El ataque sin misericordia de Casado a Abascal era inevitable porque el PP siempre se ha sentido fascinado por la izquierda, por su poder sin complejos, por su supremacía moral y por su osadía sin principios. Casado se sentía más cerca del tirano Sánchez que de un Abascal que le ponía en ridículo cada día, demostrando a los españoles que puede existir otra derecha mas decente, veraz y valiente, mas derecha auténtica en definitiva. El odio ha ido anidando, creciendo y vertiendo veneno en el corazón del PP hasta que estalló como un trueno en el discurso kamikaze de Casado contra el sorprendido Abascal, que no se esperaba aquella lluvia de cuchilladas.
Casado, al intentar aplastar a VOX, no se limitó a cumplir el mandato que le dio el Club Bilderberg en la reunión del año 2019, sino que volcó también todo el odio y la envidia que el PP había acumulado contra la nueva derecha en los últimos años, viendo como crecía e incrementaba su poder sin poder evitarlo.
Los globalistas de Bilderberg son tan claros como implacables cuando le dijeron algo así como "Si quieres pertenecer al establishment del poder sistémico, no pactes con VOX y destruye ese partido".
La realidad es que VOX, a partir de ahora, será sometido a un férreo cordón sanitario, por la izquierda y por la derecha, para estrangularlo. Incluso estudian su ilegalización porque saben que los españoles indignados y decentes cada día se refugiaran más en VOX, lo que provoca en la vieja izquierda y derecha un miedo atroz.
A la izquierda española y al mundo que domina le interesan que exista una derecha castrada, como la que preside Pablo Casado, una derecha capaz de permitir que las cautelas y controles democráticos sean dinamitados por Pedro Sánchez aprobando meses de Estado de Alarma, durante los cuales podrán cambiar España como un calcetín a base de decretos y abusos. A la izquierda y al mundo globalista le interesan un PP cobarde y un Pablo Casado que siga los pasos lamentables y acobardados de Mariano Rajoy.
España es hoy un triste país abandonado por el destino, en manos sucias y pervertidas, gobernado por una izquierda que avanza implacable hacia el totalitarismo comunistas bolivariano y con una derecha tradicional plagada de cobardía y traición a los ideales de la libertad, la justicia y la democracia.
Los piropos de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias por el discurso de Casado reflejan la bajeza de la política española y recuerdan aquella frase de la película El Padrino, cuando Marlon Brando dijo: "Mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos".
Ahora Pablo Casado y el PP, están más cerca que nunca de sus principales oponente,, que son la izquierda tiránica, encabezada por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Francisco Rubiales
Casado, al intentar aplastar a VOX, no se limitó a cumplir el mandato que le dio el Club Bilderberg en la reunión del año 2019, sino que volcó también todo el odio y la envidia que el PP había acumulado contra la nueva derecha en los últimos años, viendo como crecía e incrementaba su poder sin poder evitarlo.
Los globalistas de Bilderberg son tan claros como implacables cuando le dijeron algo así como "Si quieres pertenecer al establishment del poder sistémico, no pactes con VOX y destruye ese partido".
La realidad es que VOX, a partir de ahora, será sometido a un férreo cordón sanitario, por la izquierda y por la derecha, para estrangularlo. Incluso estudian su ilegalización porque saben que los españoles indignados y decentes cada día se refugiaran más en VOX, lo que provoca en la vieja izquierda y derecha un miedo atroz.
A la izquierda española y al mundo que domina le interesan que exista una derecha castrada, como la que preside Pablo Casado, una derecha capaz de permitir que las cautelas y controles democráticos sean dinamitados por Pedro Sánchez aprobando meses de Estado de Alarma, durante los cuales podrán cambiar España como un calcetín a base de decretos y abusos. A la izquierda y al mundo globalista le interesan un PP cobarde y un Pablo Casado que siga los pasos lamentables y acobardados de Mariano Rajoy.
España es hoy un triste país abandonado por el destino, en manos sucias y pervertidas, gobernado por una izquierda que avanza implacable hacia el totalitarismo comunistas bolivariano y con una derecha tradicional plagada de cobardía y traición a los ideales de la libertad, la justicia y la democracia.
Los piropos de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias por el discurso de Casado reflejan la bajeza de la política española y recuerdan aquella frase de la película El Padrino, cuando Marlon Brando dijo: "Mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos".
Ahora Pablo Casado y el PP, están más cerca que nunca de sus principales oponente,, que son la izquierda tiránica, encabezada por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Francisco Rubiales