Tenemos el gran problema de los inmigrantes, especialmente los menas, del que todo el mundo habla pero nadie hace un análisis serio sobre el asunto.
Hay algo que destaca y es el buenismo de las autoridades, según ellos, los primero es la asistencia, de modo que todo el que llega, es más, ni siquiera tiene que llegar, ya salen los rescatadores a buscarlos en medio del océano. Los que llegan a las costas del sur suelen llegar solos, pero nadie explica como una patera puede cruzar las doscientas millas que hay, claro que tampoco nadie explica como es posible que un cayuco cargado totalmente de gente, sin comida ni agua pueda llegar desde Mauritania o Senegal a Canarias.
La explicación es bastante sencilla: hay barcos nodriza, que los dejan en lugares adecuados bien para que lleguen por sus propios medios o bien para que los recojan.
Teniendo en cuenta el dinero que cuesta que te traigan, hablan de cuatro o cinco mil euros, resulta incomprensible cómo gentes sin ningún ingreso, procedentes de un país en la miseria, pueden conseguir ese dinero. Dinero que en su país le permitiría montar un negocio o comprar una finca que le diera de comer a toda la familia.
Otra cosa sorprendente es que unos muertos de hambre vengan con móviles de última generación.
Tampoco nadie nos dice que Marruecos es un país desarrollado y no digamos Argelia, país productor de petróleo y gas, pero resulta que les estamos dando ayuda que ya quisieran muchos españoles. Pero esa es otra historia de la que tampoco nadie habla.
Hace unos días vi un vídeo en el que un marroquí explicaba el origen de los inmigrantes. La mitad son delincuentes callejeros, que antes de acabar en las prisiones del sultán, prefieren jugarse la vida, con la perspectiva de una delincuencia callejera feliz.
De la otra mitad, una parte son niños expulsados de sus casas cuando la madre se queda viuda y se casa, el nuevo marido no quiere hijos de otro. Eso se da mucho en todos los países de África, naturalmente entre los no cristianos. La otra parte procede de familias desestructuradas que decimos aquí y eso les obliga a irse de sus casas.
Soluciones, las hay, pero nadie quiere aplicarlas. Por ejemplo, contratar en origen, no porque eso sería trata de esclavos y lo dicen sin despeinarse. Pero que los de una patera cuando desembarcan ya saben donde tienen que ir a trabajar, de forma clandestina, eso es algo muy noble.
Por ejemplo, se hacen centros de menas pero con ese dinero no se hacen residencias para que los mayores no tengan que estar de mala manera. Porque en todas partes faltan residencias, pero primero son los inmigrantes.
Creo que la solución definitiva sería cambiar a la casta por gente honrada. Pero eso aún es más difícil.
vanlop
Hay algo que destaca y es el buenismo de las autoridades, según ellos, los primero es la asistencia, de modo que todo el que llega, es más, ni siquiera tiene que llegar, ya salen los rescatadores a buscarlos en medio del océano. Los que llegan a las costas del sur suelen llegar solos, pero nadie explica como una patera puede cruzar las doscientas millas que hay, claro que tampoco nadie explica como es posible que un cayuco cargado totalmente de gente, sin comida ni agua pueda llegar desde Mauritania o Senegal a Canarias.
La explicación es bastante sencilla: hay barcos nodriza, que los dejan en lugares adecuados bien para que lleguen por sus propios medios o bien para que los recojan.
Teniendo en cuenta el dinero que cuesta que te traigan, hablan de cuatro o cinco mil euros, resulta incomprensible cómo gentes sin ningún ingreso, procedentes de un país en la miseria, pueden conseguir ese dinero. Dinero que en su país le permitiría montar un negocio o comprar una finca que le diera de comer a toda la familia.
Otra cosa sorprendente es que unos muertos de hambre vengan con móviles de última generación.
Tampoco nadie nos dice que Marruecos es un país desarrollado y no digamos Argelia, país productor de petróleo y gas, pero resulta que les estamos dando ayuda que ya quisieran muchos españoles. Pero esa es otra historia de la que tampoco nadie habla.
Hace unos días vi un vídeo en el que un marroquí explicaba el origen de los inmigrantes. La mitad son delincuentes callejeros, que antes de acabar en las prisiones del sultán, prefieren jugarse la vida, con la perspectiva de una delincuencia callejera feliz.
De la otra mitad, una parte son niños expulsados de sus casas cuando la madre se queda viuda y se casa, el nuevo marido no quiere hijos de otro. Eso se da mucho en todos los países de África, naturalmente entre los no cristianos. La otra parte procede de familias desestructuradas que decimos aquí y eso les obliga a irse de sus casas.
Soluciones, las hay, pero nadie quiere aplicarlas. Por ejemplo, contratar en origen, no porque eso sería trata de esclavos y lo dicen sin despeinarse. Pero que los de una patera cuando desembarcan ya saben donde tienen que ir a trabajar, de forma clandestina, eso es algo muy noble.
Por ejemplo, se hacen centros de menas pero con ese dinero no se hacen residencias para que los mayores no tengan que estar de mala manera. Porque en todas partes faltan residencias, pero primero son los inmigrantes.
Creo que la solución definitiva sería cambiar a la casta por gente honrada. Pero eso aún es más difícil.
vanlop