Y es que cuando el ciudadano ve donde van a parar sus impuestos solo puede llevarse las manos a la cabeza. Un Estado convertido en un monstruo que devora a sus ciudadanos, que ven como sus dirigentes no reparan en gastos, despilfarros y privilegios mientras a los demás nos toca apretarnos el cinturón es la gota que colma el vaso de la paciencia.
Cuando todo lo que se nos ofrece a cambio es corrupción, robos, saqueos al erario, expolio de las Cajas, sobresueldos, comisiones, duplicidad de administraciones para colocar a los amigos, exceso de personal e impunidad, al ciudadano solo le queda poner a salvo su dinero de esta banda organizada de chorizos que lo mismo esconde el dinero en Suiza que en un colchón dependiendo del status del ladrón que en esto también hay clases. El sindicalista es mas de colchón y falso techo mientras que el político elige la opción del paraíso fiscal o del cuñado testaferro. El caso es trincar todo lo que se pueda que si te pillan son dos noches entre rejas y bien tratado y luego a vivir que son dos días.
Se ha instalado entre el personal que el que no roba es tonto y hasta los propios ciudadanos se sorprenden de que una simple concejal de Camas no hubiera trincado los 6 millones de euros y 3 pisos que le ponían por levantar la mano en un pleno para aprobarla recalificación de unos terrenos.
Ver a un ministro obsesionado con registrar hasta las cajas de seguridad de los clientes de un banco con una legión de inspectores de Hacienda y mirar para otro lado cuando su partido está podrido de corrupción hasta la cúpula, esa misma con la que se sienta todos los días es para cabrearse un poco.
Ver como en Valencia se carga en el recibo del agua el coste del saqueo de la depuradora de agua donde se pagaban hasta las prostitutas con el dinero de contribuyente, la recogida de lodo se inflaba hasta multiplicarla por lo infinito y todo ello recaiga sobre los hombros del sufrido ciudadano al que solo le queda esperar a ver por donde se la clavan nuevamente es para salir corriendo.
El terror fiscal solo recae sobre el ciudadano y además lo hace con una crueldad digna de la Edad Media. Solo nos falta el derecho de pernada, pues ya hemos repuesto la orgía de las Cajas, les hemos pagado el finiquito a los consejeros, nos cargan en el recibo de la luz, el agua, el gas, el combustible etc.. todo el despilfarro de la corrupción. Nos desangran, nos expolian, nos saquean y encima, si no cumples, te acusan de insolidario. Mientras tanto, en ese otro mundo donde se vive en la impunidad política y sindical, si te trincan tienes al club de fans esperándote en la puerta del juzgado, dándote ánimos por la injusticia que te hacen. Como dice la frase "Ya no necesito hacer el amor, el gobierno me jode a diario".
Carlos RH
Cuando todo lo que se nos ofrece a cambio es corrupción, robos, saqueos al erario, expolio de las Cajas, sobresueldos, comisiones, duplicidad de administraciones para colocar a los amigos, exceso de personal e impunidad, al ciudadano solo le queda poner a salvo su dinero de esta banda organizada de chorizos que lo mismo esconde el dinero en Suiza que en un colchón dependiendo del status del ladrón que en esto también hay clases. El sindicalista es mas de colchón y falso techo mientras que el político elige la opción del paraíso fiscal o del cuñado testaferro. El caso es trincar todo lo que se pueda que si te pillan son dos noches entre rejas y bien tratado y luego a vivir que son dos días.
Se ha instalado entre el personal que el que no roba es tonto y hasta los propios ciudadanos se sorprenden de que una simple concejal de Camas no hubiera trincado los 6 millones de euros y 3 pisos que le ponían por levantar la mano en un pleno para aprobarla recalificación de unos terrenos.
Ver a un ministro obsesionado con registrar hasta las cajas de seguridad de los clientes de un banco con una legión de inspectores de Hacienda y mirar para otro lado cuando su partido está podrido de corrupción hasta la cúpula, esa misma con la que se sienta todos los días es para cabrearse un poco.
Ver como en Valencia se carga en el recibo del agua el coste del saqueo de la depuradora de agua donde se pagaban hasta las prostitutas con el dinero de contribuyente, la recogida de lodo se inflaba hasta multiplicarla por lo infinito y todo ello recaiga sobre los hombros del sufrido ciudadano al que solo le queda esperar a ver por donde se la clavan nuevamente es para salir corriendo.
El terror fiscal solo recae sobre el ciudadano y además lo hace con una crueldad digna de la Edad Media. Solo nos falta el derecho de pernada, pues ya hemos repuesto la orgía de las Cajas, les hemos pagado el finiquito a los consejeros, nos cargan en el recibo de la luz, el agua, el gas, el combustible etc.. todo el despilfarro de la corrupción. Nos desangran, nos expolian, nos saquean y encima, si no cumples, te acusan de insolidario. Mientras tanto, en ese otro mundo donde se vive en la impunidad política y sindical, si te trincan tienes al club de fans esperándote en la puerta del juzgado, dándote ánimos por la injusticia que te hacen. Como dice la frase "Ya no necesito hacer el amor, el gobierno me jode a diario".
Carlos RH