En lugar de retirarse a tiempo y dejar paso a los que tienen que regenerar a su podrido partido, Rajoy decidió seguir al frente del poder hasta que fue expulsado, oscureciendo así el horizonte de los suyos. Rajoy ha sido, por encima de todo, un gran obstáculo que impedía la regeneración y la derrota de los corruptos. Su mayor fracaso es no haber legislado para hacer de España una democracia limpia, cuando el pueblo le dio la mayoría necesaria para hacerlo.
Su única esperanza reside en la sentencia popular de que “Alguien vendrá que bueno te hará”, porque el gobierno de Pedro Sánchez ya apunta el peor estilo y la vocación clara de arruinar España.
También es cierto que, a pesar de sus fracaso y errores, dejó a España mejor de como la encontró cuando sucedió al inepto Zapatero, cuyo mandato es digno de olvido y desprecio.
Rajoy es un caso estupido de fracaso por cobardía que merece ser analizado en las universidades para evitar que se repita. Pudo haber regenerado y relanzado el pais, pero le pudo la indolencia y el miedo y dejó que el pais se le pudriera en las manos, con el separatismo desbocado, la corrupción generalizada, las autonomías convertidas en focos rebeldes de despilfarro y abuso de poder y la esperanza de los españoles por los suelos, a pesar de la aceptable marcha de la economía.
Pero quizás su peor servicio a España haya sido haber permitido que el gobierno caiga en manos de un personaje como Pedro Sánchez, mediocre, ambicioso y sin escrúpulos, que ha llegado al poder sin apenas diputados en el Congreso y aupado por una alianza bastarda y antidemocrática donde se mezclan totalitarios con amigos de asesinos y golpistas de alma nazi, llenos de odio a España. Y con ese bagaje de miseria y bajeza es casi imposible gobernar un país con decencia, en democracia y en Europa.
Francisco Rubiales
Su única esperanza reside en la sentencia popular de que “Alguien vendrá que bueno te hará”, porque el gobierno de Pedro Sánchez ya apunta el peor estilo y la vocación clara de arruinar España.
También es cierto que, a pesar de sus fracaso y errores, dejó a España mejor de como la encontró cuando sucedió al inepto Zapatero, cuyo mandato es digno de olvido y desprecio.
Rajoy es un caso estupido de fracaso por cobardía que merece ser analizado en las universidades para evitar que se repita. Pudo haber regenerado y relanzado el pais, pero le pudo la indolencia y el miedo y dejó que el pais se le pudriera en las manos, con el separatismo desbocado, la corrupción generalizada, las autonomías convertidas en focos rebeldes de despilfarro y abuso de poder y la esperanza de los españoles por los suelos, a pesar de la aceptable marcha de la economía.
Pero quizás su peor servicio a España haya sido haber permitido que el gobierno caiga en manos de un personaje como Pedro Sánchez, mediocre, ambicioso y sin escrúpulos, que ha llegado al poder sin apenas diputados en el Congreso y aupado por una alianza bastarda y antidemocrática donde se mezclan totalitarios con amigos de asesinos y golpistas de alma nazi, llenos de odio a España. Y con ese bagaje de miseria y bajeza es casi imposible gobernar un país con decencia, en democracia y en Europa.
Francisco Rubiales