La biografía del Gran Capitán alimenta el orgullo de ser español en estos tiempos de decadencia política y moral y nos traslada a una época brillante de la historia de España en la que se forjó un imperio y los valores y los principios se impusieron sobre las vergüenzas y las miserias. Pero lo que más me ha impresionado del libro es la constatación de que la España actual, corrupta, mal gobernada y plagada de rufianes, muy parecida a la que vivió el Gran Capitán en su infancia, puede resucitar, como ocurrió entonces con la llegada al poder de los Reyes Católicos.
La España de hoy, como aquella de Juan II y su indolente hijo Enrique IV, estaba envilecida por su gobierno pero la llegada al poder de los Reyes Católicos, honrados, inteligentes y legales, hicieron posible que todo cambiara y que lo que era una pocilga se transformara en la primera potencia mundial.
La historia del Gran Capitán, escrita con detalles que satisfacen tanto al lector generalista y curioso como al historiador y al experto en artes militares, demuestra que son los malos gobernantes los que corrompen a una nación y que no es cierta la tesis de que los pueblos tienen los gobiernos que merecen.
España, en vísperas de la llegada al poder de los Reyes Católicos, era un país peligroso e inmoral, dominado por monarcas corruptos y por élites que no merecían el liderazgo, con sus calles y caminos llenos de salteadores y rufianes. Existe un paralelismo sorprendente entre aquella España de cortes corruptas y la actual, en la que los políticos se olvidan del servicio, se suben los sueldos en tiempos de crisis y apuestan por el dominio, sobre todo porque en ambas se hundieron los principios y se impuso el decaimiento moral. Sin embargo, aquella España del siglo XV supo transitar de la pocilga a la gloria al transformarse con rapidez en un país poderoso y, en muchos aspectos, ejemplar, gracias a que el poder político cambió y a que unos gobernantes inteligentes, justos y respetuosos con la ley lideraron el cambio y la regeneración del país.
El problema de la España actual, corrupta, mentirosa, irresponsable, decadente y desmoralizada, es que los Reyes Católicos no se vislumbran por ningún lado y todo hace prever que el país seguirá en manos de rufianes, salteadores y dirigentes incapaces.
Leer el libro de Martínez Laínez y Sánchez de Toca constituye un ejercicio estimulante, un baño de esperanza para todos aquellos españoles que siguen siendo demócratas, que no se han doblegado ante los políticos ineptos, que no han arrojado la toalla y que siguen soñando con la regeneración y con un futuro más digno y noble.
La España de hoy, como aquella de Juan II y su indolente hijo Enrique IV, estaba envilecida por su gobierno pero la llegada al poder de los Reyes Católicos, honrados, inteligentes y legales, hicieron posible que todo cambiara y que lo que era una pocilga se transformara en la primera potencia mundial.
La historia del Gran Capitán, escrita con detalles que satisfacen tanto al lector generalista y curioso como al historiador y al experto en artes militares, demuestra que son los malos gobernantes los que corrompen a una nación y que no es cierta la tesis de que los pueblos tienen los gobiernos que merecen.
España, en vísperas de la llegada al poder de los Reyes Católicos, era un país peligroso e inmoral, dominado por monarcas corruptos y por élites que no merecían el liderazgo, con sus calles y caminos llenos de salteadores y rufianes. Existe un paralelismo sorprendente entre aquella España de cortes corruptas y la actual, en la que los políticos se olvidan del servicio, se suben los sueldos en tiempos de crisis y apuestan por el dominio, sobre todo porque en ambas se hundieron los principios y se impuso el decaimiento moral. Sin embargo, aquella España del siglo XV supo transitar de la pocilga a la gloria al transformarse con rapidez en un país poderoso y, en muchos aspectos, ejemplar, gracias a que el poder político cambió y a que unos gobernantes inteligentes, justos y respetuosos con la ley lideraron el cambio y la regeneración del país.
El problema de la España actual, corrupta, mentirosa, irresponsable, decadente y desmoralizada, es que los Reyes Católicos no se vislumbran por ningún lado y todo hace prever que el país seguirá en manos de rufianes, salteadores y dirigentes incapaces.
Leer el libro de Martínez Laínez y Sánchez de Toca constituye un ejercicio estimulante, un baño de esperanza para todos aquellos españoles que siguen siendo demócratas, que no se han doblegado ante los políticos ineptos, que no han arrojado la toalla y que siguen soñando con la regeneración y con un futuro más digno y noble.