Tan enfrascados estamos, o nos tienen, para ser más exactos, en los problemas domésticos que no damos ni prestamos atención a lo que sucede por tierras del profeta. Los ayatolás han sacado sus juguetes a la calle, su calle, el estrecho de Ormuz y se han liado a lanzar cohetes de corto y largo alcance. Con una puntería envidiable según dicen. Claro que no son cohetes de los que se fabrican en Valencia sino que alcanzan varios miles de kilómetros y pueden llegar a las bases USA de la región, transportando cabezas atómicas.
Como a Ahmadineyad se le calienta la boca como a su colega venezolano Chávez y no hay nadie que repita lo de ¿Por qué no te callas?, amenaza con cerrar el estrecho, arteria por donde pasa el 40% del petróleo del mundo y en lugar de emular a su colega bolivariano con “exprópiese” y quedarse contento lleva dos días soltando petardazos.
Todo podría arreglarse con el pago de un peaje pero sabemos que Israel, desde la guerra de los Seis Días, no ha permitido que ningún país árabe posea más armamento que ellos. Ya bombardeó a Sadam Husein antes de la guerra. ¿Cuántos cohetes más necesita Israel para pasar factura o tarjeta de visita a las fábricas de cohetes y material atómico en Irán?. Tan fácil no es, ya que para bombardear con éxito esas instalaciones bajo tierra se necesitan aviones especiales y estos cacharritos solo los tiene Obama y, como sabemos, están haciendo las maletas en Irak y tampoco se encuentran muy a gusto en Afganistán. En España como en el resto de Europa tenemos la impresión que con enviar tropas y algo de material hemos cumplido. Ah, y amenazamos desde la UE.
Estados Unidos ha enviado la V Flota a la zona pero los Ayatolás están como niños el día de Reyes con sus cohetes. Israel sabe muy bien que no son regalos que les enviarán por DHL Obama, con elecciones en tres o cuatro meses no hará más que enseñar los dientes, con lo que con un préstamo de material aéreo adecuado se armará una tan gorda que, como digo en el título Ahmadineyad soluciona la cosa de los presupuestos, los trajes, el 8%, lo de Noós, el caso Campeón, etc.
En el escalafón del miedo tengo dos en el 10, Rajoy con el lápiz de “súbase esto” y los Ayatolás con sus juguetes en Ormuz.
LIGUR
Como a Ahmadineyad se le calienta la boca como a su colega venezolano Chávez y no hay nadie que repita lo de ¿Por qué no te callas?, amenaza con cerrar el estrecho, arteria por donde pasa el 40% del petróleo del mundo y en lugar de emular a su colega bolivariano con “exprópiese” y quedarse contento lleva dos días soltando petardazos.
Todo podría arreglarse con el pago de un peaje pero sabemos que Israel, desde la guerra de los Seis Días, no ha permitido que ningún país árabe posea más armamento que ellos. Ya bombardeó a Sadam Husein antes de la guerra. ¿Cuántos cohetes más necesita Israel para pasar factura o tarjeta de visita a las fábricas de cohetes y material atómico en Irán?. Tan fácil no es, ya que para bombardear con éxito esas instalaciones bajo tierra se necesitan aviones especiales y estos cacharritos solo los tiene Obama y, como sabemos, están haciendo las maletas en Irak y tampoco se encuentran muy a gusto en Afganistán. En España como en el resto de Europa tenemos la impresión que con enviar tropas y algo de material hemos cumplido. Ah, y amenazamos desde la UE.
Estados Unidos ha enviado la V Flota a la zona pero los Ayatolás están como niños el día de Reyes con sus cohetes. Israel sabe muy bien que no son regalos que les enviarán por DHL Obama, con elecciones en tres o cuatro meses no hará más que enseñar los dientes, con lo que con un préstamo de material aéreo adecuado se armará una tan gorda que, como digo en el título Ahmadineyad soluciona la cosa de los presupuestos, los trajes, el 8%, lo de Noós, el caso Campeón, etc.
En el escalafón del miedo tengo dos en el 10, Rajoy con el lápiz de “súbase esto” y los Ayatolás con sus juguetes en Ormuz.
LIGUR