El debate de investidura ha suscitado elogios de unos, propensos al favor y esperanzados en su poder de resolución. y críticas de otros, esos que siempre están enfrente y descontentos; se le acusa de ambigüedad e inconcrección, cosa ahora normal hasta conocer la cifra exacta del enorme hoyo del déficit que se hereda. La situación en la que han dejado las cajas del Estado es de casi total ruina; aquella crisis primero ignorada y después negada ha resultado ser mucho más profunda de lo que se sospechaba; sufrimos una triple crisis: La económica, la de los valores y la del sistema. Y aquí, en el terreno ético y en el sistemático parece que es donde reside la debilidad del programa que presenta Rajoy, o al menos, de momento, queda desdibujado y en la zona de la inconcrección.
M. Rajoy es un político experto y avezado, con gran capacidad de reflexión y templanza, que lleva trazados unos objetivos muy meditados y cuenta con gente de preparación, formación y experiencia. Su principal cometido está en relanzar la economía y combatir la lacra del paro, además de esas cincuenta y siete medidas y compromisos que ha anunciado para los próximos cien días de gobierno ¡Qué lastima de tiempo perdido, desde que ZP anunció su ida hasta hoy! Esta es otra razón más de la urgencia de la reforma de la Ley Electoral. ”Desaparecerán los nubarrones, levantaremos la cabeza”, ha dicho inyectando confianza. La que ya ha mostrado el mercado de Valores, el reconocimiento europeo y las felicitaciones de Merkel y la de Obama.
El discurso de Rubalcaba no llegó, no tenía, no supo, va como alma en pena por los pasillos, con su “110” y su PSOE partido y desnortado. Hay que valorar, eso sí, su ofrecimiento de consenso y de actitud constructiva. Ante lo cual, la oposición parece que va a recaer en Rosa Díez, cuyo pequeño discurso no agradó a Rajoy, que se enfrentó a ella molesto, tal vez por pasadas cuestiones entre ellos o porque a los grandes partidos les conviene, lo que indica que el Candidato no tiene intención de reformar la Ley Electoral ni procurar la independencia de todo el aparato de Justicia, suprimiendo el nombramiento de jueces por los partidos políticos, los cuales sólo deben responder ante sus propios órganos judiciales y regirse en orden a sus Oposiciones, Antigüedad y Mérito.
Rajoy ha formado un Gobierno de gran consistencia y valía dirigido con énfasis a atajar la crisis económica y a solventar el desempleo. Son 13 ministros de peso y nombradía, con conocimientos, formación y carrera profesional y política de admirable mérito. Ninguno de ellos tenía necesidad de ocupar este cargo para tener reconocimiento y “comer caliente”; se dice que ahora van a ganar menos de lo que cobraban en su actividad privada. Este Gabinete, se define por ser austero, el más reducido de la democracia, por su perfil predominantemente técnico y porque todos cuentan con una excelente experiencia y son de la máxima confianza de Rajoy; el eje nuclear está formado por hombres de la estela de Rato, que ya demostró en el periodo del 96 cómo se llenan las arcas y se crea empleo. La seriedad y la honda reflexión que el nuevo Presidente ha mostrado en la elección y formación de su equipo es un síntoma del cuidado, del respeto a la ciudadanía y del estilo profesional con que este hombre se toma su labor.
C. Mudarra
M. Rajoy es un político experto y avezado, con gran capacidad de reflexión y templanza, que lleva trazados unos objetivos muy meditados y cuenta con gente de preparación, formación y experiencia. Su principal cometido está en relanzar la economía y combatir la lacra del paro, además de esas cincuenta y siete medidas y compromisos que ha anunciado para los próximos cien días de gobierno ¡Qué lastima de tiempo perdido, desde que ZP anunció su ida hasta hoy! Esta es otra razón más de la urgencia de la reforma de la Ley Electoral. ”Desaparecerán los nubarrones, levantaremos la cabeza”, ha dicho inyectando confianza. La que ya ha mostrado el mercado de Valores, el reconocimiento europeo y las felicitaciones de Merkel y la de Obama.
El discurso de Rubalcaba no llegó, no tenía, no supo, va como alma en pena por los pasillos, con su “110” y su PSOE partido y desnortado. Hay que valorar, eso sí, su ofrecimiento de consenso y de actitud constructiva. Ante lo cual, la oposición parece que va a recaer en Rosa Díez, cuyo pequeño discurso no agradó a Rajoy, que se enfrentó a ella molesto, tal vez por pasadas cuestiones entre ellos o porque a los grandes partidos les conviene, lo que indica que el Candidato no tiene intención de reformar la Ley Electoral ni procurar la independencia de todo el aparato de Justicia, suprimiendo el nombramiento de jueces por los partidos políticos, los cuales sólo deben responder ante sus propios órganos judiciales y regirse en orden a sus Oposiciones, Antigüedad y Mérito.
Rajoy ha formado un Gobierno de gran consistencia y valía dirigido con énfasis a atajar la crisis económica y a solventar el desempleo. Son 13 ministros de peso y nombradía, con conocimientos, formación y carrera profesional y política de admirable mérito. Ninguno de ellos tenía necesidad de ocupar este cargo para tener reconocimiento y “comer caliente”; se dice que ahora van a ganar menos de lo que cobraban en su actividad privada. Este Gabinete, se define por ser austero, el más reducido de la democracia, por su perfil predominantemente técnico y porque todos cuentan con una excelente experiencia y son de la máxima confianza de Rajoy; el eje nuclear está formado por hombres de la estela de Rato, que ya demostró en el periodo del 96 cómo se llenan las arcas y se crea empleo. La seriedad y la honda reflexión que el nuevo Presidente ha mostrado en la elección y formación de su equipo es un síntoma del cuidado, del respeto a la ciudadanía y del estilo profesional con que este hombre se toma su labor.
C. Mudarra