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Ejemplos como el del ministro Bermejo erosionan la democracia





Ejemplos de arrogancia y de despilfarro obsceno como el que ofrece el actual ministro de Justicia, Fernandez Bermejo, que acaba de gastar más de 250.000 euros del erario público en reformar y amueblar su vivienda pública de lujo, que no necesitaba reformas, erosionan la confianza de los ciudadanos en sus dirigentes y en un sistema que, sin poder ser controlado por los ciudadanos, queda reducido a un vulgar e injusto régimen, legalizado por las urnas, que permite a los poderosos cometer con impunidad todo tipo de abusos y desmanes.

Fernández-Bermejo no ha tenido ningún empacho en reacondicionar nuevamente un ático de 220 metros cuadrados, en el centro de Madrid, con un gasto cercano a los 250.000 euros, a cuenta del contribuyente, que sólo ocuparía dos meses si el PSOE pierde en las elecciones del 9-M.

"Soy de izquierdas y como tal actúo", dijo en alguna ocasión el ministro, cuyo hiriente exceso, en vísperas de las elecciones, demuestra que nuestros políticos han perdido ya el miedo al ciudadano y a su indignación democrática frente al abuso de poder.

La ex ministra de Vivienda María Antonia Trujillo, que hasta hace ocho meses ocupaba el piso oficial al que se ha mudado recientemente Mariano Fernández Bermejo, rebatió el miércoles con contundencia el informe de los técnicos del Ministerio de Justicia que avala el dispendio de 250.000 euros que se realizó para que el ministro pudiese ocupar con la "dignidad necesaria" el ático de 220 metros cuadrados a escasas semanas de las elecciones. "La casa estaba en perfecto estado para vivir. Estupenda. Si al ministro le gusta vivir más cómodo, que apechugue con las consecuencias", afirmó la exministra.

Si el despilfarro obsceno cometido por el ministro Bermejo hiubiera sido obra de un ministro de la derecha, nadie duda que su error le habría costado un terrible desgaste, consecuencia de una intensa campaña de declaraciones y condenas, apoyada por los medios sometidos a la izquierda y quizás también por los intelectuales y artistas subvencionados.

Todos los conceptos fueron facturados por El Corte Inglés entre los días 19 y 20 de diciembre; las disposiciones fueron autorizadas entre los días 21 y 26; posteriormente abonadas mediante una transferencia bancaria directa del Tesoro Público a una cuenta domiciliada en el Santander, y finalmente contabilizadas en el presupuesto de gastos del Ministerio de Justicia correspondiente al año 2007.

La falta de sensibilidad del ministro, capaz de realizar ese despilfarro cuando la inflación desatada y el encarecimiento de las hipotecas y los alimentos obligan a la mayoría de los españoles a realizan todo tipo de malabarismos para llegar a fin de mes, demuestra que los políticos socialistas han perdido el norte democrático y que desprecian la furia de un electorado al que deben considerar narcotizado y fácilmente manipulable.

Si es cierto lo que afirma aquel sabio principio de que "cuando los ciudadanos temen al gobierno, existe la tiranía y cuando es el gobierno el que teme a los ciudadanos, existe la democracia", está claro que en España la democracia ha desaparecido de la escena.

Como sugiere la exministra Trujillo, Mariano Fernández Bermejo debería ser obligado a pagar con su propio dinero las reformas realizadas y el pueblo español debería tomar conciencia de que es gobernado por una casta arrogante que carece de los valores elementales del liderazgo y la decencia política.


   
Jueves, 14 de Febrero 2008
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