Colaboraciones

EL LIBERALISMO





El liberalismo es la doctrina que considera la libertad del individuo como el valor supremo del hombre, consiste en proclamar la libertad; en torno a tal principio fundamental se organiza la vida económica y política de las sociedades, para ello, los individuos han de desarrollar sin trabas todas sus potencialidades y pensamiento, de modo que puedan trabajar por aquello que contribuya a su bienestar y al de la sociedad. Tal doctrina defiende que el mercado es el sistema económico que procura la asignación eficiente de los recursos y, a la vez, coadyuva a crear y distribuir la riqueza competentemente; cuando esto no se produce, es debido a una obstrucción de los mecanismos del mercado. El liberalismo siempre propende a la defensa del sector público y, además, a que quede bajo el control de la sociedad civil. Rechaza, con contundencia, cualquier forma de concentración de poder económico público o privado, por ello, exige leyes estrictas antimonopolio; se opone al "capitalismo salvaje" y a todo sistema que conlleve la indefensión y opresión del ciudadano, así como se halla en la protesta contra las desigualdades de todo tipo. El liberalismo no ha de tener límites ni reducciones de ningún orden; ser liberal supone serlo en todo y para todo, sin ninguna exclusión; no es una simple teoría económica; al liberal le importa más el ser que el tener, pero con un respeto profundo al hecho o al deseo de tener, esto es, a la posesión y el interés particular del hombre.

La ideología liberal concede un valor decisivo a las convicciones morales imprescindibles para mantener el sistema firme y vigente, idea que insistentes sostienen los grandes pesadores, especialmente Adam Smith y Hayek. La liberal es la única teoría que ha mantenido su coherencia y sigue siendo la clave de la riqueza y de la fortaleza de la vida democrática y la convivencia social. En principio, las restricciones del Estado se consideran una traba para el desarrollo individual, aunque la mayoría de los liberales creen preciso que exista un marco normativo adecuado, de modo que la libertad de acción de unos individuos no afecte a los derechos de los otros.

Tras el terremoto político, que se está produciendo en el mapa político español todos los partidos políticos se irán adaptando y removiendo en sus posiciones y ofertas y seguro que aparecerá una sociedad más vigilante y mucho más exigente y, tal vez, más agresiva en cuanto tiende o atañe al cumplimiento de promesas electorales, compromisos y comportamientos éticos, que mantengan un básico equilibrio entre ideologías y programas. Y esos nuevos partidos políticos, que llegan con la descalificación generalizada y con ofertas atractivas desde fuera del poder, luego, si llegan a gobernar, verán que desde dentro del poder las cosas cambian, es muy otra la realidad concreta, al tomar decisiones y fijar prioridades; por eso han generado temor e inquietud, pero la ciudadanía sabrá poner freno a versiones raras y revolucionarias.

Por el momento, se difuminan las diferencias entre derecha e izquierda, por lo que los partidos buscan sus líneas programáticas y el voto favorable de la ciudadanía en los arsenales del centro sociológico que es hoy el más seguro, amplio y mayoritario y así se instalan entre una socialdemocracia y un conservadurismo clásico o quizás progresista.

C. Mudarra

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Viernes, 17 de Abril 2015
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