Millones de españoles piensan que no merece estar de vacaciones, sino en la cárcel. También son legión los que creen que el rey Felipe no debería autorizarle para que forme gobierno, ya que el monarca es consciente de que se lo está encargando a un traidor que se rodeará y entregará el poder a amigos del terrorismo, comunistas totalitarios y nacionalistas vascos y catalanes llenos de odio y con el deseo de destruir España. Si el rey habilita a Sánchez para que forme gobierno, se convierte en cómplice y en responsable, junto con el presidente, de lo que nos ocurra.
El país está hecho unos zorros, dividido, destrozado, desanimado y plagado de sospechas y miedos. La mitad de la población sospecha que ha habido fraude electoral y considera que el sanchismo, si vuelve a gobernar, será ilegítimo.
La idea de repetir el cóctel que nos gobernó en la pasada legislatura aterroriza a muchos españoles y siembra la inquietud y el miedo en la nación.
¿Por qué hay que repetir lo que ha sido un desastre? ¿Para qué reeditar el odio y la división? ¿Que coño ha funcionado en la España de Pedro Sánchez para que repitamos el mejunje de la indecencia? Hemos tenido los peores resultados en enseñanza; más de 800.000 pacientes en espera de ser operados, muchos de ellos sufriendo dolores de muerte; la deuda superando ya el billón y medio, más que el PIB; la corrupción ensuciando toda la nación; el pueblo indignado, salvo los esclavos, los adictos al dinero público y los militantes y enchufados que viven del botín del Estado.
Queremos repetir una etapa desgraciada en la que todo ha sido falso: falsedad ee la moneda común, en las noticias, en los ideales, los currículos son falsos, las tesis doctorales de los que gobiernan son falsas y las promesas, declaraciones y compromisos son falsos.
Lo único verdadero son la decadencia, la injusticia, la mentira, la bajeza de los políticos y el engaño.
Las grandes apuestas del poder son falsas, como lo son también los valores y principios del sistema.
Bajo el sanchismo no es cierto que exista democracia en España, ni que el pueblo sea soberano, ni que la ley sea igual para todos. Es mentira que el Estado, como está diseñado, sea necesario, ni que el Congreso sirva para debatir en libertad, ni que la Justicia sea independiente, ni que los impuestos sean necesarios, ni que los políticos sean gente decente, ni que amen a España, ni que estén al servicio del pueblo.
Falsedades, sospechas, confusión y multitud de preguntas sin respuestas: Cómo va el asunto del Tito Berni? ¿Ha entrado ya Griñàn en la cárcel? ¿Dónde están las maletas del ministro Àbalos y qué había en ellas? ¿Cuántos pederastas y violadores habéis liberado con la ley del “Sí es sí”? ¿Cuántos políticos se han hecho millonarios ejerciendo el poder?
La técnica del PSOE es vieja, pero funciona en países capados, como España: una boñiga se coloca encima de la anterior, la siguiente encima y así sucesivamente. Al final, la montaña de mierda parece que es una sola boñiga, pero son miles.
La sospecha del pucherazo atraviesa el país de norte a sur, destruyendo la confianza en los gobernantes y anulando la esencia de la democracia, que es la confianza de los administrados en sus administradores.
El país acumula dramas y avanza hacia el desastre, dividido, desanimado, sin ideales comunes, presidido por un Sánchez al que media nación quiere ver encarcelado.
La prensa libre y crítica ha sido asesinada. Los corruptos campean por España como tribus de bárbaros, arrasándolo todo, pero como la Justicia está politizada, pocos van a la cárcel. Hay decenas de miles de políticos y altos cargos que se han hecho millonarios con la política, pero son impunes y no pagan por sus delitos, ni devuelven lo robado.
La España de Sánchez es un drama que en ningún país del mundo ganaría más de 10 diputados, pero España es diferente y está llena de ciudadanos cargados de odio y rencor, que votan a la izquierda para que no gane al derecha, aunque sepan que la izquierda nos conduce a la tumba.
Los españoles, atribulados por las mentiras, por los muchos gobiernos que tienen que mantener y tantos políticos a sueldo, asesores, enchufados y parlamentos, no tenemos futuro. Nunca hubo tanta delincuencia, ni tantos okupas como ahora. A más políticos más delincuencia y más inseguridad. Con sánchez sólo nos espera miseria y pobreza.
En Europa apenas quedan comunistas y socialistas, pero en España son legiones. ¿Que le ha pasado a este país? ¿Quien lo ha podrido y pervertido hasta el vómito? ¿Quien tiene poder o voluntad de salvarlo? ¿Qué le pasa a nuestras grandes instituciones defensivas: Monarquía, Justicia, Fuerzas Armadas, etc.? ¿Por qué todos callan? ¿Será porque los amos de todos ellos controlan el mundo desde las sombras y residen en Estados Unidos?
Francisco Rubiales
El país está hecho unos zorros, dividido, destrozado, desanimado y plagado de sospechas y miedos. La mitad de la población sospecha que ha habido fraude electoral y considera que el sanchismo, si vuelve a gobernar, será ilegítimo.
La idea de repetir el cóctel que nos gobernó en la pasada legislatura aterroriza a muchos españoles y siembra la inquietud y el miedo en la nación.
¿Por qué hay que repetir lo que ha sido un desastre? ¿Para qué reeditar el odio y la división? ¿Que coño ha funcionado en la España de Pedro Sánchez para que repitamos el mejunje de la indecencia? Hemos tenido los peores resultados en enseñanza; más de 800.000 pacientes en espera de ser operados, muchos de ellos sufriendo dolores de muerte; la deuda superando ya el billón y medio, más que el PIB; la corrupción ensuciando toda la nación; el pueblo indignado, salvo los esclavos, los adictos al dinero público y los militantes y enchufados que viven del botín del Estado.
Queremos repetir una etapa desgraciada en la que todo ha sido falso: falsedad ee la moneda común, en las noticias, en los ideales, los currículos son falsos, las tesis doctorales de los que gobiernan son falsas y las promesas, declaraciones y compromisos son falsos.
Lo único verdadero son la decadencia, la injusticia, la mentira, la bajeza de los políticos y el engaño.
Las grandes apuestas del poder son falsas, como lo son también los valores y principios del sistema.
Bajo el sanchismo no es cierto que exista democracia en España, ni que el pueblo sea soberano, ni que la ley sea igual para todos. Es mentira que el Estado, como está diseñado, sea necesario, ni que el Congreso sirva para debatir en libertad, ni que la Justicia sea independiente, ni que los impuestos sean necesarios, ni que los políticos sean gente decente, ni que amen a España, ni que estén al servicio del pueblo.
Falsedades, sospechas, confusión y multitud de preguntas sin respuestas: Cómo va el asunto del Tito Berni? ¿Ha entrado ya Griñàn en la cárcel? ¿Dónde están las maletas del ministro Àbalos y qué había en ellas? ¿Cuántos pederastas y violadores habéis liberado con la ley del “Sí es sí”? ¿Cuántos políticos se han hecho millonarios ejerciendo el poder?
La técnica del PSOE es vieja, pero funciona en países capados, como España: una boñiga se coloca encima de la anterior, la siguiente encima y así sucesivamente. Al final, la montaña de mierda parece que es una sola boñiga, pero son miles.
La sospecha del pucherazo atraviesa el país de norte a sur, destruyendo la confianza en los gobernantes y anulando la esencia de la democracia, que es la confianza de los administrados en sus administradores.
El país acumula dramas y avanza hacia el desastre, dividido, desanimado, sin ideales comunes, presidido por un Sánchez al que media nación quiere ver encarcelado.
La prensa libre y crítica ha sido asesinada. Los corruptos campean por España como tribus de bárbaros, arrasándolo todo, pero como la Justicia está politizada, pocos van a la cárcel. Hay decenas de miles de políticos y altos cargos que se han hecho millonarios con la política, pero son impunes y no pagan por sus delitos, ni devuelven lo robado.
La España de Sánchez es un drama que en ningún país del mundo ganaría más de 10 diputados, pero España es diferente y está llena de ciudadanos cargados de odio y rencor, que votan a la izquierda para que no gane al derecha, aunque sepan que la izquierda nos conduce a la tumba.
Los españoles, atribulados por las mentiras, por los muchos gobiernos que tienen que mantener y tantos políticos a sueldo, asesores, enchufados y parlamentos, no tenemos futuro. Nunca hubo tanta delincuencia, ni tantos okupas como ahora. A más políticos más delincuencia y más inseguridad. Con sánchez sólo nos espera miseria y pobreza.
En Europa apenas quedan comunistas y socialistas, pero en España son legiones. ¿Que le ha pasado a este país? ¿Quien lo ha podrido y pervertido hasta el vómito? ¿Quien tiene poder o voluntad de salvarlo? ¿Qué le pasa a nuestras grandes instituciones defensivas: Monarquía, Justicia, Fuerzas Armadas, etc.? ¿Por qué todos callan? ¿Será porque los amos de todos ellos controlan el mundo desde las sombras y residen en Estados Unidos?
Francisco Rubiales