España es mucho más inhóspita e insegura desde que los políticos españoles apostaron por una sociedad multicultural y abrieron las puertas a una inmigración que no supieron controlar ni ordenar. La realidad demuestra que los españoles son ejemplares corderitos y ciudadanos admirables si se los compara con muchos de los extranjeros que viven entre nosotros, algo que los medios ocultan, como también esconden la realidad de que casi el 70 por ciento de los delitos cometidos en España son obra de extranjeros.
El ocultamiento consciente de la verdad en España por parte de políticos y periodistas tiene rasgos delictivos y viola el derecho humano fundamental del ciudadano a ser informado verazmente. Si al menos lo hicieran, como dicen, para evitar brotes de racismo y xenofobia, pero lo hacen para eludir su responsabilidad, ya que detrás de muchos crímenes que padecen los ciudadanos está el mal gobierno, la torpeza y la incapacidad de los políticos para filtrar y controlar una inmigración que ellos han convertido en una riada con demasiados delincuentes.
Los crímenes de violencia de género tienen unas estadísticas conmovedoras: Año 2007: 71 mujeres. ///Año 2008: 84 mujeres asesinadas ///Año 2009: 68 mujeres asesinadas /// Año 2010: 85 mujeres asesinadas /// Año 2011: 67 mujeres asesinadas /// Año 2012: 57 mujeres asesinadas /// Año 2013: 57 mujeres asesinadas /// Año 2014: 59 mujeres asesinadas ////Año 2015: 64 mujeres asesinadas////Año 2016: 53 mujeres asesinadas////Año 2017: 55 mujeres asesinadas.
En lo que llevamos de 2018 han sido asesinadas en España por 'violencia de género' 34 mujeres (puede que la cifra haya subido en el momento de leer este artículo), de un total de 958 desde el 1 de enero de 2003, cuando se empezaron a contabilizar. En el año actual, más del 75 por ciento de los asesinatos fueron cometidos por parejas de origen no español (marroquíes, rumanos, cubanos, gitanos, lituanos, colombianos y guatemaltecos), un dato que las autoridades ocultan porque no quieren criminalizar a los inmigrantes.
Dos de los asesinos españoles fueron un anciano de 91 años, que envenenó a su mujer, de 90 años, porque ésta tenía alzheimer y "no quería verla sufrir" y otro de 88 años, a quien sus vecinos describían como "un auténtico caballero" que "siempre estaba atento a su mujer" porque "se querían mucho", y que dejó escrito que no soportaba el también avanzado alzheimer de su esposa y que prefería matarla y suicidarse después a que su enfermedad empeorara o que ella cayera en el más absoluto desamparo, si a él le ocurría algo.
La realidad, cruda, demuestra que los criminales de genero son, en su inmensa mayoría, inmigrantes. España, cuyos políticos están obsesionados con la violencia de género, no reconoce que ese delito lo han importado directamente esos mismos políticos, que abren la mano a una inmigración que no son capaces de controlar, integrada por ríos de gente entre las que figuran miles de delincuentes y gente hostil dispuesta a delinquir, a odiar y a jamás integrarse en la cultura del pueblo que les acoge.
Quien vea en la evidencia de los hechos atisbo alguno de 'racismo' o 'xenofobia' tiene un auténtico problema de percepción. Los hechos son los hechos.
Mientras antes desechemos el buenismo de la progresía y lo políticamente correcto, antes localizaremos el problema (predominantemente cultural), mejoraremos la prevención y más vidas podremos salvar.
Francisco Rubiales
El ocultamiento consciente de la verdad en España por parte de políticos y periodistas tiene rasgos delictivos y viola el derecho humano fundamental del ciudadano a ser informado verazmente. Si al menos lo hicieran, como dicen, para evitar brotes de racismo y xenofobia, pero lo hacen para eludir su responsabilidad, ya que detrás de muchos crímenes que padecen los ciudadanos está el mal gobierno, la torpeza y la incapacidad de los políticos para filtrar y controlar una inmigración que ellos han convertido en una riada con demasiados delincuentes.
Los crímenes de violencia de género tienen unas estadísticas conmovedoras: Año 2007: 71 mujeres. ///Año 2008: 84 mujeres asesinadas ///Año 2009: 68 mujeres asesinadas /// Año 2010: 85 mujeres asesinadas /// Año 2011: 67 mujeres asesinadas /// Año 2012: 57 mujeres asesinadas /// Año 2013: 57 mujeres asesinadas /// Año 2014: 59 mujeres asesinadas ////Año 2015: 64 mujeres asesinadas////Año 2016: 53 mujeres asesinadas////Año 2017: 55 mujeres asesinadas.
En lo que llevamos de 2018 han sido asesinadas en España por 'violencia de género' 34 mujeres (puede que la cifra haya subido en el momento de leer este artículo), de un total de 958 desde el 1 de enero de 2003, cuando se empezaron a contabilizar. En el año actual, más del 75 por ciento de los asesinatos fueron cometidos por parejas de origen no español (marroquíes, rumanos, cubanos, gitanos, lituanos, colombianos y guatemaltecos), un dato que las autoridades ocultan porque no quieren criminalizar a los inmigrantes.
Dos de los asesinos españoles fueron un anciano de 91 años, que envenenó a su mujer, de 90 años, porque ésta tenía alzheimer y "no quería verla sufrir" y otro de 88 años, a quien sus vecinos describían como "un auténtico caballero" que "siempre estaba atento a su mujer" porque "se querían mucho", y que dejó escrito que no soportaba el también avanzado alzheimer de su esposa y que prefería matarla y suicidarse después a que su enfermedad empeorara o que ella cayera en el más absoluto desamparo, si a él le ocurría algo.
La realidad, cruda, demuestra que los criminales de genero son, en su inmensa mayoría, inmigrantes. España, cuyos políticos están obsesionados con la violencia de género, no reconoce que ese delito lo han importado directamente esos mismos políticos, que abren la mano a una inmigración que no son capaces de controlar, integrada por ríos de gente entre las que figuran miles de delincuentes y gente hostil dispuesta a delinquir, a odiar y a jamás integrarse en la cultura del pueblo que les acoge.
Quien vea en la evidencia de los hechos atisbo alguno de 'racismo' o 'xenofobia' tiene un auténtico problema de percepción. Los hechos son los hechos.
Mientras antes desechemos el buenismo de la progresía y lo políticamente correcto, antes localizaremos el problema (predominantemente cultural), mejoraremos la prevención y más vidas podremos salvar.
Francisco Rubiales