Colaboraciones

EL REY EN 'LA CRISIS'





El discurso del Rey aparece nimbado de frialdad protocolaria; tal vez, si él mismo se lo escribiera, tras meditar y reflexionar despacio sobre la realidad nacional, trasmitiría, en sus palabras, el cálido sabor de entusiasmo o, según el caso, de inquietud a los españoles.

Para decir, que la crisis y la recesión se debe a EEUU no hace falta discurso, ya lo ha dicho ZP de sobra; y aún menos, para pedir que nos sumemos a “tirar del carro”. ¿Quiénes?, ¿nosotros? ¿Los que no podemos con nuestros esqueletos, los que no acertamos a tirar de la bolsa vacía de la compra, los que con mil eurillos no llegamos a final de mes, los que formamos el escuadrón de los parados? ¿O serán los bancos, que además de atosigarnos con sus intereses y comisiones y declarar ganancias millonarias cada año, han recibido de ZP gruesas cantidades hace unos días, para librarlos del rigor de la crisis? ¿O serán las empresas que andan boyantes y nos suben la luz, el teléfono y hasta el agua? ¿O serán los politiquillos instalados que se asignan los opíparos sueldos, viajan y despilfarran nuestro dinero, insultan a los infelices que van y votan, y los nacionalistas regionales que reniegan de España, persiguen el español y su enseñanza, y multan a quien escribe en Castellano y se permiten, “sin vergüenza”, proclamar “muerte al Borbón” y quemar nuestra bandera? ¿O serán el Gobierno y sus ministros, que, negando la crisis hasta el colmo, no la afrontaron a tiempo ni tomaron las medidas oportunas, eficientes, productivas y competitivas con prevención y adelanto?

¡Ay, si yo fuera rico! Si yo fuera rey, hablaría de los Estatutos que rompen la unidad española; del fracaso de las “autonosuyas”, cortijos y masías de los nuevos régulos, que gestionan la mitad de nuestro dinero público; hablaría del hastío y del rechazo, que siente el ciudadano por esta democracia, cada vez más vejada y escorada al derroche, a la corruptela y al manejo. “La confianza, ha dicho F. Rubiales, es la base de la política y de la economía y sin confianza sólo queda espacio para el caos y la degradación. En España, el rearme moral y la reforma del liderazgo son ya tan urgentes como la recuperación de la economía”. Si yo fuera rey, hablaría de que no se puede hacer frente a la crisis con el aumento del gasto público; de la necesaria independencia de la justicia y su perentoria provisión de medios; de implantar un sistema educativo que fortalezca la formación y preparación de nuestros jóvenes y los iguale, por arriba, en la excelencia, en la eficiencia y dignidad del puesto de trabajo; hablaría de la eliminación de la pobreza que avanza y se extiende por nuestras calles y plazas, de modo inmisericorde, frustrante para la persona.
Hemos asistido a una alegre proclama de buenos deseos e intenciones, alabados esta vez, por PP y PSOE, al tiempo que el del talante de la sonrisa maternal y patriarcal no para de ofertar su descomunal programa intervencionista, que, según parece, está tomando de las formas casi timoratas de B. Obama.



C. Mudarra


   
Miércoles, 31 de Diciembre 2008
Artículo leído 906 veces

También en esta sección: