peor activo y el cartel más dañino, entre otras razones porque está convirtiendo a la antes próspera España en un país desmoralizado y sin futuro, donde el desempleo y la pobreza avanzan, junto con otras lacras deplorables como la prostitución, el blanqueo de dinero, la corrupción, el alcoholismo, el tráfico y consumo de drogas, el intervencionismo del poder político en la vida ciudadana, la hipertrofia del Estado,el desprestigio de una "casta" política cada día más odiada por los ciudadanos, la caída de los valores y el hundimiento generalizado de la confianza y la esperanza.