Trump siempre despreció a Sánchez porque sabe que es un "peón" del NOM
La Historia Oficial dice que Trump fue "derrotado" en las urnas por el gris y anciano Joe Biden, pero la historia clandestina dice que fue "derrocado" mediante fraude electoral masivo y que en su caída participaron fuerzas tan poderosas como los fabricantes de armamentos y los globalistas que odian la democracia.
Las élites ocultas, que hoy se manifiestan abiertamente contra la democracia, siempre han odiado ese sistema, pero no tenían más remedio que aceptarlo porque la otra opción era el comunismo aterrador de la URSS, cuya economía era un desastre ruinoso, generador de hambre y muerte. Pero la cosa cambió cuando China invento el "comunismo capitalista", un régimen controlado con mano de hierro por los comunistas, pero furiosamente capitalista y amante de los negocios y del beneficio puro. Entonces, todos los multimillonarios del planeta, cuyo principal objetivo es hacer negocios y acumular riqueza, empezaron a soñar con el sistema chino y movieron los hilos para que esa nueva forma de poder dominara el mundo entero, aportando estabilidad, disciplina y garantías para ganar dinero de manera masiva.
Trump odiaba a los globalistas, a los chinos y a los promotores del NOM, un cóctel demasiado potente que reaccionó movilizando contra Trump a los medios de comunicación que tienen comprados, a los gobiernos sometidos y a muchas de las grandes empresas del planeta, todos interesados en que la Humanidad entera trabaje como chinos, sin demasiados derechos, sin descanso, sin aventuras electorales inseguras, sin libertad, reprimida y con una disciplina de hierro.
Para colmo de males, Trump no ha declarado ni una guerra ni ha disparado misil alguno durante su mandato, siendo el primer presidente auténticamente pacifista en más de un siglo, lo que le acarreó el odio de los fabricantes de armas, probablemente el lobby más poderoso del mundo.
Cuando su reacción patriótica y el bienestar económico que creaba lograron que regresaran a Estados Unidos muchas empresas norteamericanas que se había radicado en Asia, en China, Vietnam y otros países donde existía el trabajo esclavo, a cambio de pocos centavos, los poderosos en las sombras pusieron el grito en el cielo y decidieron planear su ruina.
No hay pruebas contundentes de que haya existido un fraude electoral masivo, pero hay cientos de indicios y pruebas menores de que los demócratas sumaron votos ilegales, aunque quizás no tantos como dicen Trump y los suyos.
La verdad es que Trump fue derrotado y derrocado al mismo tiempo, derrotado porque él mismo cometió errores muy graves como presidente y derrocado porque los poderes ocultos conspiraron contra él, desacreditándolo, acosándolo a través de la prensa sometida y dañando su imagen con el arma más poderosa que posee el NOM: los medios de comunicación sometidos, que hoy son la punta de lanza de las mentiras y conspiraciones del poder tiránico.
El chino es hoy el sistema ideal tanto para las multinacionales como para los políticos, porque a unos y a otros les garantiza poder sin oposición popular, impunidad y lo que todos ellos sueñan: dictadura de las élites y negocios prósperos. Ningún político occidental, salvo Trump, criticaba el régimen chino, ni siquiera cuando hubo indicios de que el coronavirus asesino había sido fabricado en un laboratorio de Wuhan. Cuando la URSS promovía su comunismo, Occidente reaccionó, creó la OTAN y se lanzó a la Guerra Fría, bajo el paraguas de la democracia y las libertades contra la tiranía, Pero hoy no hay un sólo país que se enfrente a China y a su auténtica tiranía esclavizante, sino todo lo contrario porque la mayoría de los políticos teóricamente democráticos tienen la desfachatez de admirarlo y ponerlo como ejemplo.
La tiranía que quieren imponer ya funciona sutilmente en la mayoría de los países, incluso en los que se declaran democráticos. El "derrocamiento" de Trump demuestra lo que le ocurre a los políticos políticos que han luchado contra el nuevo sistema inspirado en China: son defenestrados por "antidemócratas".
España, para desgracia de los españoles, ha sido elegida como puerta para instaurar en Europa el NOM, que ha conseguido reclutar para su sucia causa al PSOE, Podemos y a los nacionalistas rabiosos de odio. Los que se oponen, como VOX, son acusados de ser peligrosos extremistas y son presa de los perros del poder, periodistas y medios comprados.
Trump, que era el mayor obstáculo frente al NOM, ha sido defenestrado y ahora sólo queda el pueblo y su voluntad de permanecer libres, una lucha épica y grandiosa que ha sido motor de la Historia, para impedir la gran desgracia del mundo esclavo que nos amenaza.
Francisco Rubiales
Las élites ocultas, que hoy se manifiestan abiertamente contra la democracia, siempre han odiado ese sistema, pero no tenían más remedio que aceptarlo porque la otra opción era el comunismo aterrador de la URSS, cuya economía era un desastre ruinoso, generador de hambre y muerte. Pero la cosa cambió cuando China invento el "comunismo capitalista", un régimen controlado con mano de hierro por los comunistas, pero furiosamente capitalista y amante de los negocios y del beneficio puro. Entonces, todos los multimillonarios del planeta, cuyo principal objetivo es hacer negocios y acumular riqueza, empezaron a soñar con el sistema chino y movieron los hilos para que esa nueva forma de poder dominara el mundo entero, aportando estabilidad, disciplina y garantías para ganar dinero de manera masiva.
Trump odiaba a los globalistas, a los chinos y a los promotores del NOM, un cóctel demasiado potente que reaccionó movilizando contra Trump a los medios de comunicación que tienen comprados, a los gobiernos sometidos y a muchas de las grandes empresas del planeta, todos interesados en que la Humanidad entera trabaje como chinos, sin demasiados derechos, sin descanso, sin aventuras electorales inseguras, sin libertad, reprimida y con una disciplina de hierro.
Para colmo de males, Trump no ha declarado ni una guerra ni ha disparado misil alguno durante su mandato, siendo el primer presidente auténticamente pacifista en más de un siglo, lo que le acarreó el odio de los fabricantes de armas, probablemente el lobby más poderoso del mundo.
Cuando su reacción patriótica y el bienestar económico que creaba lograron que regresaran a Estados Unidos muchas empresas norteamericanas que se había radicado en Asia, en China, Vietnam y otros países donde existía el trabajo esclavo, a cambio de pocos centavos, los poderosos en las sombras pusieron el grito en el cielo y decidieron planear su ruina.
No hay pruebas contundentes de que haya existido un fraude electoral masivo, pero hay cientos de indicios y pruebas menores de que los demócratas sumaron votos ilegales, aunque quizás no tantos como dicen Trump y los suyos.
La verdad es que Trump fue derrotado y derrocado al mismo tiempo, derrotado porque él mismo cometió errores muy graves como presidente y derrocado porque los poderes ocultos conspiraron contra él, desacreditándolo, acosándolo a través de la prensa sometida y dañando su imagen con el arma más poderosa que posee el NOM: los medios de comunicación sometidos, que hoy son la punta de lanza de las mentiras y conspiraciones del poder tiránico.
El chino es hoy el sistema ideal tanto para las multinacionales como para los políticos, porque a unos y a otros les garantiza poder sin oposición popular, impunidad y lo que todos ellos sueñan: dictadura de las élites y negocios prósperos. Ningún político occidental, salvo Trump, criticaba el régimen chino, ni siquiera cuando hubo indicios de que el coronavirus asesino había sido fabricado en un laboratorio de Wuhan. Cuando la URSS promovía su comunismo, Occidente reaccionó, creó la OTAN y se lanzó a la Guerra Fría, bajo el paraguas de la democracia y las libertades contra la tiranía, Pero hoy no hay un sólo país que se enfrente a China y a su auténtica tiranía esclavizante, sino todo lo contrario porque la mayoría de los políticos teóricamente democráticos tienen la desfachatez de admirarlo y ponerlo como ejemplo.
La tiranía que quieren imponer ya funciona sutilmente en la mayoría de los países, incluso en los que se declaran democráticos. El "derrocamiento" de Trump demuestra lo que le ocurre a los políticos políticos que han luchado contra el nuevo sistema inspirado en China: son defenestrados por "antidemócratas".
España, para desgracia de los españoles, ha sido elegida como puerta para instaurar en Europa el NOM, que ha conseguido reclutar para su sucia causa al PSOE, Podemos y a los nacionalistas rabiosos de odio. Los que se oponen, como VOX, son acusados de ser peligrosos extremistas y son presa de los perros del poder, periodistas y medios comprados.
Trump, que era el mayor obstáculo frente al NOM, ha sido defenestrado y ahora sólo queda el pueblo y su voluntad de permanecer libres, una lucha épica y grandiosa que ha sido motor de la Historia, para impedir la gran desgracia del mundo esclavo que nos amenaza.
Francisco Rubiales