Colaboraciones

EL SEÑORITISMO ANDALUZ





En Andalucía, con veinte años ya de chavismo, se ha vuelto a renovar el mandato. Parece, no obstante, que el socialismo andaluz inicia aquí su declive; ha perdido siete escaños con respecto al cómputo electoral de 2004; se palpa un cierto desgaste, ocasionado por la erosión de este largo periodo, por las aristas del clientelismo, el hermanismo, la inepcia y la flaca gestión. El éxito no se explica sólo por el voto útil a los socialistas, sino por el escaso empuje de la oposición falta de energía ilusionante y de los instrumentos necesarios para deshacer las trabas del viejo voto timorato, que se ve obligado con el que ostenta el poder.

Este antiguo y noble pueblo, de mentalidad rural, inveteradamente sometido al caciquismo y señoritismo clientelar, no ha vencido aún sus miedos a perder su estatus, su paga y acomodo, si no vota a los que mandan. El PSOE goza de estabilidad; se presenta con el “suma y sigue”, que recalca la rutina política de la Junta y, en curiosa anomalía democrática, no se desgasta, no se le castiga, se le reelige y, beneficiándose siempre de las alteraciones y movimientos políticos de su entorno, como ahora de la caída de los andalucistas, acaba afirmando su hegemonía en Huelva, Sevilla y Jaén. Las masas populares, al identificar el socialismo con su propia categoría social, convierten Andalucía en el granero y señorío de Chaves. Serán las nuevas generaciones modernas y preparadas las que, con concepciones más abiertas, abran los cauces, se desprendan de atavismos estoicos y vuelquen la inercia. Los catalanes de pueblos y periferias también han votado mayoritariamente a Zapatero, pero, allí, no por él, sino por frenar al PP, a lo que ha contribuido enormemente la trágala de infundios contra los populares, hábilmente orquestada desde el ámbito gubernamental y alimentada por la diaria y machacante voz de los Numerosos Medios proclives al socialismo.

Arenas, obteniendo una apreciable subida en todas las provincias sureñas y en las ciudades de más de 50.000 habitantes, junto con el triunfo en Almería y Málaga, ha logrado inclinar la tendencia. Pero, es importante constatar, que el PP, no ha sabido desbaratar las artimañas del contrario, poner de manifiesto, con toda claridad, la gran cantidad de falsedades que le achacaban y denunciar el malsano acoso y derribo al que estuvo sometido desde el principio, con el “todos contra el PP”. Sobre todo, Arenas, no supo presentar un entusiasmante proyecto de centro, asentado en la eficiencia, en el consenso y en la novedad, destruir la asimilación con la derecha caciquil y ganarse a la juventud con caras y formas acordes a los tiempos. Ha de granjearse el mundo de la comunicación y de la cultura y airear con habilidad los errores y maniobras del contrario.

La realidad andaluza no responde a esa reiterativa cantinela del progreso y del cambio. Sigue existiendo una enorme bolsa de pobreza, con grandes diferencias entre ricos y pobres; manifiesta un profundo desconcierto en el campo educativo, que, gracias a la LOGSE y la ESO registra un nivel escolar bajísimo, según informes internacionales; y mantiene el PER, sin duda necesario para el sustento de tantas pobres gentes, pero, que ata en dependencia, crea abusos y servidumbres y obliga al constante engaño con la cuestión de las firmas por las peonadas; exige una eficaz reforma y sustitución por otro modelo más justo y ventajoso.

El pueblo andaluz sabio y sereno precisa un verdadero progreso en justicia social y solidaridad, en el pleno empleo y en cultura y educación; así como un cambio de mentalidad encajado en la modernidad.


Camilo Valverde



   
Martes, 18 de Marzo 2008
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