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El Papa revela la clave para construir un mundo mejor





Mientras que la sociedad mundial, desmoralizada, constata el fracaso rotundo de los políticos, que, a pesar de los grandes poderes y recursos que han ontrolado durante milenios, no han sido capaces de cambiar el mundo y librarlo de lacras como la desigualdad, la pobreza, la injusticia, la violencia y la opresión, el papa Benedicto XVI, al destacar la necesidad de "amar al enemigo", acaba de señalar lo que constituye la esencia del cristianismo y la piedra angular para construir una sociedad más justa, democrática y libre.

El papa dijo que 'el amor al enemigo constituye el núcleo de la revolución cristiana' y agregó que 'la no violencia cristiana' no consiste en rendirse al mal sino en responderle con el bien, 'rompiendo así la cadena de la injusticia'.

El papa no lo ha dicho, pero se deduce de su discurso: "no es posible cambiar el mundo sin que cambien primero los seres humanos" o lo que es lo mismo, toda revolución que sólo cambie las estructuras y las leyes, sin cambiar al hombre, será un nuevo fracaso.

Según el Papa, 'la no violencia para los cristianos no es un mero comportamiento táctico, sino un modo de ser de la persona, la actitud de quien está tan convencido del amor de Dios, de su potencia, que no tiene miedo a enfrentarse al mal sólo con las armas del amor y la verdad'.

El amor al enemigo, 'constituye el núcleo de la 'revolución cristiana', una revolución que no está basada en estrategias de poder económico, político o mediático', señaló.

El Papa habló de 'la revolución del amor, un amor que no se apoya, en definitiva, en los recursos humanos, sino que es un don de Dios, que se obtiene confiando únicamente y sin reservas en su bondad misericordiosa'.


   
Domingo, 25 de Febrero 2007
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