Los sondeos reflejan que el Voto en Blanco podría ser la gran estrella de las próximas elecciones catalanas, superando el 9.1 por ciento de los votos, lo que equivaldría a 12 diputados, tantos como el PP (9.6 por ciento) y sólo por detrás de CIU y del PSC. Si esos votos en blanco fueran computables, como propone la candidatura de "Escons en Blanc-Ciudadanos en Blanco", habría 12 escaños vacíos en el Parlament, símbolo del rechazo ciudadano a la baja calidad de la democracia en Cataluña.
El Voto en Blanco, según la encuesta que publica hoy "El País", es la fuerza que más crece, más que duplicando sus resultados en los pasados comicios, lo que podría convertirlo en el gran protagonista de la noche electoral catalana.
El Voto en Blanco es considerado por los expertos como una "bofetada" de los electores a los partidos políticos y a sus programas, como un acto de rebeldía ciudadana cuando la política está podrida y minada por la ineficacia y el abuso de poder.
Como en la débil y degradada democracia española los votos en blanco no tienen reflejo en el Parlamento, ha surgido un partido "Escons en Blanc-Ciudadanos en Blanco", que propone que el voto en blanco se compute y se traduzca en escaños, comprometiéndose a dejarlos vacíos para escarnio de un sistema que hace aguas por todas partes y que acumula cada día mayor rechazo ciudadano.
Sobre la propuesta de "Escons en Blanc-Ciudadanos en Blanco", el secretario general de ICV y candidato a la presidencia de la Generalitat, Joan Herrera, ha afirmado que no le parecería "una mala propuesta" que el voto en blanco en las elecciones autonómicas se reflejara en forma de diputados ausentes en el Parlament.
Aunque la coalición por el Voto en Blanco ha realizado su campaña sin apenas fondos y de manera precaria e imaginativa, utilizando Internet y más inteligencia e imaginación que espacios mediáticos, su propuesta, a juzgar por las encuestas, parece estar conectando con la frustración y el rechazo del pueblo catalán a sus políticos y partidos tradicionales, los que han llevado a esa región, antes próspera y citada como ejemplo de convivencia y capacidad emprendedora, a perder prestigio, a destruir una parte importante de su tejido productivo y a un deterioro general de la convivencia, los valores y la confianza en el poder.
El Voto en Blanco, según la encuesta que publica hoy "El País", es la fuerza que más crece, más que duplicando sus resultados en los pasados comicios, lo que podría convertirlo en el gran protagonista de la noche electoral catalana.
El Voto en Blanco es considerado por los expertos como una "bofetada" de los electores a los partidos políticos y a sus programas, como un acto de rebeldía ciudadana cuando la política está podrida y minada por la ineficacia y el abuso de poder.
Como en la débil y degradada democracia española los votos en blanco no tienen reflejo en el Parlamento, ha surgido un partido "Escons en Blanc-Ciudadanos en Blanco", que propone que el voto en blanco se compute y se traduzca en escaños, comprometiéndose a dejarlos vacíos para escarnio de un sistema que hace aguas por todas partes y que acumula cada día mayor rechazo ciudadano.
Sobre la propuesta de "Escons en Blanc-Ciudadanos en Blanco", el secretario general de ICV y candidato a la presidencia de la Generalitat, Joan Herrera, ha afirmado que no le parecería "una mala propuesta" que el voto en blanco en las elecciones autonómicas se reflejara en forma de diputados ausentes en el Parlament.
Aunque la coalición por el Voto en Blanco ha realizado su campaña sin apenas fondos y de manera precaria e imaginativa, utilizando Internet y más inteligencia e imaginación que espacios mediáticos, su propuesta, a juzgar por las encuestas, parece estar conectando con la frustración y el rechazo del pueblo catalán a sus políticos y partidos tradicionales, los que han llevado a esa región, antes próspera y citada como ejemplo de convivencia y capacidad emprendedora, a perder prestigio, a destruir una parte importante de su tejido productivo y a un deterioro general de la convivencia, los valores y la confianza en el poder.