Durante cuarenta años nos han dicho que el franquismo fue lo peor de lo peor, mucho peor que el estalinismo, ya que puedes gritar que eres estalinista pero no puedes ni siquiera insinuar que eres franquista, que nos lo hemos creído. Ya decía aquel que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad. Hagamos un poco de historia.
La maravillosa y democrática república fue un antro de pútrida perversión incluso más repugnante en las cuestiones morales que lo que tenemos ahora y por supuesto con montones de asesinatos, sobos, saqueos y destrucciones, entre otras, de bibliotecas, que culminó con la presunta victoria del frente popular en 1936.
Estas elecciones, aunque fraudulentas, no hubieran provocado nada, de no ser por la "barra libre" de asesinatos que produjo. cuando asesinaron a Calvo Sotelo y lo intentaron con Gil Robles, no olvidemos que el jefe de los asesinos fue el escolta de Prieto, socialista de pro o al menos eso nos cuentan estos, el convencimiento de la gente no marxista, la mayoría, fue que cualquier día les podía tocar a ellos y cuando los militares dan el golpe, la gente se suma con entusiasmo y con diversa fortuna.
El fracaso del golpe en grandes zonas, provoca que la cosa se alargue, casi tres años. Y al final triunfa uno de los bandos, que monta un gobierno autoritario cuya misión es reconstruir moral y materialmente España. Pero no olvidemos que la lucha fue entre dos gobiernos no democráticos, porque se nos cuenta que los rojos eran democráticos. Y digo rojos porque ellos se llamaban así y por ejemplo hablaban del ejército rojo, a imitación de Stalin con el suyo, del que este era una sucursal.
La reconstrucción moral llega pronto, a pesar del hambre, la gente tiene gana de vivir y trabajar y la vida, llena de penurias es una vida honrada en la que la gente lo único que quiere es trabajar y dar de comer a su familia. Y la prueba la tenemos en que la gente se casaba sin mirar a qué bando perteneció sus familia. Por ejemplo, el hijo del capitán Lozano se casó con la hija de un conocido franquista. La reconstrucción material acaba llegando y nos situamos más cerca de los niveles europeos de lo que estamos ahora o casi.
El régimen estaba basado en la personalidad del jefe, por tanto tenían claro, que una vez faltara, el régimen no podía seguir. Como los objetivos se habían logrado y era imposible que otra persona ocupara el puesto, la evolución era un régimen homologable por Europa.
Nadie se agarró a la poltrona y podían haberlo hecho, podían haber seguido fácilmente diez años más, seguramente hasta la caída del Muro, pues a los americanos les interesaban las bases. Los políticos habrían vivido en el poder y luego el diluvio, con ellos en países adecuados disfrutando de sus ganancias.
Sin embargo facilitaron la transición pensando que eran sustituidos por gentes que mirarían por España. A la vista está por qué miraron los sucesores y los sucesores de estos.
Por supuesto es impensable siquiera que estos reconozcan que el sistema que defienden está podrido y no tiene solución y que hay que comenzar de nuevo. Estos se aferran a la poltrona como si no hubiera un mañana y seguramente no lo haya, porque de la corrupción no puede salir nada bueno.
Pero mientras que el franquismo de alguna manera buscó el recambio, estos se aseguran que haya posibilidad de recambio, machacando cualquier iniciativa regeneradora. No olvidemos que el pose fue tomado por la gente de Carrero. Felipe y sus compañeros que se hicieron con el poder en aquel congreso eran agentes de los servicios secretos del régimen. Todo estaba atado, pero al parecer los nudos quedaron sueltos.
Vanlop
La maravillosa y democrática república fue un antro de pútrida perversión incluso más repugnante en las cuestiones morales que lo que tenemos ahora y por supuesto con montones de asesinatos, sobos, saqueos y destrucciones, entre otras, de bibliotecas, que culminó con la presunta victoria del frente popular en 1936.
Estas elecciones, aunque fraudulentas, no hubieran provocado nada, de no ser por la "barra libre" de asesinatos que produjo. cuando asesinaron a Calvo Sotelo y lo intentaron con Gil Robles, no olvidemos que el jefe de los asesinos fue el escolta de Prieto, socialista de pro o al menos eso nos cuentan estos, el convencimiento de la gente no marxista, la mayoría, fue que cualquier día les podía tocar a ellos y cuando los militares dan el golpe, la gente se suma con entusiasmo y con diversa fortuna.
El fracaso del golpe en grandes zonas, provoca que la cosa se alargue, casi tres años. Y al final triunfa uno de los bandos, que monta un gobierno autoritario cuya misión es reconstruir moral y materialmente España. Pero no olvidemos que la lucha fue entre dos gobiernos no democráticos, porque se nos cuenta que los rojos eran democráticos. Y digo rojos porque ellos se llamaban así y por ejemplo hablaban del ejército rojo, a imitación de Stalin con el suyo, del que este era una sucursal.
La reconstrucción moral llega pronto, a pesar del hambre, la gente tiene gana de vivir y trabajar y la vida, llena de penurias es una vida honrada en la que la gente lo único que quiere es trabajar y dar de comer a su familia. Y la prueba la tenemos en que la gente se casaba sin mirar a qué bando perteneció sus familia. Por ejemplo, el hijo del capitán Lozano se casó con la hija de un conocido franquista. La reconstrucción material acaba llegando y nos situamos más cerca de los niveles europeos de lo que estamos ahora o casi.
El régimen estaba basado en la personalidad del jefe, por tanto tenían claro, que una vez faltara, el régimen no podía seguir. Como los objetivos se habían logrado y era imposible que otra persona ocupara el puesto, la evolución era un régimen homologable por Europa.
Nadie se agarró a la poltrona y podían haberlo hecho, podían haber seguido fácilmente diez años más, seguramente hasta la caída del Muro, pues a los americanos les interesaban las bases. Los políticos habrían vivido en el poder y luego el diluvio, con ellos en países adecuados disfrutando de sus ganancias.
Sin embargo facilitaron la transición pensando que eran sustituidos por gentes que mirarían por España. A la vista está por qué miraron los sucesores y los sucesores de estos.
Por supuesto es impensable siquiera que estos reconozcan que el sistema que defienden está podrido y no tiene solución y que hay que comenzar de nuevo. Estos se aferran a la poltrona como si no hubiera un mañana y seguramente no lo haya, porque de la corrupción no puede salir nada bueno.
Pero mientras que el franquismo de alguna manera buscó el recambio, estos se aseguran que haya posibilidad de recambio, machacando cualquier iniciativa regeneradora. No olvidemos que el pose fue tomado por la gente de Carrero. Felipe y sus compañeros que se hicieron con el poder en aquel congreso eran agentes de los servicios secretos del régimen. Todo estaba atado, pero al parecer los nudos quedaron sueltos.
Vanlop