Era lo lógico y lo esperado. La ciudadanía, a pesar de presiones y de posibles componendas, ha respondido con responsabilidad, honor y cordura. El Jefe dijo que se iba, si perdía. ¿Lo hará y cumplirá? Esperémoslo, a ver si descansa su lenguaraz boca y ya “te callas”.
H. Chávez, este prosélito del barbas cubano, ha perdido por primera vez, desde que subió al mando, en 1998. Los venezolanos, con toda sensatez, han rechazado su propuesta de reforma constitucional; saben que no pueden permitir que un verborreico dictatorzuelo, instalándose en la poltrona, se eternice y campee con sus petrodólares arruinando el país y sumiendo en la miseria al pueblo.
Su locuacidad sin mesura, por esta vez al menos, amainando, ha llegado a aceptar los resultados y felicitar a la oposición por su victoria, obtenida por un total de 4.504.354 votos. Tras lo cual, en un mensaje a la Nación, soltó su amenaza: «El triunfo fue por un porcentaje "muy chiquitico", por lo que deberían saber "administrar" bien su victoria. Esta propuesta no está muerta, sigue viva, y yo no la retiro».
Los cambios constitucionales propuestos afectan a 69 de los 350 artículos de la actual Carta Magna, vigente desde 1999. Implican el aumento de poderes al presidente, la concesión de un mandato de siete años, la reelección indefinida y la facultad de apoderar las comunidades locales, reordenar la economía y modificar el mapa político-administrativo nacional "cuando se considere conveniente". Intenta crear la Fuerza Armada Bolivariana, un cuerpo "popular, patriótico y antiimperialista", transformar la Guardia Nacional en un "cuerpo esencialmente militar", para formar con sus recursos "humanos, técnicos y militares" la guardia territorial, y restringir la información. El poder popular y las comunas serán la base del poder público y estará expresado en consejos obreros, campesinos y estudiantiles. Se propone fomentar nuevos tipos de propiedad social, la comunal, aunque garantiza la propiedad privada, reducir la jornada laboral de ocho a seis horas diarias, e incorporar un fondo que garantice a los "trabajadores no dependientes" derechos de vacaciones, jubilaciones y descansos.
El tufo que mana y desprende la tal reforma es sumamente concreto y conocido, tan oliente, que, pasando por Cuba, llega hasta aquí. El mismo aspirante a tiranuelo ha asentado que «su reforma es "indispensable" para "acelerar" la instauración del socialismo, que es el "único camino a la paz y la justicia" y que dará más poder al pueblo». La oposición política, -empresarios, comerciantes, banqueros, conservadores y estudiantes- renuente al chavismo, rechaza el proyecto que tilda de "antidemocrático" y que perpetúa y da carta blanca a Chávez en su absolutismo populista (ELPAIS.com/EFE - Madrid/Caracas - 01/12/2007). El movimiento estudiantil, uno de los principales impulsores del “Bloque del No” a la reforma constitucional, que surgió con fuerza tras el cierre del canal Radio Caracas Televisión, invitó a los ciudadanos a votar y a permanecer en los centros de votación para presenciar el escrutinio; hay que «salir a votar porque lo que está en juego es el país que queremos todos los venezolanos».
Insistían los dirigentes estudiantiles en que la ley establece que los ciudadanos se pueden quedar para el recuento de los votos, porque «es público y debemos quedarnos para verificar que lo que está en las cajas es lo que imprimió la máquina» (EL MUNDO/. AGENCIAS/Caracas – 3/12/07). Claro tenían miedo justificado a que las urnas no contuvieran su exacta y correspondiente pertinencia.
Sólo queda esperar a que los hados hablen y el tiempo traiga sus venturas.
Camilo Valverde Mudarra
H. Chávez, este prosélito del barbas cubano, ha perdido por primera vez, desde que subió al mando, en 1998. Los venezolanos, con toda sensatez, han rechazado su propuesta de reforma constitucional; saben que no pueden permitir que un verborreico dictatorzuelo, instalándose en la poltrona, se eternice y campee con sus petrodólares arruinando el país y sumiendo en la miseria al pueblo.
Su locuacidad sin mesura, por esta vez al menos, amainando, ha llegado a aceptar los resultados y felicitar a la oposición por su victoria, obtenida por un total de 4.504.354 votos. Tras lo cual, en un mensaje a la Nación, soltó su amenaza: «El triunfo fue por un porcentaje "muy chiquitico", por lo que deberían saber "administrar" bien su victoria. Esta propuesta no está muerta, sigue viva, y yo no la retiro».
Los cambios constitucionales propuestos afectan a 69 de los 350 artículos de la actual Carta Magna, vigente desde 1999. Implican el aumento de poderes al presidente, la concesión de un mandato de siete años, la reelección indefinida y la facultad de apoderar las comunidades locales, reordenar la economía y modificar el mapa político-administrativo nacional "cuando se considere conveniente". Intenta crear la Fuerza Armada Bolivariana, un cuerpo "popular, patriótico y antiimperialista", transformar la Guardia Nacional en un "cuerpo esencialmente militar", para formar con sus recursos "humanos, técnicos y militares" la guardia territorial, y restringir la información. El poder popular y las comunas serán la base del poder público y estará expresado en consejos obreros, campesinos y estudiantiles. Se propone fomentar nuevos tipos de propiedad social, la comunal, aunque garantiza la propiedad privada, reducir la jornada laboral de ocho a seis horas diarias, e incorporar un fondo que garantice a los "trabajadores no dependientes" derechos de vacaciones, jubilaciones y descansos.
El tufo que mana y desprende la tal reforma es sumamente concreto y conocido, tan oliente, que, pasando por Cuba, llega hasta aquí. El mismo aspirante a tiranuelo ha asentado que «su reforma es "indispensable" para "acelerar" la instauración del socialismo, que es el "único camino a la paz y la justicia" y que dará más poder al pueblo». La oposición política, -empresarios, comerciantes, banqueros, conservadores y estudiantes- renuente al chavismo, rechaza el proyecto que tilda de "antidemocrático" y que perpetúa y da carta blanca a Chávez en su absolutismo populista (ELPAIS.com/EFE - Madrid/Caracas - 01/12/2007). El movimiento estudiantil, uno de los principales impulsores del “Bloque del No” a la reforma constitucional, que surgió con fuerza tras el cierre del canal Radio Caracas Televisión, invitó a los ciudadanos a votar y a permanecer en los centros de votación para presenciar el escrutinio; hay que «salir a votar porque lo que está en juego es el país que queremos todos los venezolanos».
Insistían los dirigentes estudiantiles en que la ley establece que los ciudadanos se pueden quedar para el recuento de los votos, porque «es público y debemos quedarnos para verificar que lo que está en las cajas es lo que imprimió la máquina» (EL MUNDO/. AGENCIAS/Caracas – 3/12/07). Claro tenían miedo justificado a que las urnas no contuvieran su exacta y correspondiente pertinencia.
Sólo queda esperar a que los hados hablen y el tiempo traiga sus venturas.
Camilo Valverde Mudarra