La prensa informa que el Ministerio de Cultura ha subvencionado con 60.000 € a Pedro Almodovar, el director estrella del cine español, un viaje al festival de Cannes. Pero la subvención no fue suficiente y pagó, además, los gastos, cifrados en otros 60.500 euros.
Si la "generosidad" del Ministerio fuera igualitaria y subvencionara también los viejos promocionales a otros cineastas o a científicos y escritores españoles de mérito, nada tendríamos que decir, pero, desgraciadamente, el dinero público sólo es pródigo con los amigos del poder y suelen obedecer a "recompesas" por servicios y apoyos políticos.
En concreto, Almodovar ha prestado (¿vendido?) su apoyo a todas las grandes campañas promocionales del PSOE en los últimos años, desde el "No a la Guerra" a las apariciones en numerosos mítines, sin olvidar las durísimas acusaciones al PP, entre ellas la de que preparaba un "golpe de Estado", la cual tuvo que retirar posteriormente.
El gobierno rara vez es fiable y pocas veces justo. Suele gastar el dinero público no inspirado en el bien común, sino en sus propios intereses, premiando a los amigos y marginando a los adversarios, sin tener en cuenta el mérito si compensando favores y adhesiones.
Ante esas injusticias, al ciudadano sólo le queda la impotencia y la indignación porque el sistema democrático ha sido desactivado desde el poder para que la ciudadanía únicamente intervenga en los procesos de toma de decisiones en las pocas horas en que están abiertas las urnas, cada cuatro años. El resto del tiempo, el ciudadano, en esta democracia degradada, es un ser pasivo y obligado a someterse a los caprichos del poder que dice representarle.
Si la "generosidad" del Ministerio fuera igualitaria y subvencionara también los viejos promocionales a otros cineastas o a científicos y escritores españoles de mérito, nada tendríamos que decir, pero, desgraciadamente, el dinero público sólo es pródigo con los amigos del poder y suelen obedecer a "recompesas" por servicios y apoyos políticos.
En concreto, Almodovar ha prestado (¿vendido?) su apoyo a todas las grandes campañas promocionales del PSOE en los últimos años, desde el "No a la Guerra" a las apariciones en numerosos mítines, sin olvidar las durísimas acusaciones al PP, entre ellas la de que preparaba un "golpe de Estado", la cual tuvo que retirar posteriormente.
El gobierno rara vez es fiable y pocas veces justo. Suele gastar el dinero público no inspirado en el bien común, sino en sus propios intereses, premiando a los amigos y marginando a los adversarios, sin tener en cuenta el mérito si compensando favores y adhesiones.
Ante esas injusticias, al ciudadano sólo le queda la impotencia y la indignación porque el sistema democrático ha sido desactivado desde el poder para que la ciudadanía únicamente intervenga en los procesos de toma de decisiones en las pocas horas en que están abiertas las urnas, cada cuatro años. El resto del tiempo, el ciudadano, en esta democracia degradada, es un ser pasivo y obligado a someterse a los caprichos del poder que dice representarle.