El poder político en España ha sometido a los periodistas, pero quedan todavía algunos medios y periodistas libres que defienden la verdad. Ha sometido a los jueces, pero quedan algunos decentes, capaces e castigar a los canallas y corruptos con altos cargos. Lo mismo ocurre con otras profesiones, pero ¿donde están los maestros libres que se han opuesto a la conversión de las escuelas en fábricas de vagos acobardados o en centros de odio, como ha ocurrido en Cataluña?
El poder descontrolado de los partidos políticos y las competencias excesivas de las autonomías están detrás de ese profundo deterioro de la enseñanza en España, que ya ha condenado a una generación entera a la vulgaridad y al fracaso. Haber cedido las competencias de educación a las comunidades autónomas es una locura que España ya está pagando y que siembra el futuro de inquietudes y amenazas.
Las autonomías no están a la altura y destruirán España si no se les arrebatan competencias que nunca debieron recibir.
Aparentemente, las propuestas que plantea el vídeo son radicales, pero en realidad no lo son porque las autonomías son el mayor problema de España, después e la bajeza de los políticos, y si no acabamos con ellas, esas taifas despilfarradoras y arrogantes, refugios de sátrapas mediocres y corruptos, acabaran con España.
El drama de la enseñanza en Cataluña no es un caso aislado, sino la consecuencia del diseño estúpido del sistema educativo español, puesto en manos de políticos irresponsables que muchas veces trabajan contra los intereses de España y de la ciudadanía. Toda una generación de catalanes ha sido penosa y alevosamente adoctrinada en las escuelas, institutos y universidades, donde, al anteponerse los intereses políticos a la calidad formativa, no sólo han fabricado independentistas, sino también mediocres, violentos, inadaptados y resentidos.
Muchos docentes, en Cataluña y en otras regiones de España, se han sometido al poder político, han renunciado a su libertad de cátedra y se han radicalizado y convertido en frustrados que proyectan sobre sus alumnos su mediocridad, resentimiento y odio, con más énfasis y eficacia que los conocimientos, radicalizando y vulgarizando también a los alumnos.
Francisco Rubiales
El poder descontrolado de los partidos políticos y las competencias excesivas de las autonomías están detrás de ese profundo deterioro de la enseñanza en España, que ya ha condenado a una generación entera a la vulgaridad y al fracaso. Haber cedido las competencias de educación a las comunidades autónomas es una locura que España ya está pagando y que siembra el futuro de inquietudes y amenazas.
Las autonomías no están a la altura y destruirán España si no se les arrebatan competencias que nunca debieron recibir.
Aparentemente, las propuestas que plantea el vídeo son radicales, pero en realidad no lo son porque las autonomías son el mayor problema de España, después e la bajeza de los políticos, y si no acabamos con ellas, esas taifas despilfarradoras y arrogantes, refugios de sátrapas mediocres y corruptos, acabaran con España.
El drama de la enseñanza en Cataluña no es un caso aislado, sino la consecuencia del diseño estúpido del sistema educativo español, puesto en manos de políticos irresponsables que muchas veces trabajan contra los intereses de España y de la ciudadanía. Toda una generación de catalanes ha sido penosa y alevosamente adoctrinada en las escuelas, institutos y universidades, donde, al anteponerse los intereses políticos a la calidad formativa, no sólo han fabricado independentistas, sino también mediocres, violentos, inadaptados y resentidos.
Muchos docentes, en Cataluña y en otras regiones de España, se han sometido al poder político, han renunciado a su libertad de cátedra y se han radicalizado y convertido en frustrados que proyectan sobre sus alumnos su mediocridad, resentimiento y odio, con más énfasis y eficacia que los conocimientos, radicalizando y vulgarizando también a los alumnos.
Francisco Rubiales