Colaboraciones

ENTRE PENALTIS, POLITIQUEOS Y MUERTES





A los españoles nos quedan pocas opciones para alimentar nuestra cultura mediática. Las primeras páginas de los periódicos, las cuñas radiofónicas y los telediarios puntas no ofrecen otro alimento que penaltis, politiqueos y muertes. Y todo esto sucede los dos primeros meses de la nueva legislatura. Se van a necesitar muchas cortinas de humo para camuflar los tornados que se aproximan.

Sólo se habla de las espantadas de Ronaldiño, de las mentiras de Cristiano, de las opciones de Messi o de las escaramuzas de Cañizares. El mercado futbolero está que arde. Los entrenadores corren de un lado para otro para responder a las demandas; los presidentes quieren recoger las ganancias de las ventas de los jugadores en el banquillo, para hacer otras compras; y los jugadores se dan a valer con historias pasadas y no contadas, para asegurar el futuro.

Pero la política no tiene mejores ofertas. Solbes hace juego de bolillos para camuflar los 400 euros que Zapatero regaló a los españoles, porque los catastros, el paro y las viviendas no dan más de sí para adoptar medidas anticrisis. Los nubarrones del otoño están ahí, a la vuelta del verano, y el invierno es duro. Patxi López, sin medir las fuerzas, apuesta por un referéndum en el País Vasco “con todas las consecuencias”. Y Carod Rovira se va a ver a Ibarretxe para ayudarse mutuamente en las consultas populares que ambos proyectan.

El PP no da abastos para cubrir los agujeros que hacen agua con tantas politiqueadas y politiqueos. El trompetín de retirada ha sonado para las deserciones de vascos y no vascos. Rajoy no tiene manos para despedir a unos y llamar a otros. Pepe Blanco se frota las manos. Y Aznar estalla “profundamente disgustado”, queriendo terciar en la crisis, pero no a favor de Rajoy -a quien eligió “a dedo” y le entregó la patata caliente del 11M-, sino para apoyar, también “a dedo”, a María San Gil y a Ortega Lara.

Y muertes, demasiadas muertes para un país como España. Cada mañana nos levantamos como encharcados en sangre: muertes de género que no cesan, muertes de jóvenes en carretera que no cesan, muertes de bebés y de niños que no cesan, muertes de ancianos y ancianas que no cesan. El supremo delito convertido en el desayuno diario.

Con el festival europeo esperábamos contar con un puesto en el mercado musical de la CEE, pero no podemos echar mano de la canción para la memoria histórica, porque nadie sabe lo que pretendía; ni tampoco contamos con una buena película sobre nuestro tiempo; ni siquiera con una buena foto sobre nuestra época de inmigración, de grafitis y de cainismos.

Esa es la realidad, la cantidad, la masa, aquello con lo que nunca se puede estar de acuerdo.Y, sin embargo, hay rayos de esperanza que surgen de la belleza, de la verdad, de la naturaleza, del arte, de la ciencia; es decir, la cualidad, el servicio a los valores en los que realmente creemos, aunque sólo se pueda hacer en un círculo pequeño.

J. Leiva


   
Sábado, 7 de Junio 2008
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