Apoyo a los miembros del Foro Ermua, Antonio Aguirre e Iñaki Ezkerra, y al presidente de la Asociación Dignidad y Justicia, Daniel Portero (porque tienen toda la razón en este bochornoso, indignante y repugnante affaire), en su cabal decisión de presentar una querella contra la Ertzaintza por haber elaborado un atestado sin pies ni cabeza sobre los incidentes que acaecieron el pasado 26 de marzo, día en el que el lendakari compareció ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).
Asimismo, coincido con Antonio Aguirre, quien sufriera aquella mañana de triste recuerdo una patada en los dídimos, en no entender el auto judicial en el que se le imputa a él mismo y a los mentados Ezkerra y Portero un delito de desórdenes públicos, y se decreta el sobreseimiento (que no miento) de la causa abierta contra el ertzaina que no identificó a quien agredió a Aguirre en sus partes blandas, Alejandro Aramburu, asesor del PNV.
Desde luego, en el País Vasco cada vez abundan más situaciones de este jaez, absurdísimas. Ahora, verbigracia, resulta que allí lo normal es que un sujeto use sus atributos, o sea, los testículos, para arremeter contra el empeine de la pierna de otro.
Ignoro si el propósito de ese atestado acéfalo y ápodo fue “dar cobertura a la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, que acusó al Foro Ermua de provocar a los concentrados en apoyo a Ibarretxe y de convocar una contramanifestación”, pero tales juicios de intenciones no se me antojan tan descabellados ni parecen ir tan desencaminados.
E. S. O., un andoba de Cornago
Asimismo, coincido con Antonio Aguirre, quien sufriera aquella mañana de triste recuerdo una patada en los dídimos, en no entender el auto judicial en el que se le imputa a él mismo y a los mentados Ezkerra y Portero un delito de desórdenes públicos, y se decreta el sobreseimiento (que no miento) de la causa abierta contra el ertzaina que no identificó a quien agredió a Aguirre en sus partes blandas, Alejandro Aramburu, asesor del PNV.
Desde luego, en el País Vasco cada vez abundan más situaciones de este jaez, absurdísimas. Ahora, verbigracia, resulta que allí lo normal es que un sujeto use sus atributos, o sea, los testículos, para arremeter contra el empeine de la pierna de otro.
Ignoro si el propósito de ese atestado acéfalo y ápodo fue “dar cobertura a la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, que acusó al Foro Ermua de provocar a los concentrados en apoyo a Ibarretxe y de convocar una contramanifestación”, pero tales juicios de intenciones no se me antojan tan descabellados ni parecen ir tan desencaminados.
E. S. O., un andoba de Cornago