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El desafío de Madrid



Madrid se ha convertido en el motor económico de España, desplazando a Cataluña, y la capital de España es ya una de las mejores diez ciudades del mundo para hacer negocios, por delante de Shanghái, Hong Kong, Los Ángeles y Sídney.

Madrid es todo un fenómeno digno de ser estudiado y el faro donde mira con admiración la postrada España, mal gobernada y maltratada por el gobierno de Pedro Sánchez,

Madrid no es sólo un éxito económico como ciudad emprendedora y acogedora para empresarios y capitales inversores, sino también un paraíso de libertades, tolerancia y prosperidad, con una fiscalidad más justa que el resto de España y con sus servicios en crecimiento y mejora constante.

Gracias a ese éxito, su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, se ha convertido en la estrella que más brilla en la derecha española, perfilándose como la principal adversaria de la coalición de miserables que gobierna España, con Pedro Sánchez como presidente.
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La creciente prosperidad de Madrid, convertida ya en el gran motor económico de España, con más del 20 por ciento de la economía española, catapulta a Isabel Díaz Ayuso como la principal estrella ascendente de la política española y la candidata que más posibilidades tiene de derrotar a Pedro Sánchez en las próximas elecciones, como ya hizo en las pasadas elecciones madrileñas, donde propinó una derrota memorable y humillante al PSOE y a la izquierda en pleno.

Pero ese éxito despierta también las peores pasiones, envidias y celos en el seno del Partido Popular, cuyo líder nacional, Pablo Casado, más débil y con menos capacidad de conectar con el electorado, siente amenazado su control del partido y también su liderazgo, lo que le ha llevado a desplegar una política de acoso y derribo contra la presidenta de los madrileños.

En esa guerra, Casado está siendo el perdedor porque la sociedad lo ve como un político mediocre e inmaduro que está reaccionando contra Ayuso con rabieta infantil, temeroso de perder su hegemonía en la derecha española. La prueba es que el 47% de votantes del PP responsabiliza a Casado de la crisis interna y sólo el 13%, a Ayuso.

La receta del éxito de Ayuso es sencilla, pero sorprendentemente sólida y eficaz: impuestos bajos, defensa de la libertad y de los valores que la izquierda destruye, facilidades para los inversores y argumentos valientes contra la decadencia española, el sanchismo y esos socios suyos que odian a España, sobre todo los comunistas y los nacionalistas e independentistas catalanes y vascos.

Ayuso tiene un verbo fácil y contundente que gusta a millones de españoles porque dice verdades sin disimulo ni miedo.

Su sutil pero constante enfrentamiento con la Cataluña independentista le proporciona muchos dividendos y su apoyo a la Corona, a las Fuerzas Armadas, a la libertad de empresa y a unas sorprendentes bajadas de impuestos que crispan a la izquierda española, insaciable y depredadora con los impuestos, le proporcionan una imagen potente, atractiva e ilusionante como cabeza de una España distinta, libre y lanzada hacia la prosperidad y el verdadero progreso, justo lo contrario de lo que representan la coalición gobernante, lastrada y degradada por la influencia de sanchistas, comunistas, amigos del terrorismo, golpistas e independentistas catalanes, gente totalitaria y clara enemiga de España que es profundamente rechazada en las distintas regiones españolas.

Curiosamente, el rasgo que más valoran los ciudadanos en Ayuso es su fortaleza, extraño porque su imagen física es la de una mujer débil y a punto de quebrarse. Pero esa debilidad es sólo aparente, a juzgar por su liderazgo, tan implacable y duro con los enemigos de España que hasta eclipsa a VOX.

Pero el grueso de la fortaleza y solidez de Ayuso se deriva de su éxito económico en Madrid, región que ha desplazado ya a Cataluña como líder y motor de la economía española, lo que ha desatado las iras de los catalanes y vascos, acostumbrados a ser los más ricos y a sustentar sobre esa riqueza su miserable discurso supremacista. Esas iras y envidas catalanas y vascas se traducen en presiones a Pedro Sánchez para que acose, empobrezca e impida que Madrid siga creciendo y prosperando. Pura envidia cochina que los españoles decentes y demócratas detectan y desprecian.

La creciente "prosperidad" de Madrid es considerada como propia por millones de españoles, que se sienten profundamente satisfechos con el despegue de Madrid y de la libertad y felices con el retroceso humillante de las desleales y conflictivas Cataluña y Vascongadas.

Francisco Rubiales


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Sábado, 27 de Noviembre 2021
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