Pero me niego rotundamente a la chapuza chabacana y barriobajera al servicio de la injusticia. Me niego a aceptar cualquier condena de cualquier reo sin juicio previo y sin las garantías legales de un estado de derecho. Me niego a reconocer autoridad moral o legal, a un grupo de personas que se arrogan el derecho a condenar, sin juzgar. Un grupo de titiriteros ignorantes que montan una farsa y condenan historias reales a través de rumores y acusaciones de café. Sin pruebas. Sin una mínima relación de hechos punibles. Sin una mínima investigación. Sin una mínima mención a los crímenes de sus enemigos. Sin una triste encuesta imparcial a ciudadanos españoles como únicos jueces válidos para juzgar nuestra historia y a sus protagonistas. Sin una triste posibilidad de defensa. Sin conocimientos sobre el condenado ni sobre las circunstancias complementarias que rodearon y conformaron toda la época de su gestión, con sus agravantes o con sus atenuantes y aspectos positivos, que también existieron, y que fueron vilmente erradicados arrojándolos al molar del olvido, de forma premeditada en pro del mangoneo y de la justificación de actuaciones tan miserables y dañinas para España y para los españoles -equiparables, algunas, a las peores que pudiera acometer el franquismo- bajo la maldita mentira del disfraz de la democracia.
Me niego a aceptar una organización con gente que cree que condena el franquismo sin molestarse en comprobar que realmente condenan a toda una Nación a la imposición cobarde, traidora y suicida, de acatar su propio asesinato, porque esta sentencia solo pretende pulverizar cualquier amago de liderar la articulación ciudadana en el ejercicio al derecho a legítima defensa, como hiciera en su día el general Franco, dejando patente que Europa le pararía los pies inmediatamente, garantizando la inmunidad y el éxito de la gran fechoría que se acomete contra España.
Pero, en cualquier caso, una condena sobre el franquismo solo debe afectar al franquismo. Sin embargo Zapatero ha conseguido su muy útil y particular Guantánamo donde dará con los huesos de la justicia española y con los de sus mas fervientes leales. El grueso de la ciudadanía será amordazada en pro de ser salvada del malvado PP. De la malvada iglesia. De la malvada Constitución y de los malvados que reclaman la legalidad. Serán liberados hasta de su propia patria y protegidos bajo la tutela de los negreros que se reparten España como el que se reparte el botín de sus incursiones y saqueos.
Zapatero repite la historia. Nos pone en el mismo lugar que, inevitablemente, nos llevó a la tragedia del treinta y seis. Tragedia que nuevamente planea sobre España. Utiliza a lo peor de entre lo peor para consumar su rencorosa venganza o su rastrero trabajo por encargo. También utiliza la ignorancia de los burócratas europeos, dispuestos a hacerse notar firmando cualquier cosa que aparente ser en pro de las libertades, sin molestarse en leerlo. En el total desprecio a la siempre incómoda verdad. Sin saber, o sin importarles, que firman una sentencia contra el futuro de una parte de sí mismos.
A priori, la sentencia puede ser justa, pero de ninguna manera justificada, totalmente ilegítima e inútil siempre y cuando proviene de un juicio sumarísimo promovido por gente que cometen las violaciones que pretenden condenar, sobre el Estado de derecho y la legalidad vigente.
Clandestino
(sigue)
Me niego a aceptar una organización con gente que cree que condena el franquismo sin molestarse en comprobar que realmente condenan a toda una Nación a la imposición cobarde, traidora y suicida, de acatar su propio asesinato, porque esta sentencia solo pretende pulverizar cualquier amago de liderar la articulación ciudadana en el ejercicio al derecho a legítima defensa, como hiciera en su día el general Franco, dejando patente que Europa le pararía los pies inmediatamente, garantizando la inmunidad y el éxito de la gran fechoría que se acomete contra España.
Pero, en cualquier caso, una condena sobre el franquismo solo debe afectar al franquismo. Sin embargo Zapatero ha conseguido su muy útil y particular Guantánamo donde dará con los huesos de la justicia española y con los de sus mas fervientes leales. El grueso de la ciudadanía será amordazada en pro de ser salvada del malvado PP. De la malvada iglesia. De la malvada Constitución y de los malvados que reclaman la legalidad. Serán liberados hasta de su propia patria y protegidos bajo la tutela de los negreros que se reparten España como el que se reparte el botín de sus incursiones y saqueos.
Zapatero repite la historia. Nos pone en el mismo lugar que, inevitablemente, nos llevó a la tragedia del treinta y seis. Tragedia que nuevamente planea sobre España. Utiliza a lo peor de entre lo peor para consumar su rencorosa venganza o su rastrero trabajo por encargo. También utiliza la ignorancia de los burócratas europeos, dispuestos a hacerse notar firmando cualquier cosa que aparente ser en pro de las libertades, sin molestarse en leerlo. En el total desprecio a la siempre incómoda verdad. Sin saber, o sin importarles, que firman una sentencia contra el futuro de una parte de sí mismos.
A priori, la sentencia puede ser justa, pero de ninguna manera justificada, totalmente ilegítima e inútil siempre y cuando proviene de un juicio sumarísimo promovido por gente que cometen las violaciones que pretenden condenar, sobre el Estado de derecho y la legalidad vigente.
Clandestino
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