Colaboraciones

EL NUEVO GRAN DIOS





Estaba en la costa, consumiendo los últimos días de veraneo, cuando mi vecino me pregunta por la cantidad de lotería que quiero que me reserve para este año. Está claro que se trata de la lotería de Navidad. De igual forma era para Navidad la carga de un camión lleno de cables y adornos típicos que se dirigía a unos grandes almacenes.

Los niños, desde que empiezan las clases, ya están vendiendo dulces navideños con objeto de reunir dinero que les ayude a costear el viaje de final de curso.

La Navidad que empieza en el mes de Agosto con temperaturas sostenidas de 40 grados no tiene nada que ver con los recuerdos entrañables que guardo desde mi infancia. Cierto es que antes las leyendas me las tomaba al pie de la letra, considerando a los evangelios como libros históricos, y hoy los considero como libros devotos que han pasado por una traducción griega y que han sufrido interpolaciones, goma y lápiz. A pesar de todo esto y de sus contradicciones, los evangelios nos dan el mejor "cliché" de Jesús, personaje histórico que no se ha podido metabolizar, aunque ha sido el más estudiado y sobre el que más se ha escrito.

En un brevísimo resumen, hay que puntualizar que la anunciación a mujeres que van a dar a luz a personajes celestiales, es algo que se da en culturas muy antiguas (Buda, Krisna, Confucio, Admejoted lll etc.). Las señales celestes, estrellas etc. se dan en un ambiente donde la astrolatría es lo habitual. Mateos, en 2,1-12, es el que plasma lo que era una tradición milenaria.

La fecha de 25 de Diciembre no tiene nada que ver con el nacimiento de Jesús. La Iglesia la escogió por ser la celebración de la natividad de Mitra, dios solar que coincide con el solsticio de invierno. Los Incas siguen conmemorando cerca de Cuzco el día de la sombra más larga Los ritos al sol invictus no fueron adoptados por la Iglesia hasta el año 361, en el que el Papa Liberio los instauró para celebrar el nacimiento de Jesús, después de haber intentado infructuosamente eliminar la fiesta pagana, de gran raíz popular, que conmemoraba el nacimiento de Mitra de una virgen en una gruta, depositado en un pesebre, adorado por pastores magos...

La estrategia de La Iglesia fue buena y se plasma en la influencia que tuvo en la cultura, fundamentalmente en la europea. Sólo voy a poner un ejemplo, que es la relación del Cristianismo con las Artes Clásicas.

El objetivo de estas palabras es constatar que la Iglesia está perdiendo la batalla de la gran influencia, y bien que lo siento, porque el nuevo señor que se está extendiendo por todo el planeta es el "Patrón Oro Dinero". En sus leyes no hay lugar para la misericordia, sus catedrales son los bancos, sus capillas, las sucursales, su liturgia es la exaltación del dinero y se verá hoy, cuando empiece el ritual de la lotería.

Lo más lamentable y vergonzoso es que la Iglesia conoce, permite, ayuda, colabora y participa en el culto de este nuevo Dios lamentable. Cuando permite y estimula los gastos, a veces imposibles, de los banquetes de primera comunión, bautizos y matrimonios, está idolatrando al nuevo Dios. Cuando los párrocos integristas ponen la mano para recibir su porcentajes, cuando se organizan viajes a Tierra Santa para llevar a las personas a un lugar preparado para el turismo, a sabiendas de que el 90 % de los "Santos lugares” son montajes con el único objetivo de sacar dinero, rinde culto al nuevo gran dios.

Como en tantas otras ocasiones a lo largo de la Historia, el hombre de buena fe es quien sufre la nueva tiranía del nuevo gran dios dominante.

José Francisco López Puerto


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Miércoles, 22 de Diciembre 2010
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