El alma existe y tiene que ser cuidada y alimentada, como el cuerpo. Es una verdad que cientos de millones de personas ignoran, sobre todo en el Occidente materialista.
El amor es el principal alimento del alma y el único capaz de empujarla hasta la plenitud. Pero el alma se alimenta también de lo bello, de vivir la naturaleza y de fortalecer los valores. Es bueno pasear por la playa, un parque o un bosque, escalar una montaña, nadar en el mar, contemplar el arcoíris, los cambios de luz, cualquier naturaleza viva, cultivar flores, cuidar a una mascota, escribir poesía, cultivar el arte, observar el aire en movimiento, ver amanecer y contemplar una puesta de sol. El alma florece cuando se cultiva la soledad, el silencio y la oración. Leer, escribir, escuchar música, cantar, bailar, conversar, estudiar, pintar, dibujar, colorear y enseñar. Meditar es pura gimnasia del alma y soñar despierto es pura vitamina.
El profesor alemán, BERT HELLINGER, gran médico del alma humana, falleció el 19 de septiembre de 2019. Fue sacerdote, dejó el celibato y se convirtió en psicoterapeuta y escritor. Tenía 93 años al morir. Fue conocido mundialmente por la creación del método terapéutico "Constelación familiar".
Dejó este maravilloso texto:
"La vida te decepciona para que dejes de vivir de ilusiones y veas la realidad.
La vida destruye todo lo superfluo hasta que quede solamente lo importante.
La vida no te deja en paz, hasta que dejes de culparte y aceptes todo tal como "es".
La vida va a retirar lo que tienes, hasta que dejes de quejarte y empieces a agradecer.
La vida envía personas conflictivas para curarte, para que dejes de mirar hacia fuera y empieces a reflejar lo que eres por dentro.
La vida te permite caer de nuevo una y otra vez, hasta que decidas aprender la lección.
La vida te aparta del camino y te presenta encrucijadas, hasta que dejes de querer controlarlo todo y fluyas como un río.
La vida pone a tus enemigos en la carretera, hasta que dejes de "reaccionar.
La vida te asusta y asustará cuantas veces sea necesario, hasta que pierdas el miedo y recuperes tu fe.
La vida te distancia de las personas que amas, hasta que entiendas que no somos este cuerpo, sino el alma que contiene.
La vida se ríe de ti muchas y muchas veces, hasta que dejes de tomar todo tan en serio y puedas reírte de ti mismo.
La vida te rompe en tantas partes cuantas sean necesarias para que la luz penetre en ti.
La vida te enfrenta a los rebeldes, hasta que dejes de tratar de controlar.
La vida repite el mismo mensaje, si es necesario con gritos, hasta que finalmente lo escuches.
La vida envía rayos y tormentas, para hacerte despertar.
La vida te humilla y a veces te derrota de nuevo y de nuevo hasta que decidas dejar a tu ego morir.
La vida te niega bienes y grandezas hasta que dejes de querer bienes y grandezas y comiences a servir.
La vida corta tus alas y poda tus raíces, hasta que no necesites alas ni raíces, sólo desaparezcas en las formas y tu ser se eleve.
La vida te niega milagros, hasta que entiendas que todo es un milagro.
La vida acorta tu tiempo, para que te apures en aprender a vivir.
La vida te ridiculiza hasta que te hagas nada; nada, para entonces convertirte en todo.
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar.
La vida te lastima y te atormenta hasta que sueltes tus caprichos y berrinches y aprecies tu simple respiración.
La vida te esconde tesoros hasta que aprendas a salir a la vida a descubrirlos por tu cuenta.
La vida te niega a Dios, hasta que lo veas en todos y en todo.
La vida te despierta, te poda, te rompe, te decepciona... pero créeme, eso es para que lo mejor de tu interior se manifieste... *hasta que sólo el amor permanezca en ti*".
A los países les ocurre algo parecido que a los individuos: necesitan curar su alma antes de emprender el camino hacia la regeneración de sus instituciones y dirigentes. Un país poblado de envidiosos, incultos, enfermos de odio, egoístas y fanáticos es una país enfermo del alma que necesita cambiar esos vicios por valores.
España es hoy un ejemplo mundial de país enfermo del alma.
Francisco Rubiales
El amor es el principal alimento del alma y el único capaz de empujarla hasta la plenitud. Pero el alma se alimenta también de lo bello, de vivir la naturaleza y de fortalecer los valores. Es bueno pasear por la playa, un parque o un bosque, escalar una montaña, nadar en el mar, contemplar el arcoíris, los cambios de luz, cualquier naturaleza viva, cultivar flores, cuidar a una mascota, escribir poesía, cultivar el arte, observar el aire en movimiento, ver amanecer y contemplar una puesta de sol. El alma florece cuando se cultiva la soledad, el silencio y la oración. Leer, escribir, escuchar música, cantar, bailar, conversar, estudiar, pintar, dibujar, colorear y enseñar. Meditar es pura gimnasia del alma y soñar despierto es pura vitamina.
El profesor alemán, BERT HELLINGER, gran médico del alma humana, falleció el 19 de septiembre de 2019. Fue sacerdote, dejó el celibato y se convirtió en psicoterapeuta y escritor. Tenía 93 años al morir. Fue conocido mundialmente por la creación del método terapéutico "Constelación familiar".
Dejó este maravilloso texto:
"La vida te decepciona para que dejes de vivir de ilusiones y veas la realidad.
La vida destruye todo lo superfluo hasta que quede solamente lo importante.
La vida no te deja en paz, hasta que dejes de culparte y aceptes todo tal como "es".
La vida va a retirar lo que tienes, hasta que dejes de quejarte y empieces a agradecer.
La vida envía personas conflictivas para curarte, para que dejes de mirar hacia fuera y empieces a reflejar lo que eres por dentro.
La vida te permite caer de nuevo una y otra vez, hasta que decidas aprender la lección.
La vida te aparta del camino y te presenta encrucijadas, hasta que dejes de querer controlarlo todo y fluyas como un río.
La vida pone a tus enemigos en la carretera, hasta que dejes de "reaccionar.
La vida te asusta y asustará cuantas veces sea necesario, hasta que pierdas el miedo y recuperes tu fe.
La vida te distancia de las personas que amas, hasta que entiendas que no somos este cuerpo, sino el alma que contiene.
La vida se ríe de ti muchas y muchas veces, hasta que dejes de tomar todo tan en serio y puedas reírte de ti mismo.
La vida te rompe en tantas partes cuantas sean necesarias para que la luz penetre en ti.
La vida te enfrenta a los rebeldes, hasta que dejes de tratar de controlar.
La vida repite el mismo mensaje, si es necesario con gritos, hasta que finalmente lo escuches.
La vida envía rayos y tormentas, para hacerte despertar.
La vida te humilla y a veces te derrota de nuevo y de nuevo hasta que decidas dejar a tu ego morir.
La vida te niega bienes y grandezas hasta que dejes de querer bienes y grandezas y comiences a servir.
La vida corta tus alas y poda tus raíces, hasta que no necesites alas ni raíces, sólo desaparezcas en las formas y tu ser se eleve.
La vida te niega milagros, hasta que entiendas que todo es un milagro.
La vida acorta tu tiempo, para que te apures en aprender a vivir.
La vida te ridiculiza hasta que te hagas nada; nada, para entonces convertirte en todo.
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar.
La vida te lastima y te atormenta hasta que sueltes tus caprichos y berrinches y aprecies tu simple respiración.
La vida te esconde tesoros hasta que aprendas a salir a la vida a descubrirlos por tu cuenta.
La vida te niega a Dios, hasta que lo veas en todos y en todo.
La vida te despierta, te poda, te rompe, te decepciona... pero créeme, eso es para que lo mejor de tu interior se manifieste... *hasta que sólo el amor permanezca en ti*".
A los países les ocurre algo parecido que a los individuos: necesitan curar su alma antes de emprender el camino hacia la regeneración de sus instituciones y dirigentes. Un país poblado de envidiosos, incultos, enfermos de odio, egoístas y fanáticos es una país enfermo del alma que necesita cambiar esos vicios por valores.
España es hoy un ejemplo mundial de país enfermo del alma.
Francisco Rubiales