Colaboraciones

EL CLIMA CORROERÁ LOS BOLSILLOS





Los dioses del clima, airados, traerán veranos saharianos y sequías devastadoras; ya se venía profetizando, pero, no se sospechaba que su rabia hundiera sus garras en el raquítico fondo de los ahorrillos.

Un informe del Gobierno británico, apunta en negros augurios, que la economía mundial caerá un veinte por ciento a causa del calentamiento global, una crisis más grave que la sufrida en 1929. El estudio del economista Nicholas Stern asegura, con un cincuenta por ciento de probabilidades, que las temperaturas globales ascenderán cinco grados centígrados en este medio siglo; este ascenso derretirá los casquetes polares casi por completo y provocará inundaciones, sequías y el consiguiente aumento del nivel oceánico. Los efectos resultarán estremecedores: el cuarenta por ciento de las especies de la fauna se extinguirá y doscientos millones de criaturas, convertidas en «refugiados climáticos», habrán de emigrar afectando a la masificación. La humanidad se enfrentará a una recesión sin precedentes.

Tony Blair, decidido, aseguró: «Si no actuamos ahora mismo, estas desastrosas previsiones resultarán irreversibles». El premier quiere entablar su lucha encarnizada contra el cambio climático, antes que la debilidad de su jubilación le sustraiga la espada. Ha de convencer a la comunidad internacional de la necesidad de atajar la emisión de gases contaminantes, idea desechada por las poderosas industrias de China, India y Estados Unidos. Blair trata de mover, a todos esos millones de gentes preocupadas e inquietas, a combatir el peligro y sus repercusiones personales y económicas. Su mensaje mantiene la esperanza de que, si se atiende hoy, veremos una abultada factura en unas décadas. «Esta inversión, destacó, es sensata desde el punto de vista medioambiental, y también desde el económico; este desastre no es un escenario de ciencia ficción para dentro de muchos años, sino que ocurrirá en nuestro tiempo»

La debacle se evitaría recortando un sesenta por ciento la emisión de gases contaminantes en Europa de aquí a 2050, investigando decididamente nuevas fuentes de energías «limpias» y aumentar los impuestos sobre las «sucias» y creando un mercado global de carbono, a fin de que las naciones y empresas que decidan contaminar deban comprar ese derecho a los países y productores más ecológicos. Blair reconoce que este «plan de choque» supondría un lastre económico, las medidas de ahorro energético supondrían una contracción del uno por ciento en el PIB global. Aún así, la humanidad se ahorraría a largo plazo cinco dólares por cada uno que invierta ahora. Añádese que este cambio de prioridades desencadenaría la creación de nuevos sectores económicos, como las energías renovables, que en el Reino Unido crearían unos 100.000 empleos, lo que atenuaría el impacto del «plan de austeridad». Se da por descontado que George Bush no aceptará los planes británicos, por lo que ya se trabaja en una doble alternativa: cooperar con las ciudades y regiones más «verdes» del país y preparar el terreno para la llegada de un nuevo inquilino a la Casa Blanca en 2009.

Las negociaciones post-Kioto comienzan en Nairobi, mañana, un escenario adecuado puesto que las naciones africanas son las que más tienen que perder con el cambio climático. Si esto no se remedia, jamás, las próximas generaciones podrán dejar de clamar contra esta época y esta gente desaprensiva, egoísta e instalada en la comodidad, en el consumo y la dejadez.


Camilo Valverde Mudarra

Franky  
Lunes, 6 de Noviembre 2006
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