Pensaba escribir un artículo sobre los abusos y mentiras de los promotores y seguidores de la "Memoria Histórica", pero he decidido descansar un poco y reproducir un interesante comentario sobre ese tema, publicado en mi página por Jose Jiménez Requena:
"Si hubiera que quitar el nombre a todos los perjuicios que aparecieron de sopetón de la mano del franquismo por primera vez en la historia de este país, no nos podíamos quedar sólo en la paga del 18 de julio. No. Habría que quitar también la paga de Navidad, que tampoco estaba antes. De hecho habría que quitar también el nombre de paga mensual, porque antes de Franco lo normal era cobrar en jornales, dado que la fijeza en el trabajo era también desconocida, y un jornal, un día, era el compromiso laboral que te garantizaba la legislación republicana. Las ordenanzas laborales franquistas, de riguroso cumplimiento, eran las normas que regulaban todos estos perniciosos conceptos. También las vacaciones, y un horario de 40 horas a la semana en lugar de las 13 horas diarias, que componían el jornal republicano. Y la maldita Seguridad Social, que trajo consigo conceptos revolucionarios y perniciosos como pensión de jubilación, de viudedad, de horfandad, médico gratuito, etc, términos todos ellos que ni en los 6 años de la república, ni en los 1930 años anteriores, tuvieron tiempo no ya de llevarlos a la práctica, sino de siquiera concebirlos. Y claro no sólo se conformó con inventar lo de los 30 días de vacaciones pagadas, sino que encima empezó a construir fábricas de automóviles, viviendas para todos, hoteles en las playas, carreteras, fábricas de ropas y calzados baratos para todos, en lugar de los elegantes harapos y alpargatas que en tiempos anteriores denotaban la posición privilegiada de los trabajadores. Consiguió que las sencillas familias cuya única preocupación diaria, durante años y años, era encontrar un poco de pan y un chorro de aceite para comer y un lugar donde tumbarse por la noche al abrigo de la interperie, se compraran casa propia, coche utilitario, que se tuvieran que ir en vacaciones a Benidorm, a tumbarse en la arena con todo el calurón. !Qué vergüenza! Antes, de siempre, la gente mayormente vivía en los pueblos dedicados a dar jornales eventuales en la aceituna, la uva, el cereal. Pues nada, que también se le ocurrió hacer pantanos, que servían para regar las tierras, para producir electricidad, en suma que ahora había abundancia de todo y condiciones de habitabilidad en las casas, y casas para todos. Y dinero en el banco. Y con la abundancia empezaron a venir de fuera maquinarias para cosechar y para labrar, y la gente se quedó sin los jornales del campo y tuvo que emigrar para la ciudad. Y allí el trabajo era fijo y había puestos para casi todos los que iban llegando, aunque algunos se marchaban para Alemania, porque allí se prosperaba mucho más. Y ahora tenían que acudir al trabajo con corbata, como los dependientes del corte inglés, o de otros muchos establecimientos de servicio que se abrieron nuevos para suministrar de bienes a las familias de trabajadores que antes no necesitaban de nada, ni tenían dinero para pagarlo, ni sitios donde compralo. Y para remate, trajo 35 años de paz, cosa insólita en toda nuestra anterior historia, que siempre teníamos una guerra por medio, o un motín, o un golpe de Estado, o una huelga general, o una quema de iglesias, como la que se preparó el 11 de mayo de 1931, para festejar que la república había cumplido un mes de vida. Realmente hay que reconocer que Franco cambió la historia de este país, y muchos pensamos que para mal. Nos transformó de mendigos a trabajadores. De desclasados y desposeidos a clase media y propietaria. De odiarnos unos a otros, a la iglesia, y a la madre que nos parió, nos volvió un rebaño de corderos. Hasta los madridistas y los cules se trataban con cordialidad, sin odio ni nada.
Si quitásemos todas las innovaciones que introdujo el maldito dictador, en los 35 años que gobernó, prácticamente, tendríamos que cambiarle el nombre hasta al propio país. Y es que sin Franco, España, no sería España, porque ya en 1936 la teníamos casi muerta. Hoy sería una nación de naciones, coño. Que no sabemos exactamente lo que significa, pero más o menos como Rumanía, Bulgaria, Albania, etc para hacernos una idea. Menos mal que ahora tenemos a unos políticos como los de antes. Porque Franco también nos privó de políticos durante nada menos que 35 años, no los podía ni ver a los pobres, ya ves tú. Eso fue muy fuerte. Privarnos de personajes como ZP, Roldán, Pedro NoNo, o el mismísimo Pablo Iglesias, durante 35 años. Quedarnos sin el escándalo de la corrupción todo ese tiempo. No tiene perdón de Dios. Es que no daba una, el tío. Por eso le estamos quitando las estatuas, las calles, y lo vamos a sacar del valle de los caídos. Queremos volver a ser el país que hemos sido siempre, el país de la ignorancia histórica. De eso se trata, de valorar la historia sin siquiera leerla, de cambiar la historia, de quitar hasta el mínimo recuerdo del pernicioso franquismo.
!Fuera la paga del 18 de julio y todo lo demás, coño!
"Si hubiera que quitar el nombre a todos los perjuicios que aparecieron de sopetón de la mano del franquismo por primera vez en la historia de este país, no nos podíamos quedar sólo en la paga del 18 de julio. No. Habría que quitar también la paga de Navidad, que tampoco estaba antes. De hecho habría que quitar también el nombre de paga mensual, porque antes de Franco lo normal era cobrar en jornales, dado que la fijeza en el trabajo era también desconocida, y un jornal, un día, era el compromiso laboral que te garantizaba la legislación republicana. Las ordenanzas laborales franquistas, de riguroso cumplimiento, eran las normas que regulaban todos estos perniciosos conceptos. También las vacaciones, y un horario de 40 horas a la semana en lugar de las 13 horas diarias, que componían el jornal republicano. Y la maldita Seguridad Social, que trajo consigo conceptos revolucionarios y perniciosos como pensión de jubilación, de viudedad, de horfandad, médico gratuito, etc, términos todos ellos que ni en los 6 años de la república, ni en los 1930 años anteriores, tuvieron tiempo no ya de llevarlos a la práctica, sino de siquiera concebirlos. Y claro no sólo se conformó con inventar lo de los 30 días de vacaciones pagadas, sino que encima empezó a construir fábricas de automóviles, viviendas para todos, hoteles en las playas, carreteras, fábricas de ropas y calzados baratos para todos, en lugar de los elegantes harapos y alpargatas que en tiempos anteriores denotaban la posición privilegiada de los trabajadores. Consiguió que las sencillas familias cuya única preocupación diaria, durante años y años, era encontrar un poco de pan y un chorro de aceite para comer y un lugar donde tumbarse por la noche al abrigo de la interperie, se compraran casa propia, coche utilitario, que se tuvieran que ir en vacaciones a Benidorm, a tumbarse en la arena con todo el calurón. !Qué vergüenza! Antes, de siempre, la gente mayormente vivía en los pueblos dedicados a dar jornales eventuales en la aceituna, la uva, el cereal. Pues nada, que también se le ocurrió hacer pantanos, que servían para regar las tierras, para producir electricidad, en suma que ahora había abundancia de todo y condiciones de habitabilidad en las casas, y casas para todos. Y dinero en el banco. Y con la abundancia empezaron a venir de fuera maquinarias para cosechar y para labrar, y la gente se quedó sin los jornales del campo y tuvo que emigrar para la ciudad. Y allí el trabajo era fijo y había puestos para casi todos los que iban llegando, aunque algunos se marchaban para Alemania, porque allí se prosperaba mucho más. Y ahora tenían que acudir al trabajo con corbata, como los dependientes del corte inglés, o de otros muchos establecimientos de servicio que se abrieron nuevos para suministrar de bienes a las familias de trabajadores que antes no necesitaban de nada, ni tenían dinero para pagarlo, ni sitios donde compralo. Y para remate, trajo 35 años de paz, cosa insólita en toda nuestra anterior historia, que siempre teníamos una guerra por medio, o un motín, o un golpe de Estado, o una huelga general, o una quema de iglesias, como la que se preparó el 11 de mayo de 1931, para festejar que la república había cumplido un mes de vida. Realmente hay que reconocer que Franco cambió la historia de este país, y muchos pensamos que para mal. Nos transformó de mendigos a trabajadores. De desclasados y desposeidos a clase media y propietaria. De odiarnos unos a otros, a la iglesia, y a la madre que nos parió, nos volvió un rebaño de corderos. Hasta los madridistas y los cules se trataban con cordialidad, sin odio ni nada.
Si quitásemos todas las innovaciones que introdujo el maldito dictador, en los 35 años que gobernó, prácticamente, tendríamos que cambiarle el nombre hasta al propio país. Y es que sin Franco, España, no sería España, porque ya en 1936 la teníamos casi muerta. Hoy sería una nación de naciones, coño. Que no sabemos exactamente lo que significa, pero más o menos como Rumanía, Bulgaria, Albania, etc para hacernos una idea. Menos mal que ahora tenemos a unos políticos como los de antes. Porque Franco también nos privó de políticos durante nada menos que 35 años, no los podía ni ver a los pobres, ya ves tú. Eso fue muy fuerte. Privarnos de personajes como ZP, Roldán, Pedro NoNo, o el mismísimo Pablo Iglesias, durante 35 años. Quedarnos sin el escándalo de la corrupción todo ese tiempo. No tiene perdón de Dios. Es que no daba una, el tío. Por eso le estamos quitando las estatuas, las calles, y lo vamos a sacar del valle de los caídos. Queremos volver a ser el país que hemos sido siempre, el país de la ignorancia histórica. De eso se trata, de valorar la historia sin siquiera leerla, de cambiar la historia, de quitar hasta el mínimo recuerdo del pernicioso franquismo.
!Fuera la paga del 18 de julio y todo lo demás, coño!