Información y Opinión

El PP es el partido de Miguel Ángel Blanco, pero también el de Bárcenas





El vicesecretario de estudios y programas del PP, Esteban González-Pons, recurrió a la figura del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, en el 16 aniversario de su asesinato a manos de ETA, para limpiar la imagen de su partido, acosado por la opinión pública y la Justicia, y para renegar y alejarlo del ex tesorero del partido, Luis Bárcenas . Exhibiendo sus dotes de manipulador profesional, González-Pons dijo que “Miguel Ángel Blanco dio su vida por la democracia, por el PP y por España, y probablemente ese día, según lo que estamos sabiendo, nuestro tesorero ya estaba acumulando, de una manera que tiene que explicar, una fortuna en Suiza. El PP no es Bárcenas, es Miguel Ángel Blanco”, dijo ante 1.500 afiliados y cargos del partido en una cena del PP de Valencia el viernes en el municipio de Sueca.

Pero la verdad no es la que González Pons emitió, sino otra muy diferente: el PP es Miguel Ángel Blanco y también Bárcenas, que fue gerente, tesorero, alto dirigente y persona de confianza máxima de su partido durante décadas. La técnica de González-Pons de resaltar la parte positiva y ocultar la negativa de la realidad es bastarda e inadmisible en democracia, un sistema que exige verdad y limpieza y que incompatible con la manipulación, la mentira, las verdades a medias y el incumplimiento de las promesas electorales, como ha hecho su partido.

La estrategia general del PP ante la crisis de Bárcenas es errónea, histérica y contraria a los comportamientos y valores democráticos. Negar la verdad, esconderse ante la opinión pública, tergiversar y esperar que el transcurso del tiempo elimine los dramas y conflictos es una actitud no sólo equivocada, sino también indigna de un demócrata y de personas decentes porque el ciudadano tiene derecho y puede exigir ser informado verazmente, especialmente por el partido que lo gobierna, sin ser objeto de manipulaciones y engaños.

El vicesecretario de estudios y programas del PP añadió otra preocupante falsedad en su discurso cuando afirmó que “El partido son los militantes, no el tesorero”, cuando en realidad el partido mas que los militantes, es, sobre todo, aquellos que tienen poder suficiente para dominarlo y controlar el timón.

Es cierto que el PP está en un aparente callejón sin salida con el Caso Bárcenas, pero su situación sería menos dramática si en lugar de esconderse y ocultar la verdad, sus dirigentes se comportaran como dictan las reglas de la democracia: decir la verdad, asumir las responsabilidades y que dimitan aquellos cuyo comportamiento haya sido indigno con los ciudadanos y con el sistema. Pagarían un alto precio, pero el partido demostraría que es mas una asociación al servicio de la democracia y de la ciudadanía que una peligrosa asociación de malhechores, acribillada por cientos de casos de corrupción que guardan cola en los tribunales y otros cientos que están siendo investigados y que despiertan sospechas de corrupción en todas sus vertientes y facetas.

En lugar de manipular la verdad, los dirigentes del PP deberían fumigar su partido y abrir de par en par las puertas de la limpieza y la regeneración, para lo cual deberían empezar por expulsar a los delincuentes que se esconden en el partido, muchos de ellos con altos cargos, aprovechar la mayoría absoluta que le han regalado los ciudadanos para hacer lo que prometieron: adecentar la vida pública y reconstruir la democracia y, sobre todo, dar dos pasos que en la España actual son decisivos: otorgar al ciudadano el papel de protagonista que le corresponde en democracia y garantizar una Justicia independiente y capaz de aplicar la ley de manera igualitaria y sin interferencias para castigar a los miles de políticos sinvergüenzas que han saqueado y destrozado España.

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Lunes, 15 de Julio 2013
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