Ayer trascendió a los mass media una nueva petición de baja en las huestes socialistas catalanas. Joan Llenas, Regidor del Ayuntamiento de Palafrugell (Girona) y Diputado Provinvial del PSC, que, contradiciendo lo que predica su primer apellido, se marcha con la conciencia tranquila y las manos vacías, comunicó a la dirección provincial de su formación política su decisión irrevocable de darse de baja en el partido por la subordinación manifiesta de éste, el PSC, al PSOE.
¿Cabe hablar aquí, amable, atento, dilecto, discreto y selecto lector de estos renglones torcidos, de efecto dominó? Parece que no (sería exagerado, aunque el propio Maragall ande meditando tres cuartas partes de lo mismo), que no mina ni domina, o sea, que en materia de joyas o alhajas nunca es tiempo de rebajas.
Sin embargo, Llenas sigue la estela dejada por la ex alcaldesa de La Garriga, Núria Albó, que, según se dice, se cuenta y se rumorea de la susodicha, se buscó la ruina sola (le alabo el gusto), yendo libre, a su bola, diciendo adiós al PSC, tras más de dos décadas y media de militancia, nada más conocer la verdadera razón de la renuncia de Maragall a la reelección. Albó no iba desencaminada, quiero decir que no marraba ni mucho, ni poco, ni nada (de nada), al interpretar que la caída en desgracia de don Pasqual se debía (amén de a las proverbiales “maragalladas” del sujeto en cuestión), más que a ninguna otra causa o cosa, a que, desde dentro del partido, algunos le habían hecho la cama y la pascua a don Pasqual.
El anuncio hecho por la esposa de Maragall, Diana (no digas Ana, si no quieres dar en la ídem) Garrigosa, la “primera dama” del mero damero catalán, de que había pedido por carta su baja en el PSC ha puesto de los nervios a más de uno, que han conseguido calmar o disipar definitivamente cuando han escuchado el mantra, esa consigna que dice que “en las tiendas de joyas y alhajas nunca es tiempo de rebajas”.
Ángel Sáez García
¿Cabe hablar aquí, amable, atento, dilecto, discreto y selecto lector de estos renglones torcidos, de efecto dominó? Parece que no (sería exagerado, aunque el propio Maragall ande meditando tres cuartas partes de lo mismo), que no mina ni domina, o sea, que en materia de joyas o alhajas nunca es tiempo de rebajas.
Sin embargo, Llenas sigue la estela dejada por la ex alcaldesa de La Garriga, Núria Albó, que, según se dice, se cuenta y se rumorea de la susodicha, se buscó la ruina sola (le alabo el gusto), yendo libre, a su bola, diciendo adiós al PSC, tras más de dos décadas y media de militancia, nada más conocer la verdadera razón de la renuncia de Maragall a la reelección. Albó no iba desencaminada, quiero decir que no marraba ni mucho, ni poco, ni nada (de nada), al interpretar que la caída en desgracia de don Pasqual se debía (amén de a las proverbiales “maragalladas” del sujeto en cuestión), más que a ninguna otra causa o cosa, a que, desde dentro del partido, algunos le habían hecho la cama y la pascua a don Pasqual.
El anuncio hecho por la esposa de Maragall, Diana (no digas Ana, si no quieres dar en la ídem) Garrigosa, la “primera dama” del mero damero catalán, de que había pedido por carta su baja en el PSC ha puesto de los nervios a más de uno, que han conseguido calmar o disipar definitivamente cuando han escuchado el mantra, esa consigna que dice que “en las tiendas de joyas y alhajas nunca es tiempo de rebajas”.
Ángel Sáez García