Colaboraciones

EL PSOE A LOS PIES DE LOS TERRORISTAS.





Los recientes acontecimientos, otra vez en el municipio navarro de Alsasua, han retratado a los partidos políticos. Cada cual a su modo, claro. No es un secreto para nadie que Ciudadanos y Vox fueron allí a hacer propaganda electoral. En lo que están en su derecho por otra parte. No es de extrañar tampoco que unos planteamientos más centralistas provoquen resquemor como mínimo en una de tantas comunidades autónomas abandonadas por el Gobierno central -tanto cuando ha gobernado el PP como cuando lo ha hecho el PSOE- al Nacionalismo más antiespañol y totalitario. Tampoco lo es que Unidos Podemos y sus confluencias salgan rápidamente en la defensa de los energúmenos que le pegaron una paliza a una pareja de guardias civiles y sus acompañantes en un bar, o que nieguen el derecho que reconoce la Constitución de 1978 a cualquier ciudadano o grupo político a expresar su opinión en cualquier punto de España sin temor a que nadie pueda agredirles, insultarles o compelerles a la contención, por mínima que esta sea. Está en su naturaleza. Está en sus referentes. Cientos de Ejecuciones extrajudiciales y más de dos millones de exiliados en Venezuela según la nada sospechosa de anti-socialismo Amnistía Internacional lo atestiguan.

Hasta aquí, como digo, todo “normal”. Todo lo normal que puede ser esto en un país cuyos gobernantes fagocitan a las masas a odiar lo suyo y a exaltar fanáticamente lo ajeno. Aunque vaya en contra de sus intereses. Lo que ya fue el colmo ha sido la actitud del partido que está ahora en el gobierno, el Partido Socialista Obrero Español, una formación política que ha demostrado desde su misma fundación que está dispuesta a hacer, cualquier cosa, repito, cualquier cosa, por alcanzar el Poder y por mantenerse en él el mayor tiempo posible. Atrás queda su historial golpista y de asesinatos políticos, que nunca investigará una coherente Ley de Memoria Histórica. Hoy tenemos a unos pretendidos estadistas ilustrados gobernando codo con codo con los máximos responsables de todos los males que han cribado a la sociedad española: los populistas, los nacionalistas y los herederos de los terroristas, que además han tenido la osadía de plantear un relato que se enseña en las Escuelas Públicas en el que ellos fueron las víctimas y los españoles los verdugos, pagando este tributo con sangre más que merecida.


Hasta tal punto llega la podredumbre moral del PSOE, que es capaz de meter mano a la Abogacía del Estado para que elimine el Delito de Rebelión del Escrito de Acusación hacia los golpistas del 1-O en contra del criterio que hasta ahora ha sostenido. Tanto por la misma Abogacía del Estado como por el mismo Pedro Sánchez, que según la Vicepresidente del Gobierno, Carmen Calvo, se desdobla en dos entidades, Candidato y Presidente, capaz de sostener una postura y la contraria si sirve para una buena propaganda. No sólo eso, los rumores del Indulto a los hipotéticos condenados sobrevuelan peligrosamente los cimientos del Estado de Derecho, especialmente después de que el xenófobo y supremacista Torra haya amenazado directamente al Doctor con la voladura inmisericorde de su legislatura si no se absuelve a sus correligionarios. No contentos con haber entregado en bandeja la gobernabilidad del país a sus enemigos, EFE y RTVE, televisión pública ideológica al servicio de los partidos en el poder pagada del bolsillo de todos los españoles, publicita que los ciudadanos ‘libres’ de Alsasua se ‘manifiestan’ contra el agravio que les supuso el acto de España Ciudadana.


Si faltaba un gesto de miseria ética más que despejara cualquier duda en el ánimo del respetable, llegó Ander Gil, Portavoz del PSOE en el Senado, para tachar de ‘irresponsable’ y ‘agresivo’ el evento en cuestión. Irresponsabilidad y agresividad achacable a quienes promovieron y fueron al acto, víctimas de los asesinos etarras incluidas, por supuesto. Es decir, que ante el ejercicio de la libertad de expresión y de manifestación, el reproche recae sobre los que lo ejercitan y no sobre los que lo impiden. Todos hemos visto a los radicales de la Izquierda Abertzale arrojando piedras, lanzando los insultos más denigrantes, empleando las tácticas del terror a las que llevan sometiendo durante décadas a los españoles que viven allí y que no son independentistas, al coro de ‘¡Españoles, hijos de puta’ y engalanados con banderas de la Unión Soviética. Pero para el PSOE, los demócratas son ellos y los que han ido, con razón o sin ella, a realizar un acto pacífico en Alsasua, los autoritarios y los provocadores. Ver para creer.


Desde luego, no cabe esperar que al PSOE le importe lo más mínimo el clima de violencia soterrada y en ocasiones explícita que se respira en la región, ni que haya que desplegar a la Policía Foral de Navarra para que los radicales no revienten, como a los guardias civiles, a los que acudían al acto de España Ciudadana. La razón es sencilla y cruda: el PSOE ha dejado de ser un partido de Estado, si es que alguna vez lo fue. Nadie puede dudar ya de su comprensión y de su apoyo a los herederos de ETA y a los Golpistas catalanes. Ni de que le importen más los verdugos que las víctimas. Ni de que su política vaya dirigida a defender las causas más espurias y criminales, menos el interés general de los españoles. Dominado por el Zapaterismo, una ideología que le ha quitado a la Socialdemocracia todo lo que tenía de ‘Democracia’, el PSOE se ha convertido en el partido actualmente más peligroso para los intereses de España. Porque, además de ser corrupto, como lo es el PP, apoya a los Independentistas, a los proetarras, leyes discriminatorias por género, la manipulación de la Historia, el fomento de la mediocridad en la Educación Pública, el gobierno por Decreto, la violación de las Cortes si ellos no controlan la Mayoría y el sometimiento del Poder Judicial y de la Televisión Pública exclusivamente sus intereses políticos. Es igual de radical y de populista que PODEMOS e Izquierda Unida, pero a diferencia de ellos puede gobernar, aunque no dudará en aupar a los anteriores a posiciones de Poder si con ello se lo garantiza para sí mismo el máximo tiempo posible.


La única esperanza que nos queda a aquellos que estamos huérfanos en la defensa de unos verdaderos ideales Progresistas, y no del radicalismo jacobino socialista, es que suceda lo que el exmilitante del PSOE Ernesto Ladrón de Guevara ha dicho alto y claro: que el PSOE se hunda y despereza y de una vez y para siempre de la vida política española.

Pablo Gea

Pablo Gea
Viernes, 9 de Noviembre 2018
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