Muafak Jammal, hombre de máxima confianza de Hasan Nasrallah, el supremo y buscado líder del Hezbollah (el “Partido de Dios”) –forma correcta en español, Hizbulá-, acaba de declarar al periódico argentino La Nación que “desde Argentina nos llega dinero de los libaneses que viven allí, que son muchos por cierto”.
Los que envían su aportación a este grupo, considerado “terrorista” por el Parlamento Europeo y un partido político reconocido en el Líbano, “no son necesariamente musulmanes; el dinero también llega de cristianos que son libaneses comprometidos”, destacó el portavoz del “Partido de Dios”.
La emigración libanesa en Argentina comenzó hacia 1860 y hoy residen en aquel país algo más de 1.500.000 ciudadanos de este origen, o descendientes de libaneses. No hay región del país del Cono Sur en el que no residan libaneses, agrupados, como otros inmigrantes, en numerosos clubes, casas y entidades culturales.
Según reconoció Jammal en la citada entrevista, “Hizbulá se financia a través del “Khoms”, que es el quinto que están obligados a pagar todos los musulmanes del mundo sobre sus ingresos”.
Cuando se conocieron estas declaraciones, el presidente de la DAIA (la mayor entidad representativa de los judíos en la Argentina), Jorge Kireszenbaum, aseguró que no le sorprendía que “Hizbulá recibiese dinero de Argentina” y apunto: “Siempre hemos hablado de los vínculos de este grupo terrorista con nuestro país”.
Hace ya años diversos grupos de inteligencia occidentales han apuntado a la zona de la “Triple Frontera” (punto en el que confluyen Argentina, Brasil y Paraguay, y dónde se encuentran las archifamosas Caratas del Iguazú) como una zona de “especiales actividades comerciales” destinadas a la financiación de Hizbulá.
“Además”, subrayó el portavoz de la DAIA, “desde otros sectores de la Argentina se remite dinero para financiar estas actividades. No comprendemos cómo sectores autodenominados progresistas, pueden llegar a apoyar un movimiento con las características de este que es teocrático y reaccionario”.
A lo mejor es por lo que ya apuntó Gibran Khalil Gibran, el ensayista. novelista y poeta libanés fallecido en 1931, al afirmar: “La nostalgia por la patria me consume”. Vaya a saber.
Eduardo caldarola de bello
Los que envían su aportación a este grupo, considerado “terrorista” por el Parlamento Europeo y un partido político reconocido en el Líbano, “no son necesariamente musulmanes; el dinero también llega de cristianos que son libaneses comprometidos”, destacó el portavoz del “Partido de Dios”.
La emigración libanesa en Argentina comenzó hacia 1860 y hoy residen en aquel país algo más de 1.500.000 ciudadanos de este origen, o descendientes de libaneses. No hay región del país del Cono Sur en el que no residan libaneses, agrupados, como otros inmigrantes, en numerosos clubes, casas y entidades culturales.
Según reconoció Jammal en la citada entrevista, “Hizbulá se financia a través del “Khoms”, que es el quinto que están obligados a pagar todos los musulmanes del mundo sobre sus ingresos”.
Cuando se conocieron estas declaraciones, el presidente de la DAIA (la mayor entidad representativa de los judíos en la Argentina), Jorge Kireszenbaum, aseguró que no le sorprendía que “Hizbulá recibiese dinero de Argentina” y apunto: “Siempre hemos hablado de los vínculos de este grupo terrorista con nuestro país”.
Hace ya años diversos grupos de inteligencia occidentales han apuntado a la zona de la “Triple Frontera” (punto en el que confluyen Argentina, Brasil y Paraguay, y dónde se encuentran las archifamosas Caratas del Iguazú) como una zona de “especiales actividades comerciales” destinadas a la financiación de Hizbulá.
“Además”, subrayó el portavoz de la DAIA, “desde otros sectores de la Argentina se remite dinero para financiar estas actividades. No comprendemos cómo sectores autodenominados progresistas, pueden llegar a apoyar un movimiento con las características de este que es teocrático y reaccionario”.
A lo mejor es por lo que ya apuntó Gibran Khalil Gibran, el ensayista. novelista y poeta libanés fallecido en 1931, al afirmar: “La nostalgia por la patria me consume”. Vaya a saber.
Eduardo caldarola de bello