El alumno Pedro frente al admirado maestro Raul Castro, todo un falso demócrata
Hagamos autocritica sin pretender justificar nada: ¿Por qué tantos americanos, ya sean latinos, blancos o negros, votan a Trump? ¿Por qué nadie se pegunta cómo los políticos de papel couché gestionaron USA? o ¿Por qué tantos americanos, bajo el mandato de estos políticos, más cercanos a la prensa del corazón que a la gestión del Estado, como los Obama y los Clinton, han perdido sus empleos, mientras el país se debilitaba?
¿Por qué muchos norteamericanos se están empobreciendo? ¿Por qué el capitalismo americano está deslocalizando muchas empresas? ¿ Por qué Detroit, que fue la cuna de la fabricación de coches, está siendo abandonada por sus habitantes? ¿Por qué las grandes fortunas y actores de Hollywood, que viven en grandes mansiones, separados de la clase obrera, siempre votan a los demócratas, que en Estados Unidos son la izquierda? ¿Por qué los obreros franceses votan al Frente Nacional, cuando habitualmente, votaban a la izquierda? ¿Por qué tantos españoles votan a VOX, cargados de esperanza e ilusión?
No se puede ser tan superficial en las críticas y hay que llegar hasta la raíz de los problemas. La izquierda mas radical, unida a las élites más poderosas, están lanzadas a la conquista del futuro, cuando, por sus errores y crímenes del pasado, tenía que estar escondida y avergonzada. La economía iba bien con Trump y eso no se lo perdona la izquierda. No hay en el mundo nada mas hipócrita que un capitalista de izquierda.
Son esos que defienden la educación pública, pero llevan a sus hijos a colegios elitistas, esos que dicen defender los intereses nacionales, pero solo defienden a las elites financieras, esos que defienden la sanidad pública hipócritamente pero que después van a hospitales privados, esos mismos que dicen defender la economía nacional pero que después descapitalizan al país, consintiendo las deslocalizaciones y saqueando con impuestos a las empresas y a las clases medias.
La hipocresía y la falta de honradez han arrojado toneladas de estiércol sobre la política, la cultura, los valores y las libertades. Es cierto es que o la política tradicional y la democracia decente se ponen las pilas o van a ser barridas por esos populismos que, sin ningún pudor, te dicen que "NADIE SE VA A QUEDAR ATRAS", pero que, simultáneamente, hacen lo posible para que las colas del hambre sean cada día más kilométricas.
Las clases dirigentes tienen miedo al pueblo, demasiado explotado y saqueado, y quieren un blindaje todavía mayor, toda una tiranía invencible, atrincherada en un Estado armado hasta los dientes frente a su propio pueblo.
Tony
¿Por qué muchos norteamericanos se están empobreciendo? ¿Por qué el capitalismo americano está deslocalizando muchas empresas? ¿ Por qué Detroit, que fue la cuna de la fabricación de coches, está siendo abandonada por sus habitantes? ¿Por qué las grandes fortunas y actores de Hollywood, que viven en grandes mansiones, separados de la clase obrera, siempre votan a los demócratas, que en Estados Unidos son la izquierda? ¿Por qué los obreros franceses votan al Frente Nacional, cuando habitualmente, votaban a la izquierda? ¿Por qué tantos españoles votan a VOX, cargados de esperanza e ilusión?
No se puede ser tan superficial en las críticas y hay que llegar hasta la raíz de los problemas. La izquierda mas radical, unida a las élites más poderosas, están lanzadas a la conquista del futuro, cuando, por sus errores y crímenes del pasado, tenía que estar escondida y avergonzada. La economía iba bien con Trump y eso no se lo perdona la izquierda. No hay en el mundo nada mas hipócrita que un capitalista de izquierda.
Son esos que defienden la educación pública, pero llevan a sus hijos a colegios elitistas, esos que dicen defender los intereses nacionales, pero solo defienden a las elites financieras, esos que defienden la sanidad pública hipócritamente pero que después van a hospitales privados, esos mismos que dicen defender la economía nacional pero que después descapitalizan al país, consintiendo las deslocalizaciones y saqueando con impuestos a las empresas y a las clases medias.
La hipocresía y la falta de honradez han arrojado toneladas de estiércol sobre la política, la cultura, los valores y las libertades. Es cierto es que o la política tradicional y la democracia decente se ponen las pilas o van a ser barridas por esos populismos que, sin ningún pudor, te dicen que "NADIE SE VA A QUEDAR ATRAS", pero que, simultáneamente, hacen lo posible para que las colas del hambre sean cada día más kilométricas.
Las clases dirigentes tienen miedo al pueblo, demasiado explotado y saqueado, y quieren un blindaje todavía mayor, toda una tiranía invencible, atrincherada en un Estado armado hasta los dientes frente a su propio pueblo.
Tony