El principal rasgo que demuestra el izquierdismo del PP es que acepta sin limitaciones la ideología de género. Otro rasgo contundente de su izquierdismo es su sometimiento al globalismo, al Nuevo Orden Mundial y a los objetivos ocultos de la Agenda 2030, en lo que coincide plenamente con el PSOE y SUMAR.
Otra prueba irrebatible de su izquierdismo es su reacción brutal ante VOX, partido que representa a la verdadera derecha, sin mezcla ni contaminación izquierdista.
El PP participa en el acoso y derribo a VOX y en la construcción de antidemocráticos cinturones sanitarios contra ese partido con más énfasis y entusiasmo que el PSOE y SUMAR, como lo demuestra el hecho insólito de que el mismo Feijóo haya dicho que si gana las elecciones el 23 J recurrirá al PSOE antes que a VOX.
El PP contempla a VOX no sólo como un competidor en los caladeros electorales de la derecha, sino como un adversario que puede aclarar ante los españoles su izquierdismo oculto. La existencia de una verdadera derecha en España descubre la falsedad de la derecha falsa del PP, contaminada de socialdemocracia.
Hay muchos detalles que reflejan el izquierdismo del PP. Uno de ellos es que Rajoy, durante su mandato, salvó de la ruina y desaparición al grupo PRISA, buque insignia tradicional de la izquierda española. Como ese, hay decenas de detalles reveladores.
Pero la prueba definitiva del izquierdismo del PP es que, en la práctica, ha cometido los mismos errores y traiciones que el PSOE cuando ha gobernado: ha comprado medios de comunicación, ha gobernado a golpe de subvenciones, ha comprado voluntades, ha pactado con los nacionalismos, ha realizado concesiones inconfesables a los partidos que odian a España, ha dialogado con ETA, ha acercado presos a las cárceles vascas, ha marginado a las comunidades autónomas leales, beneficiando a las desleales, ha mentido y ha subido los impuestos de manera innecesaria, entre otras similitudes con el socialismo.
La más reciente constatación de que el PP milita realmente en la izquierda socialdemócrata es visible en la actual campaña electoral, donde las peores críticas y acosos del PP se han dirigido contra VOX y no contra el PSOE, partido al que el PP admira por tres razones principales: su eficaz utilización de la propaganda, su autoritaria y tiránica concepción del poder y su capacidad para controlar las calles y organizar trifulcas y manifestaciones contra el adversario.
Muchos españoles piensan que si el PP gobierna en solitario después del 23 de julio, no existirá garantía alguna de que el sanchismo sea derogado y que se despliegue una auténtica política liberal de derecha, objetivos que sólo quedarían garantizados con la presencia de VOX en el gobierno, al lado del PP.
Francisco Rubiales
Otra prueba irrebatible de su izquierdismo es su reacción brutal ante VOX, partido que representa a la verdadera derecha, sin mezcla ni contaminación izquierdista.
El PP participa en el acoso y derribo a VOX y en la construcción de antidemocráticos cinturones sanitarios contra ese partido con más énfasis y entusiasmo que el PSOE y SUMAR, como lo demuestra el hecho insólito de que el mismo Feijóo haya dicho que si gana las elecciones el 23 J recurrirá al PSOE antes que a VOX.
El PP contempla a VOX no sólo como un competidor en los caladeros electorales de la derecha, sino como un adversario que puede aclarar ante los españoles su izquierdismo oculto. La existencia de una verdadera derecha en España descubre la falsedad de la derecha falsa del PP, contaminada de socialdemocracia.
Hay muchos detalles que reflejan el izquierdismo del PP. Uno de ellos es que Rajoy, durante su mandato, salvó de la ruina y desaparición al grupo PRISA, buque insignia tradicional de la izquierda española. Como ese, hay decenas de detalles reveladores.
Pero la prueba definitiva del izquierdismo del PP es que, en la práctica, ha cometido los mismos errores y traiciones que el PSOE cuando ha gobernado: ha comprado medios de comunicación, ha gobernado a golpe de subvenciones, ha comprado voluntades, ha pactado con los nacionalismos, ha realizado concesiones inconfesables a los partidos que odian a España, ha dialogado con ETA, ha acercado presos a las cárceles vascas, ha marginado a las comunidades autónomas leales, beneficiando a las desleales, ha mentido y ha subido los impuestos de manera innecesaria, entre otras similitudes con el socialismo.
La más reciente constatación de que el PP milita realmente en la izquierda socialdemócrata es visible en la actual campaña electoral, donde las peores críticas y acosos del PP se han dirigido contra VOX y no contra el PSOE, partido al que el PP admira por tres razones principales: su eficaz utilización de la propaganda, su autoritaria y tiránica concepción del poder y su capacidad para controlar las calles y organizar trifulcas y manifestaciones contra el adversario.
Muchos españoles piensan que si el PP gobierna en solitario después del 23 de julio, no existirá garantía alguna de que el sanchismo sea derogado y que se despliegue una auténtica política liberal de derecha, objetivos que sólo quedarían garantizados con la presencia de VOX en el gobierno, al lado del PP.
Francisco Rubiales