El Voto en Blanco se convirtió en la cuarta fuerza política de España, después del PP, PSOE e Izquierda Unida, protagonizando un avance espectacular, sobre todo en las pepeletas del Senado, que fueron 1.263.120, un 5.37 por ciento del electorado, casi el triple de lo conseguido en 2008, que fue el 2.06 por ciento. En el Congreso, los votos en blanco sumaron 333.095, un 1.37`por ciento, contra el 1.11 cosechado en 2008.
Al total de votos en blanco (1.596.215), hay que sumar los 97.706 obtenidos por el grupo Escaños en Blanco, que promete a sus votantes dejar vacíos los escaños que consiga, como signo de protesta y denuncia de un sistema político español injusto y antidemocrático.
El resultado del voto en blanco, junto con una parte de la abstención y el voto nulo, muestra el descontento ciudadano con el sistema y la oferta de los partidos. El incremento ha sido notable, pero insuficiente porque ha quedado limitado por la inmensa ola de rechazo al PSOE, que ha sido la tendencia dominante en estas elecciones generales de 2011, una marea contra Zapatero y Rubalcaba que humilló a los socialistas, condenándolos a su peor resultado desde la muerte de Franco y obligándoles a una profunda reflexión.
Tradicionalmente, el Voto en Blanco representa la protesta frontal de los ciudadanos conscientes contra la oferta electoral que presentan los partidos, pero sin renunciar al derecho al voto, un logro de la civilización conseguido con esfuerzo y sangre.
Al total de votos en blanco (1.596.215), hay que sumar los 97.706 obtenidos por el grupo Escaños en Blanco, que promete a sus votantes dejar vacíos los escaños que consiga, como signo de protesta y denuncia de un sistema político español injusto y antidemocrático.
El resultado del voto en blanco, junto con una parte de la abstención y el voto nulo, muestra el descontento ciudadano con el sistema y la oferta de los partidos. El incremento ha sido notable, pero insuficiente porque ha quedado limitado por la inmensa ola de rechazo al PSOE, que ha sido la tendencia dominante en estas elecciones generales de 2011, una marea contra Zapatero y Rubalcaba que humilló a los socialistas, condenándolos a su peor resultado desde la muerte de Franco y obligándoles a una profunda reflexión.
Tradicionalmente, el Voto en Blanco representa la protesta frontal de los ciudadanos conscientes contra la oferta electoral que presentan los partidos, pero sin renunciar al derecho al voto, un logro de la civilización conseguido con esfuerzo y sangre.