En el Parlamento francés ocurre con bastante frecuencia que los diputados no votan en bloque, siguiendo la consigna recibida de la jefatura de su grupo político, sino conforme a lo que cada uno de ellos cree que responde mejor al interés de los electores de su circunscripción.
No hay nada en la legislación española, en principio, que impida a nuestros diputados hacer lo mismo, sobre todo teniendo en cuenta que la Constitución de 1978 (art. 67.2) afirma: “Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”. De nadie. En consecuencia, tampoco por el mandato imperativo de los responsables del partido en el que militan.
Sin embargo, en el Parlamento español funcionan normas que castigan al diputado que, haciendo uso de su derecho constitucional, vota algo distinto a lo acordado por sus correligionarios.
¿Puede un partido politico establecer normas internas que contradigan a la Constitución?, lo dudo. Pero si los diputados españoles están atados de pies y manos a la disciplina de su grupo es,porque su reelección depende de la voluntad del jefe del partido, que es el que puede hacerles un hueco confortable en la papeleta de los próximos comicios… o borrar sus nombres para siempre. De modo que el diputado de base debe elegir entre decir amén a todo lo que le ordenan (posibilidad A), irse buscando otro partido que le promocione (posibilidad B, harto dudosa) o abandonar la política profesional, (posibilidad C), que a la mayoría se le hace muy cuesta arriba, porque no tiene en esta vida más oficio ni beneficio, que su acta de diputado.
Franco es el maestro que tuvieron Felipe González, Rajoy, Zapatero o Aznar. Por eso entienden una forma de Estado exactamente igual. Como propiedad de una casta y sin la participación de la sociedad civil, que es anulada sistemáticamente. Franco es el maestro que tuvo Pablo Iglesias, que ahora, en su adolescencia política, intenta 'matar al padre' sin saber aún muy bien para qué... Su ignorancia y su odio le guían para conquistar 'el cielo'. Su táctica, aprendida de experiencias anteriores que ya triunfaron: ridiculizar al enemigo, invertir los valores, y humillar al enemigo mediante burlas y faltas de respeto exhibidas públicamente. La vanidad de sus adversarios les ciega y les impide ver hacia dónde se dirigen. Por eso son terriblemente débiles, ninguno puede ocultar su inmoralidad y la corrupción que han mantenido durante tantos años. Están atados de pies y manos.
Pero el El 90% de la población aún ignora la gravedad de los hechos a los que está asistiendo y que difunden todas las televisiones y medios del Estado. Y como los ignoran, celebran el funeral como si no fuera el de ellos... alabando al sepulturero.
Salvador
No hay nada en la legislación española, en principio, que impida a nuestros diputados hacer lo mismo, sobre todo teniendo en cuenta que la Constitución de 1978 (art. 67.2) afirma: “Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”. De nadie. En consecuencia, tampoco por el mandato imperativo de los responsables del partido en el que militan.
Sin embargo, en el Parlamento español funcionan normas que castigan al diputado que, haciendo uso de su derecho constitucional, vota algo distinto a lo acordado por sus correligionarios.
¿Puede un partido politico establecer normas internas que contradigan a la Constitución?, lo dudo. Pero si los diputados españoles están atados de pies y manos a la disciplina de su grupo es,porque su reelección depende de la voluntad del jefe del partido, que es el que puede hacerles un hueco confortable en la papeleta de los próximos comicios… o borrar sus nombres para siempre. De modo que el diputado de base debe elegir entre decir amén a todo lo que le ordenan (posibilidad A), irse buscando otro partido que le promocione (posibilidad B, harto dudosa) o abandonar la política profesional, (posibilidad C), que a la mayoría se le hace muy cuesta arriba, porque no tiene en esta vida más oficio ni beneficio, que su acta de diputado.
Franco es el maestro que tuvieron Felipe González, Rajoy, Zapatero o Aznar. Por eso entienden una forma de Estado exactamente igual. Como propiedad de una casta y sin la participación de la sociedad civil, que es anulada sistemáticamente. Franco es el maestro que tuvo Pablo Iglesias, que ahora, en su adolescencia política, intenta 'matar al padre' sin saber aún muy bien para qué... Su ignorancia y su odio le guían para conquistar 'el cielo'. Su táctica, aprendida de experiencias anteriores que ya triunfaron: ridiculizar al enemigo, invertir los valores, y humillar al enemigo mediante burlas y faltas de respeto exhibidas públicamente. La vanidad de sus adversarios les ciega y les impide ver hacia dónde se dirigen. Por eso son terriblemente débiles, ninguno puede ocultar su inmoralidad y la corrupción que han mantenido durante tantos años. Están atados de pies y manos.
Pero el El 90% de la población aún ignora la gravedad de los hechos a los que está asistiendo y que difunden todas las televisiones y medios del Estado. Y como los ignoran, celebran el funeral como si no fuera el de ellos... alabando al sepulturero.
Salvador