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EL DEBATE ELECTORAL





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Lo llamaron el “debate del siglo”. ¡Qué petulancia más insulsa!

Estos debates enlatados, pactados y encorsetados no sirven, no dicen nada nuevo, no arrastran ni entusiasman. Su tono monótono, contenido y correcto en exceso los hace tediosos y faltos de ardor. La amenidad y viveza surge de la interpelación, de la fuerte discusión y la batalla dialéctica, entre preguntas de periodistas y público. Por ello, se produce la percepción selectiva: cada uno da ganador al suyo, así se ve en los periódicos, divididos en dos grupos según su ideología, y en la gente y las encuestas; con una salvedad, que al Popular le dan la victoria sólo los suyos, y al Socialista, los suyos, más todos los grupos y grupúsculos de la izquierda, al no poder ahí votarse a sí mismos, con lo cual sale sobrevalorado,

Rajoy está más preparado, más convincente, más fluido, seguro y persuasivo. Tiene una idea clara de España, de una España vertebrada y no enfrentada, inserta en un consistente modelo de Estado sin ambigüedades ni concesiones partidistas. En la cuestión de la inmigración, presenta un proyecto real y firme acorde con nuestros usos y costumbres y en consonancia con las directrices europeas. Asuntos estos que se tambalean y difuminan en manos del otro candidato. Es un gran orador, un hombre más hecho y contundente, sin demagogias, populismos ni titubeos. Varios medios y encuestas le conceden supremacía; para la Tv de Madrid gana Rajoy con un 59%, frente a un 40% de Zapatero.

Por su parte, este último estuvo muy débil, nervioso, reiterativo y en permanente defensiva; se vio pretencioso, incorrecto y acorralado, de ahí, las interrupciones continuas, el recurso manido y extemporáneo de la guerra de Irak y el golpe, más que grosero, de la utilización de los muertos, achacándole los 192 de la masacre, en un gesto infantil de “yo menos que tú”. Rehusó el debate de inmigración, de la que no ha hecho nada, salvo mantener las puertas abiertas, porque no sabe ni tiene política alguna; hay españoles ya, que pierden derechos ante los extranjeros. Por ello, es tan importante el contrato de integración, como propone el PP y ratifica el 76% de españoles. Ha mentido, todos los saben, y miente, aún, en el mismo debate, lo repite, por lo que insulta e interrumpe. Sigue si querer enterarse de que estamos en agobiante crisis económica; las familias no llegan a fin de mes, el paro no se detiene, sube en febrero por quinto mes consecutivo, en 53.406, un 2,36% más que en enero y continúa negándolo.

Rajoy lo acusa de desleal, por engañarlo y mentirle a él mismo, y no responde, no tiene argumento; le habla de la profunda estructuración de la Enseñanza, necesaria en España y Zapatero, incongruente y atorado, sale con lo de las becas.

Zapatero no tiene ideas claras; llama lucha antiterrorista a la negociación; y sus dos grandes proyectos han sido cambiar España y negociar con el terror. Eso y el resucitar el guerracivilismo, ha sido su mayor y más grave error, estableciendo la tensión y crispación, al romper el espíritu de la Transición y el concordante consenso. Como muy hiriente e injurioso es proclamar que el PSOE es el eje nuclear de la democracia; ello ofende y denigra a toda aquella ínclita pléyade de gente honrada y responsable de izquierda y derecha, que, con esfuerzo y tesón, la trajeron e hicieron posible entre modélica mesura y concordia.

No tiene modelo de Estado; su política ha enfrentado a las regiones. Quizás, desee una España Invertebrada, a la que siempre llama “nuestro país”.


C. V. Mudarra


   
Sábado, 8 de Marzo 2008
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