El Estatuto de Andalucía ha cambiado de cara durante su tramitación en la ponencia del Congreso de los Diputados. Lo que llegó siendo una copia del Estatuto Catalán en todos los apartados más polémicos que llevan a un Estado residual e incapaz de cumplir eficazmente con sus funciones, ha sido reconducido en buena parte, aunque aún quedan escollos que salvar.
El paso, que PP y PSOE han dado juntos durante la ponencia del Estatuto de Andalucía, es importante; han modificado ciento veinte de los 246 artículos del texto, y votado conjuntamente nueve de los once títulos, más el modelo de financiación, en la Comisión Constitucional. El próximo martes, se dirimirá sobre la polémica «realidad nacional» y la «deuda histórica» de Andalucía, que tendrá, así, un sistema financiero multilateral, dentro de la Constitución Española y la Lofca (Ley de financiación de las comunidades autónomas). Los principios generales de la Hacienda Andaluza serán la suficiencia financiera, la solidaridad y la nivelación de servicios.
El PP, que ha logrado introducir numerosos cambios en el texto que llegó del Parlamento Andaluz, refuerza la posibilidad de alcanzar el consenso en torno a la globalidad de la reforma. Los populares, hasta la fecha, se han incorporado al acuerdo en nueve de los once títulos que forman el texto. Aún falta atar ciertos flecos, pero parece que votarán a favor de los dos títulos que restan por debatir, mientras que la negociación se complicaría para pactar las disposiciones adicionales, sobre la inversión del Estado o el pago de la deuda histórica, y la «realidad nacional».
Javier Arenas, apunta que es posible un acuerdo en todo el articulado de la propuesta salvo en el Preámbulo, y subrayó que «si no hay acuerdo en el Preámbulo, no hay acuerdo en nada. No aceptaremos la definición de Andalucía como realidad nacional. Sólo se aceptará una denominación que sea plenamente constitucional». Socialistas y populares trabajan en una fórmula de consenso que hable de la mencionada expresión como una referencia histórica, y que no se vincule, en ningún caso, al artículo 2 de la Constitución. Ambas delegaciones se esfuerzan por alcanzar un posible acuerdo. El secretario de Política Autonómica del PSOE y ponente en la reforma, Alfonso Perales, declaró al respecto, que su partido «está abierto» a negociar. La disposición al acuerdo es un hecho, existe buen ambiente de trabajo. Arenas optimista declara que «hace un mes el acuerdo era completamente imposible y hoy parece posible»; y señala que ha resultado un Estatuto Nuevo, «al servicio de la unidad de la Nación Española, de la igualdad y de la solidaridad», en el que se constata que «los andaluces somos españoles de primera, que la solidaridad es imprescindible en la financiación y que la multilateralidad es clave en un Estado como el que consagra la Constitución». En el PSOE, se reconocen los esfuerzos de Arenas: «Sólo gracias a él -admiten- ha sido posible el acercamiento. Ya hubiéramos querido, para el Estatuto de Cataluña, alguien como Arenas».
El ciudadano viene ya hastiado de enfrentamientos, de agresividad y de discordia; quiere que los políticos, dejando zarandajas y componendas personales, inquinas y tergiversaciones históricas, vengan al consenso y trabajen con miras altas y con esfuerzo, en los asuntos nacionales y en el bien común.
Camilo Valverde Mudarra
El paso, que PP y PSOE han dado juntos durante la ponencia del Estatuto de Andalucía, es importante; han modificado ciento veinte de los 246 artículos del texto, y votado conjuntamente nueve de los once títulos, más el modelo de financiación, en la Comisión Constitucional. El próximo martes, se dirimirá sobre la polémica «realidad nacional» y la «deuda histórica» de Andalucía, que tendrá, así, un sistema financiero multilateral, dentro de la Constitución Española y la Lofca (Ley de financiación de las comunidades autónomas). Los principios generales de la Hacienda Andaluza serán la suficiencia financiera, la solidaridad y la nivelación de servicios.
El PP, que ha logrado introducir numerosos cambios en el texto que llegó del Parlamento Andaluz, refuerza la posibilidad de alcanzar el consenso en torno a la globalidad de la reforma. Los populares, hasta la fecha, se han incorporado al acuerdo en nueve de los once títulos que forman el texto. Aún falta atar ciertos flecos, pero parece que votarán a favor de los dos títulos que restan por debatir, mientras que la negociación se complicaría para pactar las disposiciones adicionales, sobre la inversión del Estado o el pago de la deuda histórica, y la «realidad nacional».
Javier Arenas, apunta que es posible un acuerdo en todo el articulado de la propuesta salvo en el Preámbulo, y subrayó que «si no hay acuerdo en el Preámbulo, no hay acuerdo en nada. No aceptaremos la definición de Andalucía como realidad nacional. Sólo se aceptará una denominación que sea plenamente constitucional». Socialistas y populares trabajan en una fórmula de consenso que hable de la mencionada expresión como una referencia histórica, y que no se vincule, en ningún caso, al artículo 2 de la Constitución. Ambas delegaciones se esfuerzan por alcanzar un posible acuerdo. El secretario de Política Autonómica del PSOE y ponente en la reforma, Alfonso Perales, declaró al respecto, que su partido «está abierto» a negociar. La disposición al acuerdo es un hecho, existe buen ambiente de trabajo. Arenas optimista declara que «hace un mes el acuerdo era completamente imposible y hoy parece posible»; y señala que ha resultado un Estatuto Nuevo, «al servicio de la unidad de la Nación Española, de la igualdad y de la solidaridad», en el que se constata que «los andaluces somos españoles de primera, que la solidaridad es imprescindible en la financiación y que la multilateralidad es clave en un Estado como el que consagra la Constitución». En el PSOE, se reconocen los esfuerzos de Arenas: «Sólo gracias a él -admiten- ha sido posible el acercamiento. Ya hubiéramos querido, para el Estatuto de Cataluña, alguien como Arenas».
El ciudadano viene ya hastiado de enfrentamientos, de agresividad y de discordia; quiere que los políticos, dejando zarandajas y componendas personales, inquinas y tergiversaciones históricas, vengan al consenso y trabajen con miras altas y con esfuerzo, en los asuntos nacionales y en el bien común.
Camilo Valverde Mudarra