El dragón rojo a y la bestia negra se están enfrentando en Ucrania y en todo el planeta
Los profetas hablaron claro, pero nuestra ceguera no nos permite asimilar el mensaje clave del Apocalipsis: Contra el trono de Dios y del Cordero, se levanta el "trono de Satanás", que se explica por un fascinante drama de cuatro personajes malévolos: dragón, bestia, falso profeta y ramera.
El dragón rojo vive en Moscú y es señor de muchas tierras y conciencias en el mundo; la bestia negra habita en Washington y es dueña de ese mundo que se llama a si mismo libre y occidental. Pero todo es un engaño porque ninguna de las dos alimañas defiende el bien y la luz. Una y otra son brazo de Lucifer y propagan las tinieblas y el mal.
¿Quiere conocer la verdad cruda del mundo? Putin es un criminal, enfrentado al globalismo que promueven los lobies judeomasonicos. El ruso es el único que planta cara a la agenda 2030, pero es una pena que recurra a la injustificable violencia y que se comporte como un asesino. Biden, amparado por la propagada y la inmensa capacidad de mentir que tiene el mundo judeomasónico, parece promover el bien, pero compite con el dragón en mentiras, crímenes, crueldades y engaños.
El dragón y la bestia luchan hoy en Ucrania, cuerpo a cuerpo, de manera visible, con el mundo entero como espectador, pero la lucha se desarrolla en todos los rincones del planeta y en todos los ámbitos: armas de exterminio, ejércitos entrenados para aplastar y destruir, misiles, espías, sicarios, cámaras de vigilancia, bombas, robots asesinos y todo lo que la maldad puede inventar para propagar el dolor y la muerte.. Quien gane la batalla será el único señor del mal y será reconocido como dueño de la Tierra.
Algunos creen que el vencedor de esta lucha será el Anticristo que describe el Apocalipsis.
El ser humano no sabe que hacer. Mira hacia sus líderes y descubre con horror que sirven a la bestia o al dragón y que se han alejado de Dios, del bien y de la verdad. Ante la horrenda visión de los torturados y muertos, ante el holocausto de los fetos que representa el aborto masivo, ante el imperio del engaño, la mentira, la pobreza, la opresión y la injusticia, descubre que el liderazgo en el mundo está podrido y que los valores están desamparados. El hombre se siente sólo, sin profetas ni pastores, en un océano de lodo sucio y pestilente.
La gran pregunta que millones de seres humanos, asustados y perplejos ante la realidad, nos hacemos es ¿Dónde está Dios, señor del bien y de la luz? Anhelamos que con su brazo todopoderoso aniquile a la bestia y al dragón, pero no lo hace. Quizás se haya cansado de salvar al hombre o tal vez esté esperando la reacción de los humanos ante la lucha de los dos monstruos para, la final, como dice el libro del Apocalipsis, venir con su legiones de ángeles y arcángeles para separar el trigo de la cizaña y liquidar con su poder a los monstruos, a sus seguidores y a la maldad que campea por el mundo.
Francisco Rubiales
El dragón rojo vive en Moscú y es señor de muchas tierras y conciencias en el mundo; la bestia negra habita en Washington y es dueña de ese mundo que se llama a si mismo libre y occidental. Pero todo es un engaño porque ninguna de las dos alimañas defiende el bien y la luz. Una y otra son brazo de Lucifer y propagan las tinieblas y el mal.
¿Quiere conocer la verdad cruda del mundo? Putin es un criminal, enfrentado al globalismo que promueven los lobies judeomasonicos. El ruso es el único que planta cara a la agenda 2030, pero es una pena que recurra a la injustificable violencia y que se comporte como un asesino. Biden, amparado por la propagada y la inmensa capacidad de mentir que tiene el mundo judeomasónico, parece promover el bien, pero compite con el dragón en mentiras, crímenes, crueldades y engaños.
El dragón y la bestia luchan hoy en Ucrania, cuerpo a cuerpo, de manera visible, con el mundo entero como espectador, pero la lucha se desarrolla en todos los rincones del planeta y en todos los ámbitos: armas de exterminio, ejércitos entrenados para aplastar y destruir, misiles, espías, sicarios, cámaras de vigilancia, bombas, robots asesinos y todo lo que la maldad puede inventar para propagar el dolor y la muerte.. Quien gane la batalla será el único señor del mal y será reconocido como dueño de la Tierra.
Algunos creen que el vencedor de esta lucha será el Anticristo que describe el Apocalipsis.
El ser humano no sabe que hacer. Mira hacia sus líderes y descubre con horror que sirven a la bestia o al dragón y que se han alejado de Dios, del bien y de la verdad. Ante la horrenda visión de los torturados y muertos, ante el holocausto de los fetos que representa el aborto masivo, ante el imperio del engaño, la mentira, la pobreza, la opresión y la injusticia, descubre que el liderazgo en el mundo está podrido y que los valores están desamparados. El hombre se siente sólo, sin profetas ni pastores, en un océano de lodo sucio y pestilente.
La gran pregunta que millones de seres humanos, asustados y perplejos ante la realidad, nos hacemos es ¿Dónde está Dios, señor del bien y de la luz? Anhelamos que con su brazo todopoderoso aniquile a la bestia y al dragón, pero no lo hace. Quizás se haya cansado de salvar al hombre o tal vez esté esperando la reacción de los humanos ante la lucha de los dos monstruos para, la final, como dice el libro del Apocalipsis, venir con su legiones de ángeles y arcángeles para separar el trigo de la cizaña y liquidar con su poder a los monstruos, a sus seguidores y a la maldad que campea por el mundo.
Francisco Rubiales