Desde la llegada al poder de Zapatero, la tónica dominante en la política exterior española ha sido repartir dinero y comprar favores, amistades, silencios y soluciones con rios de dólares. Ahora, cuando la crisis ha acabado con el dinero fácil, ¿que hará España para desarrollar su diplomacia?".
La reflexión suena como un lamento descorazonado y triste, procedentre de alguien que ha ocupado casi todos los cargos y responsabilidades en el servicio exterior de España en las últimas tres décadas. Con tristeza y rabia explica que "Si la ocupación del islote de Perejil se hubiera producido en tiempos de Zapatero, la solución del problema habría sido un viaje urgente de Bernardino León a Rabat para hacerle llegar al sultán una oferta que no pudiera rechazar, algo así como que España pagará los estudios de todos los hijos de los altos cargos del gobierno de Marruecos en colegios de élite europeos, á cambio de la retirada del islote".
Y continúa: "Nuestros diplomáticos están poco entrenados en la negociación dura y en la aplicación de la reciprocidad, bases de la diplomacia moderna, porque en los últimos años todo se ha resuelto con buenismo, diálogo, concesiones, retrocesos, renuncias y, sobre todo, dinero, mucho dinero".
Según nuestro experto diplomático, lo ocurrido con la fragata Numancia es todo un símbolo y el fiel reflejo del "buenismo" impuesto por el gobierno Zapatero, una actitud que muchos de nuestros colegas occidentales interpretan como "cobardía" o "debilidad".
El diario electrónico "Periodista Digital", al igual que otros muchos medios de prensa españoles, resaltaba el extraño y sorprendente comprotamiento de la fragata Numancia en aguas de Somalia con las siguientes palabras: "Casi a la misma hora en la que el capitán norteamericano, por el que los corsarios exigen dos millones de dólares, intentaba huir de sus captores saltando al agua y cuando los franceses mataban a dos piratas y capturaban a otros dos al liberar un yate galo, la fragata Numancia interceptaba a una banda de asaltantes somalíes, pero en lugar de arrestarlos, se limitaba a pedirles los nombres y les dejaba marcharse".
El mismo diario destaca que "En un acto que pone en evidencia lo poco que desea comprometerse en acciones realmente duras el Ministerio que dirige la socialista Carmen Chacón y recibiendo "órdenes superiores", los españoles se limitaron a pedir sus datos a los piratas y los dejaron irse de rositas."
Nuestro interlocutor concluye:
"Nuestro ejército es ya una ONG pacifista que no impone respeto a nadie y nuestra política exterior se basa en dos princpios claves: el primero es que no existe conflicto ni principio que merezca ser defendido con el uso de la fuerza; el segundo es que todo puede negociarse y conseguirse con dinero".
La reflexión suena como un lamento descorazonado y triste, procedentre de alguien que ha ocupado casi todos los cargos y responsabilidades en el servicio exterior de España en las últimas tres décadas. Con tristeza y rabia explica que "Si la ocupación del islote de Perejil se hubiera producido en tiempos de Zapatero, la solución del problema habría sido un viaje urgente de Bernardino León a Rabat para hacerle llegar al sultán una oferta que no pudiera rechazar, algo así como que España pagará los estudios de todos los hijos de los altos cargos del gobierno de Marruecos en colegios de élite europeos, á cambio de la retirada del islote".
Y continúa: "Nuestros diplomáticos están poco entrenados en la negociación dura y en la aplicación de la reciprocidad, bases de la diplomacia moderna, porque en los últimos años todo se ha resuelto con buenismo, diálogo, concesiones, retrocesos, renuncias y, sobre todo, dinero, mucho dinero".
Según nuestro experto diplomático, lo ocurrido con la fragata Numancia es todo un símbolo y el fiel reflejo del "buenismo" impuesto por el gobierno Zapatero, una actitud que muchos de nuestros colegas occidentales interpretan como "cobardía" o "debilidad".
El diario electrónico "Periodista Digital", al igual que otros muchos medios de prensa españoles, resaltaba el extraño y sorprendente comprotamiento de la fragata Numancia en aguas de Somalia con las siguientes palabras: "Casi a la misma hora en la que el capitán norteamericano, por el que los corsarios exigen dos millones de dólares, intentaba huir de sus captores saltando al agua y cuando los franceses mataban a dos piratas y capturaban a otros dos al liberar un yate galo, la fragata Numancia interceptaba a una banda de asaltantes somalíes, pero en lugar de arrestarlos, se limitaba a pedirles los nombres y les dejaba marcharse".
El mismo diario destaca que "En un acto que pone en evidencia lo poco que desea comprometerse en acciones realmente duras el Ministerio que dirige la socialista Carmen Chacón y recibiendo "órdenes superiores", los españoles se limitaron a pedir sus datos a los piratas y los dejaron irse de rositas."
Nuestro interlocutor concluye:
"Nuestro ejército es ya una ONG pacifista que no impone respeto a nadie y nuestra política exterior se basa en dos princpios claves: el primero es que no existe conflicto ni principio que merezca ser defendido con el uso de la fuerza; el segundo es que todo puede negociarse y conseguirse con dinero".