Colaboraciones

EL DESASTRE INSISTE





Barcelona no levanta cabeza, es un continuo desastre. Las cosas no marchan.

Al caos que ha venido sufriendo, grietas y derrumbes en edificios, vías férreas atoradas con el pasmo y la iracundia del viajero, el desmorone de un muelle en el puerto, los socavones, hundimientos, atascos en las carreteras y los apagones eléctricos, ahora se le unen un impresionante incendio provocado por el escape de gas en una cañería que transcurre por el barrio de Poblenou de Barcelona, que ha obligado a desalojar varios edificios cercanos, ante las llamas de ocho metros visibles desde varios puntos de la ciudad; y las inexplicables pérdidas millonarias de agua. Salvo accidentes y avatares imprevistos, la inoperancia sigue, insiste y no cesa.

Cuando se estaba anunciando que habría que racionar el suministro del agua, nos enteramos por el diario 'La vanguardia', que una grave fuga en la cañería subterránea que provee Barcelona de agua potable proveniente del río Ter vierte, a su paso por Badalona, 9.000 litros cada hora; según datos publicados hoy por Aigües Ter Llobregat (ATL) se están perdiendo 216.000 litros de agua al día, que van a parar directamente a la riera de Canyet. Pero, no queda ahí el caso, ATL ha admitido que esta fuga no es la única que existe en la cañería, sino que, por el momento, se tienen contabilizadas, al menos, una docena más en la superficie que una vez arregladas supondrán un ahorro de 4 hm³ de agua al año o, lo que es lo mismo, 11 millones de litros al día.

La inepcia instalada y la ignorante e inútil gestión danzan por las esquinas de Cataluña, de la mano de Fomento. No saben, no acuden inmediatamente a solucionar el escape de agua. Lleva ya tres años sin arreglar y sanear la conducción del imprescindible elemento. ¿Es esto posible? Los ciudadanos, temiendo la escasez van ahorrando agua, y los máximos responsables no remedian las graves incidencias en medio de este derroche. Se ha de responder, las desidias tienen su precio, deben ser penalizadas.

Estas lumbreras del talante que gobiernan no andaban satisfechas, si no copaban el mando y poltrona de las instituciones todas. ¡Eran imprescindibles para Cataluña! Pensemos qué sería la algarabía del PSOE, con su largo marco propagandístico y su enorme blindaje mediático, si el caos y su fuga le hubiera cogido al PP en la total gobernación: Generalidad, Diputación y Ayuntamiento; parece que los estamos oyendo, esputando sus verborreas por el “pásalo” y demás vías de convocatorias intelectualoides. Era preciso pactar contra el más votado, para colocarse unos y otros. Verémoslo en las inminentes urnas.

El plantel político instalado en Cataluña, mientras hilaba su entusiasta ideología y su endógena invasión del poder, olvida su obligado cometido de gestión en la eficiencia y el interés del bien común. La ciudad no resiste tanta herida, atrapada por la inseguridad, la inepcia y la irresolución. Socialitas y republicanos con su independentismo danzan al son antiespañol, sin tiempo para proveer las infraestructuras y atender con inmediatez los asuntos comunitarios. La desconexión política y la despreocupación social, campean, irritan y presentan su factura.


C. Mudarra


   
Domingo, 2 de Marzo 2008
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