Información y Opinión

EL ESPAÑOL DE “CLASSE BAIXA”





Es alucinante ver el hondo desvarío y la desfachatez a que llega la ignorancia. Produce escalofrío comprobar la locura incurable a que lleva el virus infeccioso del nacionalismo. Ya lo hemos explicado en varias ocasiones, el lavado de cerebro que consiguen estos santones nacionalistas es espantoso; corroe y mina la mente hasta dejarla sin los más mínimos resortes del pensamiento, a la vez, que inoculan el odio más feroz hacia España y lo español; convertidos en zombis de la imbecilidad, los sueltan a propalar su enfermedad en un tiempo en que se borran las fronteras, las distancias se acortan y se implanta la universalidad y la globalización.

Un descerebrado publica un artículo, lógicamente en su diario catalán AVUI, en que suelta su bufo: “A Barcelona fa molt hortera parlar espanyol, jo només el parlo amb la minyona i amb alguns empleats. És de pobres i d'horteres, d'analfabets i de gent de poc nivell parlar un idioma que fa aquest soroll tan espantós per pronunciar la jota. Aquests que no parlen en català sovint tampoc no saben anglès, ni francès, ni qui és monsieur Paccaud. Però no només a Catalunya l'espanyol és un símptoma de classe baixa” (Salvador Sostres).

Que en español dice: “En Barcelona queda muy hortera hablar en español, yo solo lo hablo con la criada y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota. Estos que no hablan catalán, a menudo tampoco saben inglés, ni francés, ni quién es monsieur Paccaud. Pero no solo en Cataluña el español es un síntoma de clase baja”.

Esta lumbrera, con criada y empleados, sus esclavos, se atreve en su ignorante soberbia a despreciar el ínclito idioma de más de cuatrocientos millones de hablantes y en aumento imparable, frente a una lengua rústica y arcaica de payeses, dura y desagradable al oído, evolucionada del latín a la vez que el mozárabe y conservada en las tierras interiores por campesinos y normalmente hablada en el seno familiar. Su odio es tan descomunal y absurdo que alaba el noruego, el danés, inglés o francés, y denigra, insolente, nuestra lengua española, una de las más importantes del mundo.

Pero juzgue el lector por sí mismo, lo que sigue diciendo: “El amigo Riera me facilita estos datos de la ONU del 2002. Renta per cápita de Noruega, 36.600 dólares; Dinamarca, 30.940; Islandia, 29.750.Tres países riquísimos, con economías internacionalizadas y lenguas más pequeñas que la nuestra pero que las hablan sin complejos. Contra esta absurda creencia de que el catalán nos cierra puertas, estos datos sobradamente elocuentes de si sirve o no sirve una lengua minoritaria.

En cambio en el maravilloso mundo hispánico la pobreza es el único dato. La media de los 13 principales países americanos que tienen el español como lengua, desde Argentina, Chile y Méjico hasta Nicaragua, Honduras y Ecuador, es de 6.209 maltrechos, dólares de renta per cápita. Cataluña hablando catalán y a pesar del expolio fiscal infringido por una España que no tiene ni la decencia de publicar las cifras del robo tiene una renta de 26.420 dólares. Hemos de escoger modelo: Noruega o unirnos a la caravana de la miseria. El independentismo en Cataluña esta absolutamente justificado aunque solo sea para huir de la caspa y el polvo, de la tristeza de ser español".

Con estos indeseables, quieren gobernar y llegar a acuerdos. Con gente de esta calaña, no se puede hacer nada, más que mandarlos a Noruega. Nunca prosperará con ellos España, pero, es que ni Cataluña. Es preferencial y urgente quitarle “del mapa” la inmensa tristeza de ser español a este sujeto y a los que lo infeccionan.
Cicerón

Franky  
Viernes, 1 de Diciembre 2006
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