Alberto y Asun, amigos asesinados por ETA en Sevilla
La combativa socialista vasca Rosa Diéz ha acusado al secretario general de su partido, el PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de servir a la bestia etarra y de ayudar al terrorismo a que sea el vencedor de las elecciones autonómicas y municipales de hoy, 27 de mayo de 2007.
En un artículo publicado en "El Mundo", edición del 26 de mayo, Rosa Diez afirma que "es la primera vez en nuestra historia democrática que los responsables de proteger los derechos de los ciudadanos, los que tienen la obligación y los instrumentos para hacerlo, respponden a sus chantajes (de ETA) con esa especie de comprensión cobarde que lo único que hace es alimentar a la bestia".
Elevando una queja que comparten millones de españoles conscientes, Rosa Diéz dice: "Antes sabíamos que el Estado respondería protegiéndonos. Ahora son los más altos representantes del Estado quienes descalifican las leyes que nos protegen, estirándolas para permitir que ETA se beneficie de ellas o calificándolas de 'guantánamo electoral'".
ETA, que estaba enterrada bajo las alcantarillas y presionada para que abandonara el crimen, gracias al pacto antiterrorista, vuelve a las instituciones con la ayuda de Zapatero y cobrará abundante dinero público a partir del lunes, sin que se haya arrepentido de sus crímines, sin que haya pedido perdón a sus víctimas y sin que ni siquiera haya prometido que no volverá a asesinar.
Rosa Diéz, que durante años fue la conciencia de Euskadi y ejemplo de resistencia ante los asesinos de ETA, cree ahora que Zapatero ha perpetrado toda una traición cuando con una mano firmaba los pactos antiterroristas con el PP y con la otra sellaba un pacto de amistad con el terrorismo etarra.
Esa "jugada" de Zapatero ha desmoralizado a los demócratas españoles, ha desprestigiado a la política española y ha dañado de manera sensible al sistema democrático, demostrando que la democracia española tiene pocas defensas y cautelas frente al abuso de poder al permitir que un gobierno pacte con el enemigo natural del Estado e interprete las leyes de manera que las mismas que antes servian para condenar a los terroristas, sirvan ahora para beneficiarlos y engordar su poder.
En un artículo publicado en "El Mundo", edición del 26 de mayo, Rosa Diez afirma que "es la primera vez en nuestra historia democrática que los responsables de proteger los derechos de los ciudadanos, los que tienen la obligación y los instrumentos para hacerlo, respponden a sus chantajes (de ETA) con esa especie de comprensión cobarde que lo único que hace es alimentar a la bestia".
Elevando una queja que comparten millones de españoles conscientes, Rosa Diéz dice: "Antes sabíamos que el Estado respondería protegiéndonos. Ahora son los más altos representantes del Estado quienes descalifican las leyes que nos protegen, estirándolas para permitir que ETA se beneficie de ellas o calificándolas de 'guantánamo electoral'".
ETA, que estaba enterrada bajo las alcantarillas y presionada para que abandonara el crimen, gracias al pacto antiterrorista, vuelve a las instituciones con la ayuda de Zapatero y cobrará abundante dinero público a partir del lunes, sin que se haya arrepentido de sus crímines, sin que haya pedido perdón a sus víctimas y sin que ni siquiera haya prometido que no volverá a asesinar.
Rosa Diéz, que durante años fue la conciencia de Euskadi y ejemplo de resistencia ante los asesinos de ETA, cree ahora que Zapatero ha perpetrado toda una traición cuando con una mano firmaba los pactos antiterroristas con el PP y con la otra sellaba un pacto de amistad con el terrorismo etarra.
Esa "jugada" de Zapatero ha desmoralizado a los demócratas españoles, ha desprestigiado a la política española y ha dañado de manera sensible al sistema democrático, demostrando que la democracia española tiene pocas defensas y cautelas frente al abuso de poder al permitir que un gobierno pacte con el enemigo natural del Estado e interprete las leyes de manera que las mismas que antes servian para condenar a los terroristas, sirvan ahora para beneficiarlos y engordar su poder.